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¿Estamos preparados en caso de que un asteroide impacte con la Tierra? ¿Qué hacer en una contingencia así? Asteroid Day, un llamado a la conciencia

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¿Qué hacer ante la posibilidad de que un asteroide impacte contra nuestro planeta?

Es posible que la historia le remita a algún comic, unos cuantos filmes cinematográficos, y posiblemente algunos eventos de este tipo sucedidos en distintas latitudes de la Tierra recientemente; explorar tal posibilidad y pensar en el fin de la humanidad y del planeta parece de ciencia ficción.

Lo que Sergio Camacho Lara —Secretario General del Centro Regional de Enseñanza de Ciencia y Tecnología del Espacio para América Latina y el Caribe (CRECTEALC)— comparte para Saberes y Ciencias no es ciencia ficción, es Asteroid Day, una iniciativa que pretende crear conciencia en los gobiernos de los Estados-nación sobre el riesgo que implica este tipo de acontecimientos, y pone en la mesa una discusión relacionada con ciencia y geopolítica: la necesidad de discutir los planes de acción y las medidas de prevención ante posibles eventos estelares de este tipo, y quién o quiénes deberán compartir la responsabilidad de la toma de decisiones, entre otras.

¿Son frecuentes los impactos de asteroides* en la tierra?

 

En la historia de nuestro planeta hay evidencias de varios impactos de asteroides. Nuestro satélite natural es producto de la colisión de la Tierra con un pequeño planeta; el material expulsado orbitó alrededor nuestro hasta fusionarse y formar nuestra luna. Un impacto de los más conocidos es el ocurrido hace más de 65 millones de años en la península de Yucatán, Chicxulub, con un diámetro aproximado de 10 a 14 kilómetros; dejó un cráter de 180 kilómetros y liberó energía de 100 Tera Toneladas (TNT), algo así como mil bombas atómicas; este impacto provocó la extinción de los dinosaurios y terminó con más de 80 por ciento de la biodiversidad que en ese momento existía en la Tierra.

Mucho más cerca de nosotros está Tunguska, en Siberia, Rusia, en 1908. Se calcula que su tamaño oscilaba entre los 40 y 60 metros de diámetro y causó la destrucción de un área de 2 mil 150 kilómetros cuadrados.

Hace dos años, en febrero de 2013, un meteorito con un diámetro de entre 14 y 17 metros, al ingresar a la atmósfera, explotó a una altura de 20 kilómetros e impactó a 80 kilómetros de la ciudad rusa de Cheliábinsk, liberando una energía de 500 kilotones, algo así como 30 veces la bomba de Hiroshima, que al momento de estallar era más brillante que el sol.

Recientemente un asteroide pasó muy cerca de la Tierra, entre la órbita estacionaria —donde se encuentran todos lo satélites de comunicaciones— y el planeta, a menos de 36 mil kilómetros de distancia; de esto estuvieron al tanto los científicos que conocían la orbita del asteroide, su trayectoria y la certeza de que no impactaría con nosotros, señala el doctor en Ciencias Aeroespaciales.

 

¿Desde cuándo surge la preocupación

por el impacto de un asteroide en la tierra?

 

Entre 2004 y 2005 Russell Louis “Rusty” Schweickart, ex astronauta estadounidense, científico y miembro de la Asociación de Exploradores del Espacio (ASE por sus siglas en inglés) planteó la necesidad de ocuparse de los asteroides cercanos a la Tierra y de estar preparados ante la posibilidad de una colisión con el planeta.

Hasta el momento se han identificado alrededor de 14 mil objetos cercanos a la Tierra (NEOs por sus siglas en inglés) y aún falta medio millón, y aunque la cantidad pueda parecer excesiva, los asteroides más grandes ya se encuentran identificados. El Centro de Planetas Menores (MPC por sus siglas en inglés) cuenta con un sistema de información que permite ingresar las coordenadas localizadas de un asteroide por medio de la observación; este sistema realiza una serie de cálculos que permite conocer una parte de su órbita, su trayectoria y además indica si impactará con el planeta y en dónde será este impacto con una precisión de más menos 100 metros. Esta información es enviada a la Universidad de Pisa, Italia, donde con otra metodología calculan las mismas variables; los resultados de ambos análisis eventualmente han coincidido, apunta el también ex director de la oficina de Naciones Unidas para Asuntos del Espacio Ultraterrestre.

Además, existen asteroides difíciles de observar; los pequeños, que por su tamaño y su poca reflexión de la radiación solar complica la identificación y los que salen de la dirección del sol.

Las observaciones de asteroides nos permiten conocer su órbita, su tamaño y el tiempo aproximado que tardaría en impactar con la Tierra; hasta ahora los esfuerzos de cálculo en el tiempo se concentran hasta los 100 años próximos. Una vez identificadas las posibles amenazas, obviamente debían iniciarse los primeros planteamientos alrededor de una pregunta clave: ¿qué hacer y cómo hacerlo?

Inicialmente se creó un equipo de trabajo conformado por personajes del mundo científico y político para hacer recomendaciones de lo que debería suceder en estos casos. El informe de este equipo de trabajo fue llevado ante la ONU, tomando en cuenta que desde 1999 la Organización —en la Declaración del Milenio del Espacio— propone mejorar el conocimiento científico del espacio y la coordinación de actividades relacionadas con NEO’s, además de que en caso de conflictos bélicos es una instancia intermediaria. Como parte de estas recomendaciones se creó la Red Internacional de Alerta de Asteroides y un grupo de planeación encargado de estudiar cómo cambiar la trayectoria de un asteroide.

Así este equipo, del que formó parte Sergio Camacho, propuso dos posibles acciones reales: 1)que un satélite empuje al asteroide con el propósito de acelerar su trayectoria y así evitar el posible encuentro con la Tierra y 2) golpear el asteroide y frenar su trayectoria.

 

¿Qué es Asteroid Day?

 

Asteroid Day es una acción global de conciencia y sensibilización sobre los asteroides, el posible riesgo de que alguno impacte la Tierra, y la vulnerabilidad de las comunidades, países y regiones ante este tipo de eventos.

Conscientes de los daños que causaría el impacto de un asteroide con nuestro planeta, y que es posible tomar acciones para evitar tal colisión, 100 personajes de ciencia, arte y política crearon y firmaron la Declaración Asteroid Day. En ella solicitan a gobiernos y organizaciones emplear la tecnología disponible para observar y detectar asteroides, acelerar estos descubrimientos, sensibilizarse ante el peligro de las familias, comunidades y países y adoptar el próximo 30 de junio —aniversario de la colisión de Tunguska en 1908— como el Día del Asteroide.

 

Es usted firmante de esta declaración,

¿qué responsabilidad implica esto?

 

Aún no tenemos una buena solución ante la colisión de un asteroide; apenas se tienen las primeras recomendaciones. Hace falta que los gobiernos entiendan cuál es el problema, es decir, primero es importante encontrar a los asteroides, después es hacer algo concreto para evitar que uno de ellos choque, y tercero y no menos importante, es saber quién o quiénes deberán tomar la decisión de actuar o no ante esa certeza. En caso de actuar hay que tener en cuenta que podría fallar la acción y eso tendría consecuencias, ¿quién debe asumir esa responsabilidad?, ¿quiénes facilitarían los recursos necesarios para actuar, para reconstruir?

Una posibilidad es el Consejo de Seguridad de la ONU porque tiene poder de decisión —lo hace ante conflictos bélicos—, también pudieran ser los países involucrados y esto conlleva decisiones complicadas, cambiar la trayectoria puede poner en riesgo a otras poblaciones.

Pensemos: si un asteroide pequeño de 40 a 50 metros de diámetro impactara en la Ciudad de México, destruiría la mayor parte de la misma. Por esa razón esto se convierte en algo muy importante, porque las probabilidades de que uno de ese tamaño choque en una ciudad son muy bajas; pero pudiera ser que nos pegara un meteorito de 500 metros, y eso tendría consecuencias regionales; el impacto tendría efectos sobre varios países; para irnos un poco más lejos, enfatiza Sergio Camacho, si fuera del orden de un kilómetro de diámetro, tendría la fuerza de un millón de bombas de Hiroshima; moriría más de una cuarta parte de la población mundial.

 

* El asteroide es un cuerpo rocoso, millones de ellos orbitan alrededor del sol y son de distintos tamaños, algunos son tan pequeños que cuando entran a nuestra atmósfera se queman, es lo que vemos en las lluvias de estrellas. Cuando un asteroide cruza la atmósfera y se desintegra en el camino se convierte en un meteoro y si finalmente impacta sobre la tierra lleva el nombre de meteorito. Es lo mismo, el nombre cambia según la circunstancia.

 

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