En el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2024 (PND, páginas 181-211) suscrito por el presidente Andrés Manuel López Obrador define que por cuestiones de seguridad nacional es necesario lograr el autoabasto energético para no depender del proveedor internacional, que en nuestro caso es Estados Unidos. Refiere que durante la gestión presidencial de Enrique Peña Nieto la producción nacional de petróleo, gas, gasolina, diésel, refinados, queroseno, combustóleo y petroquímicos disminuyó, lo que ocasionó que las importaciones y dependencia de estos productos aumentara y que el tradicional superávit energético en balanza comercial deviniera en déficit. La inversión pública en Pemex decreció en esa administración y la deuda petrolera aumentó.
AMLO se propone hacer del sector energético la palanca del desarrollo; darle autonomía y capacidad financiera a Pemex y a la CFE; aumentar la producción y procesamiento de petróleo y gas para lograr la autosuficiencia energética, y aumentar la producción de energías renovables (geotermia, eólica, solar y pequeña hidráulica). Establece cuatro programas (petróleo, hidroelectricidad, termoeléctrica y transición hacia energías renovables) y define metas para ser soberanos durante su gestión presidencial. Entiende por soberanía la capacidad del Estado para garantizar las necesidades energéticas de los mexicanos y ofrece una estrategia para lograrlo: exploración y transformación de hidrocarburos, generación y distribución de electricidad, utilización de todas las fuentes de energía (renovables o no) y revertir la tendencia privatizadora y extranjerizante efectuadas por los gobiernos neoliberales (PND, página 190).
La meta para la generación de energías renovables en 2024 es producir 60.5 Tera Watts por hora (TWh), equivalente al 15.6 por ciento del total de electricidad producida ese año, con esa acción se espera mitigar la emisión de bióxido de carbono equivalente en 32 por ciento respecto a la línea base y cumplir así con los acuerdos suscritos por México en la COP 21, celebrada en París en diciembre de 2015. La producción termodinámica, cara y contaminante, se conservará en su actual capacidad de 16 mil Mega Watts, bajo la modalidad de ciclos combinados (combustóleo-gas).
AMLO privilegia la generación de hidroelectricidad y estima que para el año 2024, se habrán adicionado 12 TWh, que sumados a los que existe dará un total de 24.48 TWh. Las actuales 63 Centrales Hidrológicas que maneja la CFE se rehabilitarán y manejarán con eficiencia y sustentabilidad; se construirán 13 nuevas Centrales Hidrológicas, así como 112 pequeñas y medianas Centrales. La energía producida de esta manera es menos contaminante y más barata que la de ciclos combinados, que es la que maneja la iniciativa privada. Producir a través de hidroeléctricas permite abaratar los costos de producción y quizá el precio al consumidor de la electricidad, pero intensificará los despojos de bienes comunales y ejidales, privará a comuneros del acceso al agua para sus cultivos y consumo doméstico y acentuará los conflictos por la defensa de su territorio e identidad cultural.
Para desarrollar el sector energético se propone aumentar la inversión pública, tanto en Pemex como en la CFE; cambiar el régimen fiscal de ambas para que tengan mejor capacidad financiera y mejorar la deuda del sector energético. La meta de cierre de gestión presidencial signada en 2 millones de barriles diarios (mmbd) suscritas en el PND mencionado ya la modificó AMLO el 22 de mayo de 2019, ahora es de 2.6 mmbd, la adición a lo producido en 2018 es de 800 mil barriles diarios de petróleo. El apoyo fiscal que dispondrá Pemex será de 7 mil 300 millones de dólares para el bienio 2020-2021: actualmente esa empresa paga 65 por ciento de sus utilidades a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en el año próximo pagará solo 58 por ciento de sus utilidades y en 2021, 54 por ciento (La Jornada, 24/05/19, página 20).
En el PND se establece que ya no se quemará el gas en los campos petroleros, que se crearán dos nuevas refinerías con capacidad unitaria de procesamiento de 300 mil barriles de petróleo crudo al día (Bicentenario y Dos Bocas); se usarán las seis refinerías existentes a su plena capacidad y no en la tercera parte como se utilizan en estos momentos. Posteriormente AMLO precisó que el costo de la refinería de Dos Bocas será de 8 mil millones de dólares y que estará funcionado en 2021 y que durante su gestión se exploran y desarrollarán en total 22 campos petroleros y 128 pozos. Uno de esos campos, el más importante en el último cuarto de siglo se ubica en Veracruz y, además de tener reservas para muchos años, su petróleo es de muy alta calidad.
Ese campo que este año inicia producción es el de Ixachi, ubicado en Tierra Blanca, Ver. Por el tamaño de sus reservadas probadas, se le considera un campo gigante, similar al Hazem 1 de Arabia Saudita, al Moxi 8 de China o al Faihaa 1 en Iraq. Para el año 2021 se espera que los 50 pozos del campo Ixachi 1 produzcan 80 mil barriles diarios de petróleo crudo y 600 millones de pies cúbicos de gas, y que sus reservas alcancen para producir esa cantidad durante 44 años. Además del Ixachi 1, se explotarán otros 21 campos petroleros, que en conjunto producirán, por lo menos, 800 mil barriles al día adicionales de petróleo y 2 mil 700 millones de pies cúbicos de gas en 2024 (Plan Nacional de Exploración y Producción, Campo Ixachi, Tierra Blanca. Ver. 21/05/19).
AMLO estima que con las nuevas inversiones en petroquímica se eliminará la importación de gasolinas, que hoy equivale al 80 por ciento de lo consumido. Además, Pemex, al tener menor tasa impositiva podrá pagar sus pasivos financieros (deuda financiera de 106 mil 500 millones de dólares), mejorar su perfil crediticio y ser la empresa detonante del desarrollo en México. La expectativa de soberanía energética es plausible, como también lo es una mayor contaminación por el incremento de la explotación y transformación de carbón fósil.