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Fósiles pleistocénicos del sur de Puebla

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Figura 1. La imagen corresponde a la localidad de Santa Cruz Nuevo donde se muestra la unidad húmica de colores más oscuros y a la base se observa parte de la unidad gleyca, colores claros. De estas dos unidades es de donde se han recuperado la mayor cantidad de fósiles. Fotografía: Rosa Elena Tovar.
Figura 1. La imagen corresponde a la localidad de Santa Cruz Nuevo donde se muestra la unidad húmica de colores más oscuros y a la base se observa parte de la unidad gleyca, colores claros. De estas dos unidades es de donde se han recuperado la mayor cantidad de fósiles. Fotografía: Rosa Elena Tovar.

El Pleistoceno es la época más reciente previa a la que vivimos. Inició hace 2.58 millones de años y concluye hace 11 mil 700 años. Se caracteriza por ciclos glaciales e interglaciales que se asume se debieron a cambios orbitales (ciclos de Milankovitch). El Pleistoceno concluye con la gran extinción de la megafauna [1]. Sin embargo pocos taxones de microvertebrados se extinguieron, la mayoría de ellos sobrevivieron y algunos simplemente tuvieron cambios en su distribución geográfica. Los microvertebrados son muy importantes en la determinación de paleoambientes debido a que por su talla pequeña no tienen gran dispersión. Sin embargo, sus hallazgos son raros debido a que pocos ambientes logran preservarlos.

Santa Cruz Nuevo se localiza en los límites de la Reserva de Tehuacán-Cuicatlán a 1540 msnm, es una zona árida y cálida donde predominan las plantas suculentas y espinosas características de un matorral xerófilo rosetófilo. El río Acatlán cruza el área de estudio y probablemente es el causante de las terrazas fluviales donde han sido hallados los fósiles.

Desde el 2005 se trató de hacer una aproximación a los paisajes con base en las asociaciones faunísticas. En ese momento se reconocieron asociaciones no-análogas y se estimó la edad de la asociación en un rango de 70,000–9,500 años con base en los fósiles de Neotoma mexicana y Peromyscus difficilis [2]. Con el objetivo de poder reconstruir a mayor detalle los ecosistemas presentes en Santa Cruz Nuevo, se hizo un análisis de la memoria edáfica (rasgos macro y micromorfológicos), isótopos estables de carbono en suelos y análisis de los requerimientos ecológicos de la biota identificada [3]. Todos los paleosuelos analizados están pobremente diferenciados permitiendo que en algunos de ellos todavía se observen lentes. Existe una relación entre la preservación fósil y los suelos incipientes. En suelos bien desarrollados existe una alta diversidad de microorganismos que tienden a degradar los huesos. Los paleosuelos incipientes de Santa Cruz Nuevo se formaron en climas secos con altas tasas de sedimentación donde el pH debió ser alcalino impidiendo la degradación de los huesos aún de aquellos que son más frágiles como los huesos de las aves. El análisis micromorfológico apoya la conclusión de que se trata de paleosuelos incipientes con cantidades variables de óxidos de Mn y Fe, y evidencias variables de actividad biológica.

Se reconocieron cuatro unidades pedoestratigráficas con base en sus características macroscópicas (estagnogleyca, cálcica, gleyca y húmica). Las edades de radiocarbono (30380±220 14C años AP (34512 ± 191 años cal. AP) en el paleosuelo 8Bg de la unidad gleyca y 31680±120 14C años AP (35610 ± 403 años cal. AP) en el paleosuelo 3A) de la unidad húmica ubican a la localidad al final de la etapa isotópica marina 3, que se caracteriza por climas secos. De los paleosuelos fueron tomadas muestras de materia orgánica para determinar el tipo de vegetación predominante a través de isótopos estables de carbono. Los isótopos estables nos permiten conocer el tipo de vegetación predominante por una huella de carbono que dejan las plantas, valores más negativos de -35 a -23 corresponde a vegetación de tipo templada o cálido-húmeda mientras que valores más positivos -23 a -10 corresponde a vegetación de zonas secas. Sin embargo, hay un tipo particular de metabolismo denominado CAM, presente en la mayoría de las cactáceas y agaváceas, presentes en zonas semi-áridas y abarca los valores de -23 a -13, dependiendo de la disponibilidad de agua. De acuerdo a los isótopos estables de carbono (δ13C) en todas las unidades dominaron las plantas con metabolismo C3 con excepción de la Húmica donde se observa una firma mixta (Figura 1).

La fauna fósil fue recuperada de tres niveles distintos (Unidades Estagnogleyca, Gleyca y Húmica). De la basal, la Unidad Estagnogleyca, fueron recuperados restos de Mammuthus sp. que por el tipo de dentición se asocia a hábitos pasedores lo cual sería congruente con la firma isotópica que correspondería a pastos C3. De la Unidad Gleyca fueron recuperados restos de salamandras (Ambystoma sp., Plethodontidae), sapos (Incilius sp. e Incilius occidentalis), ranas (Rana sp.), sapos pata de pala (Scaphiopodidae), tortugas (Kinosternon sp. y Gopherus cf. berlandieri), lagartijas (Sceloporus cf. grammicus, Sceloporus cf. horridus, Scincidae), serpientes (Conopsis sp., Lampropeltis sp., Leptodeira sp., Senticolis sp., Thamnophis sp., Trimorphodon sp., Crotalus sp.), armadillos gigantes (Glyptotherium sp.), conejos (Sylvilagus floridanus), roedores (Neotoma mexicana, Peromyscus difficilis, Reithrondomys sp.), osos (Ursidae), cacomixtles (Bassariscus cf. sumichrasti), caballos (Equus conversidens) y mamuts (Mammuthus sp.)[2, 3].

De acuerdo a la diversidad faunística de la Unidad Gleyca y sus requerimientos ecológicos se infiere que la mayoría de la fauna corresponde a ecosistemas secos (matorral xerófilo y pastizal). Los fósiles de salamandras del género Ambystoma y las tortugas de ciénega (Kinosternon) indican la existencia de un cuerpo de agua dulce. El diente de oso que se encontró en la Unidad Gleyca indica la existencia de un ecosistema forestal cercano.

El último nivel fosilífero, la Unidad Húmica, contiene fósiles asignados a sapos (Incilius sp., Incilius occidentalis), tortugas (Kinosternon sp.), serpientes (Lampropeltis sp., Thamnophis sp., Crotalus sp.), aves (Cyrtonyx sp., Catharus cf. occidentalis, Icterus sp., Patagioenas fasciata, Pipilo sp., Salpinctes cf. obsoletus, Dumetella cf. carolinensis, Campylorhynchus cf. rufinucha, Callipepla cf. squamata), armadillos gigantes (Glyptotherium sp.), conejos (Sylvilagus floridanus), roedores (Neotoma mexicana) y venados (Odocoileus sp.). En esta Unidad, la mayoría de las especies también son habitantes de bosques espinosos, matorrales xerófilos y pastizales que corresponden a climas cálido-secos aunque su firma de δ13C es mixta lo que sugiere condiciones más secas que en la anterior [2, 3]. Al comparar la fauna fósil con la reciente no se observan grandes cambios en las asociaciones con excepción de la biota extinta y algunos casos de especies extirpadas como son los osos, los cacomixtles tropicales, las salamandras y las tortugas de desierto. Sin embargo el registro fósil indica que estas especies tuvieron una distribución geográfica más amplia hacia el norte o sur dependiendo la especie durante el Pleistoceno.

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Referencias

 

[1] Arroyo-Cabrales, J., Polaco, O. y Jonson, E. (2002). La mastofauna del cuaternario tardío en México. En M. Montellano y J. Arroyo-Cabrales, coordinadores. Avances en los estudios paleomastozoológicos. INAH. México: 103–123

 

[2] Tovar-Liceaga, R. E. (2005). Fauna pleistocénica de Santa Cruz Nuevo, Puebla. Tesis Licenciatura. Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de México. Distrito Federal, México. 120pp.

 

[3] Tovar, Rosa E., Sedov, S., Montellano-Ballesteros, M., Solleiro. 2014. The alluvial sequence of Santa Cruz Nuevo, Mexico: Paleoecological interpretation of fossil vertebrates and pedosediments from marine isotope stage 3. Revista Mexicana de Ciencias Geológicas, 31 (3), 407-419.

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