La ballena de aleta (Balaenoptera physalus): un gigante del Golfo de California

México ocupa el cuarto lugar del mundo en cuanto a diversidad biológica. Las especies marinas del Golfo de California y el Golfo de México representan 9.9 por ciento de la riqueza total de especies, por lo que es también reconocido por la biodiversidad presente en el ambiente marino. El Golfo de California o Mar de Cortés alberga el 80 por ciento de los mamíferos marinos de México y cuenta con 31 de las 83 especies de mamíferos marinos del mundo. De esta manera, el Golfo de California representa una zona importante para el estudio y la conservación del orden de los cetáceos.

p-13El Mar de Cortés cuenta con dos subórdenes de cetáceos: Mysticeti (ballenas barbadas) y Odontoceti (ballenas con dientes). Del primer suborden, el Golfo de California alberga seis especies: la ballena azul (Balaenoptera musculus), la ballena jorobada (Me-gaptera novaeangliae), la ballena de Bryde (Balae-noptera edeni), la ballena Minke (Balaenoptera acutorostrata), la ballena Sei (Balaenoptera borealis) y la ballena de aleta (Balaenoptera physalus), Sin embargo, poco se sabe acerca de la ballena de aleta, especie clave para el Mar de Cortés.

La ballena de aleta (Balaenoptera physalus) también es conocida como rorcual común y es el segundo animal más grande del mundo. Es una especie cosmopolita, es decir, que se distribuye alrededor de todo el mundo, sin embargo, existe una población residente y aislada localizada en el Golfo de California (Urbán-Ramírez y otros, 2005). El tamaño de la población de la ballena de aleta del Mar de Cortés es incierta, pero se estima que cuenta con alrededor de 600 individuos. Superado únicamente por la ballena azul, este animal mide en promedio 19 metros de longitud; aunque se han llegado a registrar individuos de más de 27 metros.

Se ha demostrado que la población de ballena de aleta presenta una migración estacional a lo largo del Golfo de California, la cual se mueve con dirección al norte a la región de Bahía de los Ángeles durante los meses de primavera y verano debido a la alta productividad y disponibilidad de alimento (krill) presente en esa zona y posteriormente migra al sur hacia Loreto y La Paz los meses de otoño e invierno (Urbán-Ramírez y otros, 2001).

Aunque el Golfo de California es considerado como un área de protección y conservación de la biodiversidad, la ballena de aleta enfrenta varias amenazas, mayormente de origen antropogénico como la pérdida de hábitat, el ruido náutico, la contaminación por hidrocarburos y por residuos sólidos, el enmallamiento en artes de pesca y principalmente, las colisiones con embarcaciones derivadas de la interacción de esta población con las pesquerías del Mar de Cortés. Debido a esto, la ballena de aleta se encuentra catalogada en la Lista Roja de la IUCN (International Union of Conservation of Nature and Natural Resources) como especie en peligro y, en México, está protegida bajo la NOM-059-ECOL-1994 “Protección ambiental-Especies nativas de México de flora y fauna silvestres-Categorías de riesgo y especificaciones para su inclusión, exclusión o cambio – Lista de especies en riesgo”.

Las colisiones con embarcaciones representan una amenaza para casi todas las especies de ballenas en el mundo. Estos incidentes son difíciles de evaluar cuando no hay datos necesarios, no se conocen las fuentes, el estatus de una población es incierta y principalmente cuando se trata de una población pequeña y aislada, como es el caso de la ballena de aleta del Golfo de California.

Las pequeñas embarcaciones utilizadas en el Golfo de California, llamadas pangas, provocan heridas que pueden llegar a causar la muerte. En 2015, el Programa de Observación de Cetáceos (Procetus) identificó 93 individuos de ballenas de aleta de las cuales el 50 por ciento mostraron heridas causadas por las pangas del Golfo de California. Es evidente que las colisiones con pangas representan la principal amenaza para la población del rorcual común, por lo que es importante mejorar los esfuerzos de conservación para poder mantener esta población por muchos años más.

En general, los mamíferos marinos dependen de un ecosistema saludable para su sobrevivencia, por lo que actúan como indicadores de los cambios en los ecosistemas (Moore, 2008). La ballena de aleta del Golfo de California es ejemplo de una especie clave que puede ser utilizada para describir los cambios que están sufriendo los ecosistemas marinos de México, como la destrucción del hábitat, la contaminación o el cambio climático. Es vital que los mexicanos conozcamos más acerca de esta especie debido a su importancia ecológica y cultural y que además, se familiaricen con los esfuerzos de conservación que se llevan a cabo por parte de los diferentes grupos de investigación.

 

Referencias

 

Urbán-Ramírez, J., Mate, B., Jaume-Schinkel, S., Díaz, C., Tershy, B., Acevedo-Gutiérrez, A., & Croll, D. (2001). Determination and characterization of fin whale habitat in the Gulf of California. 16th Biennial Conference of the Biology of Marine Mammals, 288.

 

Urbán-Ramírez, J., Rojas-Bracho, L., Guerrero-Ruiz, M., Jaramillo-Legorreta, A., & Findley, L.T. (2005). Cetacean diversity and conservation in the Gulf of California. In J.-L. E. Cartron, G. Ceballos, y R. S. Felger (Eds.), Biodiversity, ecosystems and conservation in Northern Mexico (pp. 276–296). Oxford University Press.

 

Moore, S.E. (2008). Marine mammals as ecosystem sentinels. Journal of Mammalogy, 89(3), 534–540.

 

 

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