La reciente elección presidencial estuvo sujeta a múltiples y reiterados escrutinios desde hace más de 17 meses: por lo menos 35 empresas encuestadores realizaron más de un ejercicio demoscópico sobre intención del voto por partido o candidato que fue publicado. Algunos de estos ejercicios fueron propaganda de partidos o coaliciones que pretendían mostrar una elección muy cerrada. Otros demoscopistas, que fueron mayoría, coincidían en la orientación de la intención del voto (Morena y coaligados) y en la jerarquía de las preferencias, con divergencias sobre la intensidad de las intenciones. Las últimas encuestas de mayo promediaron una intención del voto a favor de Claudia Sheinbaum Pardo (CSP) de 55.3 por ciento, 21 puntos por arriba de Xóchitl Gálvez Ruiz (XGR); el cómputo distrital le reconoció a CSP 35 millones 924 mil 519 votos, lo que representó 61.27 por ciento de los votos válidos emitidos el 2 de junio del año en curso, 33 puntos por arriba de XGR. Este resultado es coincidente con los de las encuestas de salida, conteos rápidos y el Programa de Resultados Preliminares, no hubo duda en la mayoría absoluta de electores: el programa del actual gobierno debe continuar y las iniciativas de reformas presentadas por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) deben ser discutidas y aprobadas por la nueva legislatura; no hubo engaño: la mayoría calificada era necesaria para aprobar las reformas ya presentadas y no aprobadas o rechazadas por el Poder Judicial.
La encuesta de opinión electoral no es estrictamente un pronóstico, pero es un buen fundamento para estimaciones de probables resultados. Si la intención del voto reportada en la segunda quincena de mayo del año en curso fue inmutable y los resultados del cómputo fuesen idénticos a las boletas depositadas en urnas, las diferencias entre los resultados de las encuestas y el conteo podrían ser atribuidos a fallas del marco muestral, al diseño y/o aplicación del cuestionario, y a los intereses de los dueños de las empresas demoscópicas. Aunque estos últimos son realmente existentes y se evidenciaron en el actual proceso electoral (Massive Caller, México Elige, GEA-ISA y Altica), la mayoría de las encuestas electorales aplicadas registraron intenciones de voto cercanas a los resultados del cómputo distrital; cuatro empresas (Mitofsky, Covarrubias y Asociados, Berumen y Enkoll) tuvieron un error promedio de 8.7 puntos respecto a la votación válida: sobreestimaron a XGR casi en los mismos puntos en que subestimaron a CSP. Cabe recordar que algunos ciudadanos definen su voto el día de la votación, otros lo ocultan, considerandos que hacen diferir una intención del voto con una acción de sufragio.
La reciente jornada electoral no registró contratiempos que pusieran en riesgo la integridad física de los electores ni la validez del proceso; la votación fue fluida, con mayor densidad de voto por la mañana; en las casillas hubo representantes de más de un partido y decenas de miles de observadores electorales estuvieron atentos al proceso. Las casillas esperadas para cómputo del cargo de presidente de la República fueron 170 mil 766, de las cuales 23 no se instalaron y de 122 casillas no se recibieron los paquetes electorales, sumadas estas irregularidades, representan 0.08 por ciento del total de casillas, el restante 99.92 por ciento se instalaron y entregaron paquetes electorales. Durante el proceso electoral 2023-2024 se registraron 22 atentados letales contra candidatos registrados ante el INE, precandidatos y ciudadanos que manifestaron públicamente interés en participar en el proceso electoral, según la Secretaría de Seguridad Social y Protección Ciudadana; otras fuentes mencionan 32 asesinatos (Causa Común) y 34 (Integralia): este proceso no fue totalmente níveo como deseamos que sean siempre, pero estuvo muy lejos del bermellón pregonado por la oposición.
Tres cargos elegimos en el proceso federal, cada uno con diversas modalidades de votación en casillas especiales: si el día de la elección nos ubicamos fuera de nuestra entidad pero dentro el territorio nacional, podemos sufragar en cualquier estado; en la elección de senador podemos votar solo en la circunscripción a la que pertenece nuestra entidad (una de cinco posibles) y en la elección de diputados federales, solo en nuestro distrito (uno de 300), es plausible que la participación sea más alta en la presidencial y merme en las siguientes. En este proceso, 60.1 millones de ciudadanos votaron en la elección presidencial y 59.46 millones en la de diputados federales. También se espera que algunos ciudadanos diferenciaran su voto, en el caso de CSP, registró 35.92 millones de votos; en la elección de senadores, los partidos coaligados que la propusieron tuvieron 32.77 millones de votos, entre ambos registros hay una diferencia de 3.1 millones de votos, dos terceras partes de éstos fueron para la oposición y el Movimiento Ciudadano (MC), el tercio restante, anuló; en la elección de diputados federales votaron 32.3 millones de ciudadanos por Morena, PT y PVEM, 3.6 millones menos que los sufragantes de CSP. Lo impresentable de muchos candidatos al Congreso de la Unión de Morena, aunado a la exclusión de militantes cofundadores de Morena, consecuentes con el programa de gobierno de la 4T, preparados, honestos, capacitados y con experiencia presagiaba un voto diferenciado superior al 5 por ciento de la lista nominal (LN), no fue así, el seis de seis (todos los votos para Morena) funcionó y la pérdida de votos para Morena y coaligados fue de 1.1 por ciento de la LN (votaron por CSP y anularon en senadores) y 2.1 por ciento de la LN que votó por CSP, en senadores lo hizo por el PAN, PRI, PRD o MC, es posible que fuera un voto diferenciado de ciudadanos que tienen otras preferencias y decidieron votar por CSP, estos últimos votos, más que una pérdida fueron una ganancia para CSP y Morena.
CSP es una mujer de sólida formación académica, con experiencia en la gestión pública y surgida de movimientos libertarios, es congruente con los principios axiológicos de Morena y el programa de gobierno de la 4T y fue integrante del gobierno legítimo de AMLO en 2006 (Secretaría del Patrimonio Nacional). Desde que fue mencionada como posible candidata presidencial de Morena y coaligados, la intención de voto registrada a su favor superaba por dos dígitos a los otros precandidatos de su partido y coalición. Cuando fue nominada candidata presidencial, superaba por dos a uno a la candidata de la coalición formada por el PAN, PRI y PRD.
El domingo 2 de junio CSP ganó en 31 entidades (en 28 por mayoría absoluta, en tres por mayoría simple) y perdió por tres puntos en Aguascalientes. El mayor porcentaje de votos los registró en las entidades de Tabasco, Oaxaca, Quintana Roo, Guerrero, Chiapas, y la mayor cantidad de votos fueron de los estados de México, Ciudad de México, Veracruz, Puebla y Chiapas. Del total votos emitidos para CSP, 76.17 por ciento procede de Morena, 13.02 por ciento del PVEM y 10.81 por ciento del PT. Regionalmente, los mejores porcentajes de sufragios recibidos por CSP se ubican en el Noroeste (Baja California, Baja California Sur, Sonora y Sinaloa), en el Sur (Chiapas, Guerrero y Oaxaca) y Sureste (Campeche, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán).
De las nueve gubernaturas elegidas en los comicios concurrentes de junio de este año, Morena y coaligados refrendó cinco (Chiapas, Cd. México, Puebla, Tabasco, Veracruz); ganó dos (Yucatán y Morelos) y perdió dos (Jalisco y Aguascalientes). Después de los comicios, Morena y PVEM gobernarán 23 entidades; PAN y PRI en seis estados, MC lo hará en dos y PVEM en una. De las senadurías de mayoría relativa y de primera minoría, Morena, PT y PVEM tienen 64; PAN, PRI y PRD, 30 y dos son de MC; faltan 32 senadurías por asignar por el principio de representación proporcional, pero Morena y coaligados no alcanzarán la mayoría calificada, les faltó un senador. De los 300 diputados federales de mayoría relativa, Morena, PT y PVEM ganaron 256; PAN, PRI y PRD, 42 y dos diputados uninominales pertenecen a MC; faltan 200 diputaciones de representación plurinominal a repartir según sufragios en urnas, con esas escaños, Morena y coaligados serán mayoría calificada.
Las campañas negras tuvieron resultados adversos para sus promotores: recibieron puntual respuesta del injuriado y calumniado AMLO, y los porcentajes de aprobación de la gestión gubernamental aumentaron en lugar de disminuir. Tampoco incidieron en las preferencias electorales hacia Morena y su candidata presidencial CSP, quien en urnas fue también mayoría en tres entidades gobernadas por el PAN y dos gobernadas por el PRI. La campaña negra de violencia electoral tampoco tuvo eco y 61 por ciento de los ciudadanos de la LN de electores sufragó (72.7 por ciento en Yucatán, 71 por ciento en Tlaxcala y 70.3 por ciento en la ciudad de México); hubo irregularidades que habrá que subsanar, pero ninguna pone en riesgo la validez del proceso federal ni tampoco la de gobernador, diputados locales y de la mayoría de los ayuntamientos.