El agregado del capítulo laboral referente al reconocimiento efectivo a la negociación colectiva y la participación en la elección de líderes sindicales a partir del voto, libre y secreto, es el contenido más relevante de la modificación del nuevo acuerdo comercial T-MEC, así lo manifestó Huberto Juárez Núñez, profesor investigador de la Facultad de Economía de la UAP, especialista en temas de la industria automotriz.
Fue a propuesta, en primer lugar, de la representación canadiense en la negociación, de los sindicatos norteamericanos, los sindicatos independientes, profesores e investigadores, y activistas laborales mexicanos en segundo, quienes lograron incluir en el nuevo acuerdo comercial T-MEC (USMCA por sus siglas en inglés), el anexo A en el capítulo 23, que se refiere a la representación de los trabajadores en la contratación colectiva en México, precisó el académico.
En entrevista con Saberes y Ciencias, el economista destacó que el capítulo 23 —condicionante para la firma del tratado— comprometió a México a incluir en su legislación disposiciones respecto al reconocimiento efectivo a la negociación colectiva; la participación en la elección de líderes sindicales a partir del voto, libre y secreto; y la rendición de cuentas de las actividades del sindicato.
La sinopsis del Senado de la República del capítulo laboral del acuerdo detalla:
“El anexo dispone que México deberá incluir en su legislación disposiciones respecto a las siguientes asuntos: el derecho de los trabajadores a participar en la negociación colectiva y a organizar, formar y unirse al sindicato de su elección sin la interferencia de los patrones en las actividades sindicales.
“Los trabajadores deberán participar en la elección de líderes sindicales a partir del voto personal, libre y secreto. Para el registro sindical de un contrato colectivo de trabajo, el órgano independiente deberá verificar que el centro de trabajo esté en operaciones, que los trabajadores hayan tenido acceso a una copia del contrato y que la mayoría de ellos esté de acuerdo en la celebración del contrato.
“Para las futuras revisiones de los contratos colectivos de trabajo, incluyendo los que actualmente estén depositados, se deberá acreditar el apoyo de la mayoría de los trabajadores en el centro de trabajo.
“Todos los contratos colectivos de trabajo y los documentos relacionados deberán ser públicos”.
Para dar cumplimiento a lo establecido en el capítulo laboral, el Congreso mexicano dominado por Morena, ratificó en septiembre de 2018 el convenio 98 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que implica en términos generales: la transición a la democracia sindical con relación a los contratos de protección, la garantía de negociación colectiva efectiva y el establecimiento de un sistema de justicia laboral efectiva, transparente e independiente.
Y el primero de mayo de 2019 se aprueba el decreto por el que se reformaron artículos concernientes a los contratos colectivos, la democracia sindical, la rendición de cuentas de los sindicatos y la justicia laboral, esto, en el marco de las negociaciones de nuevo acuerdo T-MEC, antes TLCAN.
No obstante estos avances institucionales, precisó el académico, desde la entrada en vigor de las nuevas disposiciones laborales, “no ha pasado nada, ni pasará”, es decir, los líderes del sindicalismo oficial no soltarán el poder y control de los contratos colectivos; “los obreros no deberían esperar que los ‘charros’ se vayan por decreto, porque eso no va a suceder, el movimiento obrero no renacerá por sí mismo y ningún capítulo laboral, ley o tratado va a revitalizarlo.
“Por el contrario, los líderes de la CTM, de la FROC —por poner algunos ejemplos: Tereso Medina, Carlos Aceves del Olmo en el norte, o Leobardo Soto y René Sánchez Juárez, en Puebla—, son muy vivos y hoy se han convertido en los principales aplaudidores de López Obrador y paladines del proletariado.
“¿Cuándo van a convocar a asambleas? ¿Cuándo los trabajadores van a decidir que el próximo líder sea un trabajador y no el hijo de un líder charro, no un abogado que nunca estuvo como trabajador en planta?
Los sindicatos independientes de la industria automotriz,
experiencias para la movilización obrera
En enero de 2019, trabajadores del sector automotriz, eléctrico, metalmecánico y maquilador principalmente —pero también de la Coca-Cola, y tiendas departamentales como Soriana y Chedraui— de Matamoros, Ciudad Victoria y Reynosa, Tamaulipas, salieron a las calles para exigir un aumento salarial, en algunos casos de hasta 20 por ciento y bonos. Tomaron las calles con la confianza de que el nuevo gobierno federal no haría uso de las fuerzas represivas, policía o ejército, aunque sí hubo casos de represión física y despidos injustificados.
Con paros y emplazamientos a huelga, el llamado Movimiento 20-32, con la intervención de la Secretaría del Trabajo, lograron acuerdos con el 90 por ciento de las empresas emplazadas a huelga, a pesar de las amenazas de las gerencias de autopartes y maquiladoras de irse.
“El problema es que si los trabajadores no aprenden de lo que lo que les mostraron el año pasado sus colegas de Matamoros cuando pararon y a pesar de las amenazas de gerencias de autopartes que dijeron que se iban a ir, ganaron ese movimiento que llamaron 20-32. Desafortunadamente una abogada los tiene controlados, pero lo importante es que hay antecedentes.
“No es que no haya habido luchas, he registrado en Aguascalientes, en Mazda, en Honda, en General Motors, Guanajuato, en Silao, en Ramos Arispe, Coahuila, pero son grupos muy pequeños de trabajadores y a muchos de ellos los han despedido”, precisó Juárez Nuñez, quien ha dedicado parte de sus esfuerzos académicos a estudiar el movimiento sindical obrero en la industria.
El también galardonado con el premio “Planeta Azul” otorgado por la Fundación Ethecon, con sede en Berlín, Alemania, en reconocimiento a su exhaustivo trabajo relacionado al conocimiento de la industria automotriz, textil, maquiladora electrónica y aeroespacial en México, identificó dos elementos de tipo social que espera funcionen:
– Que los sindicatos independientes tengan una participación en asesoría, ayuda, ejemplo para sus colegas han permanecido por décadas bajo el yugo sindical corporativo. Los sindicatos de independientes de Audi y Volkswagen, tiene mucha experiencia.
– Dos, que los activistas de Morena, los más consecuentes —no de esa Morena que están peleados, ni los arribistas buscachambas del PRI y PAN— se muevan a organizar la resistencia nuevamente; el gobierno no puede decretar que los charros se vayan, no esperemos decretos, no esperemos un decreto que diga que el líder sindical debe ser un trabajador con tres o cinco años de antigüedad mínimo en la planta.
“Hay un derecho, y es que el contrato colectivo no pasa si la mayoría no lo ratifica.
Ningún derecho se lo van a regalar (a los trabajadores), lo deben conquistar, los sindicalistas independientes deben pensar en este asunto.
“Si este elemento social no acude estamos con la mejor ley del mundo (la ley laboral), pero con un movimiento de trabajadores que sigue postrado”, sentenció.