Durante los dos primeros decenios del presente siglo, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) ha aumentado en 1.5 veces su matrícula de nuevo ingreso de licenciatura en todas las modalidades de enseñanza (escolarizada, semiescolarizada, a distancia y abierta); la tasa de crecimiento medio anual de su oferta académica de ese nivel de escolaridad fue de 5 por ciento entre los ciclos 2000-2001 y 2019-2020; las respectivas tasas de aceptación y rechazo en ese periodo fueron de 4.9 y 5.1 por ciento, respectivamente: a 20 años de distancia, los alumnos rechazados siguen superando a los aceptados. El crecimiento del nuevo ingreso a licenciatura se dio en un contexto de ampliación de nuevas opciones profesionales, en 2000-2001 había en la BUAP 23 escuelas y facultades que ofrecieron 53 programas en seis campus; en el ciclo 2019-2020, fueron 24 escuelas y facultades las que ofrecieron 85 programas en la modalidad escolarizada en 16 campus (no hubo nuevo ingreso en Cuetzalan, Izúcar y San Salvador El Seco) y a diferencia del ciclo escolar 2000-2001 en que la oferta de programas de licenciatura solo fue en la modalidad escolarizada, ahora se incluyen las modalidades semiescolarizada (cinco programas), a distancia, (ocho programas) y abierta (tres programas).
El crecimiento de la matrícula de licenciatura y tecnológica de Instituciones de Educación Superior (IES) autónomos a nivel nacional fue de 59 por ciento entre los años 2001-2002 y 2017-2018 (SEP. Anuario Estadístico), por lo que el crecimiento de la matrícula de nuevo ingreso de la BUAP es destacable. Más aún si consideramos que desde 2014 el gasto público en IES públicas es decreciente: 3 mil 846.6 pesos del año 2000 por alumno en el ciclo escolar 2018-2019 cuando en el ciclo escolar 2014-2015 fue de 4 mil 735.2 pesos del año 2000 por alumno (Enrique Peña Nieto. Sexto Informe Presidencial). El incremento de la matrícula de educación superior en las IES públicas (que cubren dos tercios de la educación del nivel superior) ha ido intensificando las jornadas de trabajo de los académicos (mayores cargas docentes y más número de alumnos por grupo); ampliando la antigüedad laboral para el retiro así como la edad para la jubilación; supliendo al profesorado de carrera por maestros de asignatura; utilizando plenamente la capacidad instalada; eliminando el gasto corriente, y aumentando las cuotas de inscripción (anticonstitucionales a partir de 2019 en que toda enseñanza pública es gratuita, además de ser un derecho).
La educación básica tiene una cobertura cercana al 100 por ciento; el déficit educativo (atendiendo solo a la cobertura) se ubica en la enseñanza media superior y superior, y son precisamente estos dos niveles de enseñanza los que más han aumentado su matrícula entre los ciclos 2000-2001 y 2017-2018: 8 por ciento en el nivel básico, 77 por ciento en el medio superior y 89 por ciento en el nivel superior (http://www.snie.sep.gob.mx/estadisticas_educativas.html). Una mayor oferta de la matrícula del nivel superior mejoró la cobertura de esos servicios (alumnos de educación superior con relación a la población de 18 a 22 años): en 1990-1991 la matrícula de educación superior a nivel nacional fue de 1.25 millones y la cobertura de 14.4 por ciento; en el ciclo escolar 2017-2017 la matrícula fue de 3.86 millones y la cobertura de 35 por ciento. Pero también contribuyó el decrecimiento poblacional derivado de la baja tasa de fertilidad: entre 1960 y 1990 la población de 18 a 22 años creció a una tasa media anual de 3.4 por ciento y necesitó 21 años para duplicarse; entre 1990 y 2020, su tasa de crecimiento será de 0.76 por ciento y requiere 92 años para duplicarse; para los años 2020-2050, la tasa de crecimiento de la población de 18 a 22 años se estima en -0.43 por ciento anual (Conapo.Proyecciones de población), por lo que es factible un incremento más intenso de la cobertura educativa de este nivel de educación, ya que serán menos los jóvenes que demanden educación superior.
Puebla ha sido históricamente una entidad de servicios educativos, la cobertura del nivel superior es de 50 por ciento en 2019, 12 puntos por arriba de la media nacional: cerca de un tercio de la matrícula del nivel medio superior proviene de entidades distintas a Puebla, principalmente de las colindantes, además la inseguridad en otras regiones del país intensificó la demanda de educación superior en Puebla a fines del primer decenio del presente siglo. La BUAP es la IES que tiene mayor demanda, que ofrece el mayor número de programas de licenciatura, la que tiene el mayor número de programas de calidad certificada y la que tiene el mayor número de académicos en el Sistema Nacional de Investigadores, además que por su carácter público, es la de menor costo.
Las solicitudes para ingresar a licenciatura de la BUAP en el ciclo escolar 2019-2020 fueron 44 mil 545, de las cuales fueron aceptados (tanto en el ingreso de otoño de 2019 como en el de primavera de 2020) 19 mil 552 alumnos (44 por ciento de los examinados) y rechazados, 24 mil 993 (56 por ciento). 94 por ciento de los alumnos aceptados se inscribieron en la modalidad escolarizada y seis por ciento en la no escolarizada. A la BUAP se puede ingresar de tres maneras: 93 por ciento lo hizo por puntaje del examen de admisión; seis por ciento por mérito académico obtenido en las preparatorias de la BUAP, y uno por ciento por ser hijo de trabajador de la BUAP.
Los programas de las áreas de Ciencias Sociales e Ingeniería y Tecnología fueron los de mayor demanda en la BUAP durante el ciclo 2019-2020; los de menor afluencia las de Ciencias Agropecuarias y los de Ciencias Naturales y Exactas. Los programas donde se registró el mayor número de rechazadas fueron Medicina (4 mil 138), Derecho (mil 768), Arquitectura (mil 138), Químico Farmacobiólogo (mil 102), Mecatrónica (mil 72) y Fisioterapia (mil 29). El ingreso promedio de los examinados en este ciclo escolar es el más bajo del siglo, 625 puntos en escala del cero al mil: por fecha de ingreso, los que se inscribieron en agosto de 2019 tuvieron un promedio de 637 puntos y los que lo harán en enero de 2020, su promedio es de 573 puntos. En el ciclo escolar 2005-2006 ingresaron a la BUAP 9 mil 997 alumnos (la mitad que ahora) y su promedio fue de 766 puntos. La masificación es concomitante a la disminución del promedio de calificación de ingreso. Si la educación es un derecho constitucional y la meta es aumentar la cobertura de este servicio, ¿será pertinente otorgar recursos públicos en función de la eficiencia terminal y el rendimiento escolar?