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Recorriendo 13.7 mil millones de años en el Museo de la Evolución

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¿Ha visto rocas de 4 mil millones de años de antigüedad? ¿Conoce los minerales fluorescentes? ¿Sabe de qué elementos químicos está compuesto nuestro organismo? ¿Conoce cómo eran los primeros seres vivos del planeta? ¿Sabe cómo era nuestro planeta antes de la existencia de la especie humana? ¿Le gustaría conocer a las especies de animales que habitaban nuestro territorio hace más de 10 mil años?¿Sabe usted que Puebla tiene una de las zonas fosilíferas más importantes a nivel mundial?

p-12En el Museo de la Evolución es posible aprender mucho acerca de nuestro planeta y de la evolución de la vida en él a partir de ejemplares de rocas, fósiles, paleoreconstrucciones, taxidermias e imágenes en tercera dimensión, entre otros materiales interactivos e informativos. Ubicado en la zona histórica de los Fuertes de Loreto y Guadalupe, en lo que antiguamente fue el Museo de Historia Natural y posteriormente el Museo Imagina, fue inaugurado el pasado 14 de enero el Museo de la Evolución.

En 10 mil metros cuadrados, cuatro salas expositoras recorren el largo camino evolutivo de 13.7 mil millones de años, una de las colecciones más completas en América Latina compuesta por 612 piezas. El discurso curatorial está enfocado al conocimiento científico y los nuevos descubrimientos en el área de la paleontología, y cuenta con el aval científico de instituciones de Alemania, Estados Unidos, Canadá, España, Brasil y México.

El proyecto del museo estuvo a cargo del Museo del Desierto de Saltillo a partir de una convocatoria efectuada por el gobierno del estado de Puebla. 114 millones de pesos fueron destinados a la construcción de este recinto, una inversión bipartita entre Conaculta y el gobierno estatal.

Equipado con alta tecnología, la exposición recrea ambientes, escenarios de las eras geológicas de la tierra, la actividad volcánica del Popocatépetl y la estructura ósea de algunas especies animales. Esta muestra museográfica tiene una de las mayores exposiciones de rocas antiguas, minerales, fósiles, paleoreconstrucciones, taxidermias y reptiles del mesozoico mexicano.

A decir de Carlos Castañeda Posadas —maestro en ciencias con especialidad en paleobotánica, docente investigador de la BUAP y uno de los asesores de esta exposición— el Museo de la Evolución es un gran logro para la comunidad científica, un gran aporte para el conocimiento y una excelente oportunidad para su divulgación, para aprender del planeta que habitamos, para sorprendernos de la maravilla de la vida y su evolución.

El estado de Puebla alberga una de las zonas fosilíferas más importantes a nivel mundial después de Alemania y Brasil. Ubicada en el municipio de Tepexi de Rodríguez, la cantera de Tlayúa es uno de los hallazgos paleontológicos más importantes por la cantidad piezas fósiles localizadas, la variedad de especies y su buen estado de conservación. Con el nombre Pie de Vaca, en este lugar es posible ver huellas fósiles de camellos, venados y de un flamenco; el propietario de la cantera Félix Arangutia, campesino mixteco, ha sido galardonado a nivel mundial por su amplia donación de piezas fósiles a la comunidad científica internacional. Pie de Vaca es también el nombre del museo local a cargo del Instituto de Geología de la UNAM y que próximamente estará resguardado por la BUAP en convenio con la universidad nacional una vez que haya sido reinaugurado este año.

El territorio poblano tiene importantes regiones caracterizadas por su paleodiversidad, algunas muy cercanas a la ciudad capital, como el caso de Valsequillo donde se han encontrado vestigios de flora y fauna del Paleozoico; en el sureste del estado la formación Matzitzi —es un gran afloramiento de fósiles pérmicos con aproximadamente 260 millones de años, evidencia de la vida antes de que se conformara la Pangea y aparecieran los dinosaurios— es uno de los referentes obligados para los paleontólogos de México y el mundo por ser una puerta al pasado por los objetos —productos de la actividad de diversos organismos— que alberga y que permite estudiar a los seres vivos de tiempos remotos, entender sus procesos biológico, su modo de vida, su reproducción, alimentación y desplazamiento.

El propósito del Museo de la Evolución es resaltar la paleodiversidad del estado, su importancia para conocer el pasado geológico de nuestro país, su aportación a la formación de científicos en el área de la paleontología y disciplinas afines, y la generación de nuevo conocimiento. Además, agrega Castañeda, dada la amplia colección fósil con la que cuenta la entidad será posible realizar exposiciones temporales. Tan solo la BUAP tiene una colección de más de 3 mil piezas fósiles aún por ser estudiadas. La aportación de la máxima casa de estudios de la entidad para esta exposición permanente fue de 40 piezas.

 

Las salas

En las alturas del vestíbulo del museo se aprecia el impresionante Cacharocles Megalodón, el tiburón más grande que habitó el planeta, hace aproximadamente 2 millones de años, durante la era cenozoica, con un tamaño de más de 18 metros de longitud. Esta paleoreconstrucción —junto con otras que es posible apreciar a lo largo de todo el recorrido por el museo— es autoría del joven artista mexicano Sergio de la Rosa quien se ha destacado por sus colaboraciones científicas desde el paleoarte.

La primera sala está dedicada a la era Hádico, Arcaico y Proterozoico, es decir, al origen de la Tierra y la vida, en esta sala es posible apreciar rocas antiguas de 4 mil millones de años de antigüedad y hermosos ejemplares de formaciones minerales de México y el mundo.

Fósiles de Anomalocaris, el depredador más grande del periodo, que llegó a tener longitudes de hasta dos metros; Trilobites, su nombre hace referencia a su tripartición corporal; Othoceras,  pariente molusco del pulpo y los calamares; el cráneo de Dunkleosteus Terrelli, una especie de pez que llegó a medir hasta seis metros; y el Dimetrodon, uno de los primeros reptiles son algunos piezas que ilustran la vida en era Paleozoica.

La sala dedicada a la era Mesozoica es representada por reptiles como el Velafron Coahuilensis “frente de vela de Coahuila” que se estima  alcanzó los 7.5 metros de longitud y que vivió bajo condiciones semejantes a las zonas de manglares del sur de México.

Ornithomimus SP es un dinosaurio del cretácico presente en esta exposición, su forma es similar al de las avestruces y llegó a tener un tamaño aproximado entre tres y cuatro metros; en algunos municipios del estado de Coahuila como Saltillo y General Cepeda se han descubierto fósiles  de este dinosaurio. En esta sala también se encuentran reptiles marinos como pliosaurios y plesiosaurios que se extinguieron hace 66 millones de años y la criatura voladora más grande que ha existido en la tierra, el Quetzalcoatlus Northropi.

En la sala que corresponde a la era del Cenozoico (hace 65 millones de años) se observa  parte la megafauna que habitó el planeta como el mamut, perezosos gigantes, elefantes, además de algunos mamíferos como ballenas, osos, caballos, ciervos, félidos y el bisonte antiguo que vivió en nuestro territorio hace apenas 10 millones de años.

Como parte de la evolución humana en esta sala se aprecian cráneos de hombres y mujeres con una  antigüedad entre 10 mil y 4 mil años.

La última sala recrea escenarios como los bosques de América donde es posible apreciar algunas especies de osos como el grizzly, el negro y el kodiak, y lobos blancos de Alaska; también hay espacios dedicados a las selvas con piezas de taxidermia de jaguar, temazate, ocelote y el jaguarundí; y finalmente el desierto con las especies animales como el coyote, el pecarí de collar, el puma y el venado cola blanca, entre muchas otras.

Este museo se suma a una serie de colecciones importantes como las existentes en los Museos de Historia Natural en el Distrito Federal y Ecatepec en el estado de México, y el Museo del Desierto en Coahuila que muestran la riqueza paleontológica del país. Se pretende que el área del museo dirigida a la investigación impacte en la formación de paleontólogos que se forman en instituciones como la UNAM, la Universidad Autónoma de Hidalgo, la Universidad Autónoma de Nuevo León, el Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada y próximamente de BUAP con sus posgrados de especialización en el área de la paleontología.

Invitamos a nuestros lectores a visitar el Museo de la Evolución, la entrada es gratuita para todos los poblanos, de martes a domingo, de 10 a 17 horas.

 

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