Date:

Share:

Los mamíferos fósiles de Valsequillo

spot_img

En la presa de Valsequillo hace miles de años existió un paisaje muy distinto, en el que había extensas praderas donde corrían mamíferos de mediano y gran tamaño como: caballo (Equus mexicanus), camello (Camelops hesternus), bisonte (Bison latifrons), mastodonte (Mammut americanum), mamut (Mammuthus columbi), berrendo de cuatro astas (Navahoceros fricki), pecarí (Platygonus), tapir (Tapirus haysii), gliptodonte (Glyptotherium floridanum), oso chato (Arctodus simus), lobo terrible (Canis dirus) y tigre dientes de sable (Smilodon fatalis) [1-4]. A la hoy presa de Valsequillo los animales iban a alimentarse, beber agua y reproducirse, cumpliendo su ciclo de vida en un ambiente  generoso en recursos naturales que les ofrecía todo lo necesario para subsistir. La principal causa de la extinción de la fauna de Valsequillo fue el cambio climático de finales del Cuaternario, que hizo que el ambiente se tornara hostil por la actividad de los volcanes, la escasez de alimento y los cambios de temperatura, repercutiendo en los animales que no estaban anatómica y fisiológicamente adaptados para soportar los cambios drásticos del ambiente, desencadenando una extinción masiva de especies.

Mamíferos del Pleistoceno. Imagen tomada de http://www.nwtexhibits.ca/steppebison/climatechange/index.html
Mamíferos del Pleistoceno. Imagen tomada de http://www.nwtexhibits.ca/steppebison/climatechange/index.html

Actualmente, en los alrededores de Valsequillo existen poblados como El Horno, Hueyatlaco y Atepetzingo en los que se han encontrado evidencias de la presencia de cazadores paleoindios, tales como osamentas de mastodonte con huellas de destazamiento y armas de caza asociadas, así como un hueso de mastodonte con una piedra tosca clavada, en el que se observaban aparentes dibujos de animales prehistóricos. Dos arqueólogos mexicanos estudiaron el material: José Luis Lorenzo y Luis Aveleyra Arroyo de Anda. En efecto, el hueso sí correspondía a un mastodonte, pero los supuestos dibujos solo eran producto de la imaginación, aunque los investigadores sugirieron estudiarlos mediante otros métodos. Desde la conquista los españoles encontraron osamentas de grandes proporciones alrededor del lago de Texcoco lo que originó una antigua leyenda colonial sobre la existencia de una raza de gigantes llamados “Quinametzin”. Hoy sabemos que en realidad pertenecieron a animales de la edad de hielo, como los mamutes y mastodontes (proboscídeos) encontrados en depósitos Pleistocénicos que aparecían de forma fortuita en los cauces de ríos, cañadas y barrancas a causa de la sequía o deslaves.

Hoy en día Valsequillo es reconocido  a nivel  mundial por la diversidad de megafauna que aflora en sus suelos; si adicionamos la posible presencia de antiguos humanos que vivieron y cazaron para sobrevivir, la convierte en una zona apasionante para el estudio de la paleontología del Pleistoceno y el poblamiento temprano de América en tiempos muy distintos a lo que la historia nos dice. Los fósiles aparecen en el nivel  “Gravas Valsequillo”, el cual tiene una geología muy local, con antiguas rocas calizas marinas formadas en el Cretácico, arcillas arenosas carbonatadas cubiertas por lava volcánica, pedernal y cenizas de un pequeño volcán ahora inactivo llamado Toluquillo. En 1891, los geólogos alemanes Johannes Félix y Hans Lenk publicaron el tratado “Estudios sobre las condiciones geológicas de Puebla”,  y  reportaron por primera vez caballos, bisontes, llamas, mamut y mastodonte, aunque la ubicación actual del material se desconoce.

Respecto a Valsequillo, éste actualmente es un represado llamado Manuel Ávila Camacho, construido para almacenar agua de los ríos Atoyac, Alseseca y San Francisco en Puebla. La presa de Valsequillo está aproximadamente a 10 km de la ciudad de Puebla y se encuentra rodeada de 17 poblados, entre ellos: San Francisco Totimehuacan, San Pedro Zacachimalpa y Los Ángeles Tetela.

 

Cronología de hallazgos

Los fósiles de Valsequillo han tenido distintos resguardos a través del tiempo:

El Gabinete de Historia Natural del Antiguo Colegio del Estado, hoy edificio Carolino de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), fue la primera institución en resguardar los fósiles. Dicha colección fue creada por el ilustre poblano José Manzo y Jaramillo (artista neoclásico) a finales del siglo XIX. Posteriormente, ya iniciado el siglo XX, dos reconocidos paleontólogos, Oliver Perry Hay y Henry Fairfield Osborn, este último director del Museo de Historia Natural de New York, visitaron la zona extrayendo material que enviaron a Estados Unidos para su estudio. Sin embargo, los fósiles enviados a Estados Unidos nuca fueron devueltos, debido a que el envío se incendió durante el trayecto. Años más tarde, el paleontólogo alemán Wilhelm Freudenberg contribuyó al describir a detalle los mamíferos de los géneros: Procamelus, Cervus, Capromerix, Antilocapra y Prostennops, en su obra en alemán La fauna de mamíferos del Plioceno y Posplioceno de México. 2ª. Parte  Mastodontes y Elefantes.

Ya establecida la BUAP, se crea el Departamento de Antropología donde el profesor Juan Armenta Camacho colectó fósiles alrededor del embalse entre los años 1961 y 1964. En 1966 se formó un equipo de investigadores del Harvard Geological Survey e Instituto Smithsoniano de Washington dando inicio al “Proyecto Valsequillo” a cargo Dr. Clayton E. Ray. En las excavaciones de dicho proyecto se encontraron: camélidos, bóvidos, cérvidos y tayasuidos. En el poblado de San Pedro Zacachimalpa se colectaron ocho mamuts, seis bisontes y quince caballos, pero el paradero del material se desconoce. Durante el Proyecto Valsequillo se colectaron aproximadamente tres mil piezas, resguardadas en la bodega de Bienes Culturales del Instituto Nacional de Antropología e Historia de Puebla. Sin embargo, los fósiles no cuentan con los registros, datos de colecta y bitácoras originales. Aunque se menciona que  las especies que se encontraron con más frecuencia fueron los caballos, seguidos de bisontes, mamutes y camellos.

A finales de los noventa se crea un convenio entre el INAH-Puebla, la BUAP y la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Mediante este convenio, los investigadores M. en C. Jesús Martin Castillo y M. en C. Miguel Ángel Cabral, propusieron retomar los estudios del material y realizar un catálogo para cuantificar los fósiles y clasificar los especímenes. La catalogación estuvo a cargo de la bióloga Valeria Cruz Muñoz, quien inventarió 2 mil 243 huesos de diversas especies. Con esto, la colección inició una nueva etapa de estudio y muchos investigadores de renombre la han revisado para aceptar o desechar teorías aún no aclaradas sobre Valsequillo.

En 2003 un equipo de investigadores británicos dirigidos por la investigadora mexicana, Dra. Silvia González encontró 263 huellas endurecidas en ceniza, varias de ellas son aparentemente humanas, pero también de animales prehistóricos. La edad asignada a las huellas es de 40 mil años, aunque la autenticidad de estas aún está a discusión.

Valsequillo aún guarda entre sus entrañas mucho material fósil, pero el problema actual, es el excavar en la mancha urbana, lo que hace difícil  la prospección de nuevas localidades, puesto que los hallazgos que se reporten deben ir acompañados de una estratigrafía bien documentada para tener los datos más confiables posibles. A este respecto, es importante contar a las nuevas generaciones que hace casi dos millones de años en Puebla existió un inmenso lago glacial en el que vivían animales extraordinarios y que aunque hoy en día estos ya no existen, su presencia quedó evidenciada por huesos fosilizados que nos cuentan cómo era la vida en el Pleistoceno. Igualmente es nuestro deber conservarlos porque son patrimonio de todos los mexicanos.

 

 

 

Literatura citada

 

[1] Guenther E. W. 1968. Untersuchungen zur Jungerszeitlinchen und nacheisseitlinchen geologischen und Paläontologischen geschichte in das Mexiko- Proyekt der Deutschen forschunsgemeinschaft  Franz Steiner Verlag. Wiesbaden, 1:32-7

 

[2] Guenther E. W y H. Bunde. 1973. Investigaciones geológicas y paleontológicas en México durante los años 1965 a 1969. Comunicaciones, Puebla, 7:19-20.

 

[3] Kurten, B. and E.  Anderson. 1980. Pleistocene mammals of North America. G. P. Putnam´s sons. The Ice Age. Cap. 15. America. New York, p. 147-165.

 

[4] Williams I. 1967. Comments on allegations by José Luis Lorenzo concerning archaeological research at Valsequillo, Puebla. Paleoindian Institute Easter New México University Miscellaneous Publications. P. 1-17.

 

[email protected]

Más Articulos