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Diversidad de modos reproductivos de los anfibios mexicanos

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Típicamente, al llegar la época reproductiva, los anfibios adultos arriban a charcas, pozas, y demás cuerpos de agua sin corriente, donde depositan sus huevos, de los cuales eclosionan larvas acuáticas, que finalmente se metamorfosean en individuos adaptados para vivir fuera del agua. Aunque esta fue una de las formas de reproducción que surgieron primero en la historia evolutiva de los anfibios, hace ya millones de años, además de ser la que presentan la gran mayoría de las especies de anuros y salamandras actuales en las regiones templadas y frías del planeta (Europa y Norteamérica, por ejemplo), está muy lejos de ser la única. De hecho, en la actualidad los expertos reconocen la sorprendente cantidad de 39 distintas formas (o modos reproductivos) en las que los anfibios (anuros, salamandras y cecilias) se reproducen, la cual solo es igualada en variedad por la cantidad de modos reproductivos en el grupo de los peces óseos. La diversidad de modos reproductivos en los anfibios, está dada por la combinación de tres características, principalmente: 1) el sitio donde la pareja deposita los huevos (en el agua, en la tierra o retenidos en los oviductos), 2) las características de éstos y de la puesta (como el tamaño de los huevos, y si éstos son depositados dentro de nidos de espuma, por ejemplo), y 3) el modo de desarrollo (indirecto, el cual implica una larva acuática de vida libre, o directo).

Agalychnis moreletii
Agalychnis moreletii

México es reconocido por su gran diversidad en número de especies de distintos grupos animales, por ejemplo, en el caso de los anfibios ocupa el quinto lugar a nivel mundial, con aproximadamente 376 especies descritas, y muchas más en proceso de descripción. Además, esta gran diversidad en cantidad de especies va de la mano con una alta diversidad de modos reproductivos que éstas presentan. De esta forma, en nuestro país existen nueve de los 39 modos reproductivos que hay a nivel mundial en este grupo de vertebrados. A continuación se da una breve descripción de los modos reproductivos existentes en México, así como algunos ejemplos de géneros y especies que los presentan.

Primero tenemos los modos reproductivos en los que los anfibios depositan sus huevos en el agua y presentan una larva acuática, dentro de los cuales está el más común, es decir el descrito al inicio de este texto; éste se encuentra presente en muchas especies de los géneros Ambystoma, Hyla y Lithobates. También tenemos a los anfibios que se reproducen en cuerpos de agua con corriente (como arroyos y ríos), como muchas especies de los géneros de ranas Charadrahyla, Plectrohyla y Ptychohyla. Por otro lado, un modo reproductivo bastante especializado es el que presentan la rana coronada, Anotheca spinosa, y las dos especies del género Bromeliohyla, las cuales se reproducen en cuerpos de agua muy pequeños y con características particulares (como los que se forman entre las hojas de las bromelias o en oquedades de troncos), donde los renacuajos tienen que desarrollarse pese a la prevalente escasez de alimento. De hecho, las hembras de A. spinosa depositan huevos no fertilizados en el lugar donde se están desarrollando sus renacuajos, con el fin de alimentar a estos últimos, como respuesta a esta escasez de alimento. En nuestro país también tenemos modos reproductivos en los que los anuros depositan sus huevos en nidos de espuma. En el primero de éstos, que lo presenta Leptodactylus melanonotus, los huevos y larvas recién eclosionadas se desarrollan en nidos de espuma que se encuentran en la superficie del agua, para después salir de éstos y alimentarse en las partes con menor corriente de los ríos. En el segundo, que lo presenta Leptodactylus fragilis, los embriones se desarrollan en nidos que son hechos en cámaras subterráneas construidas muy cerca de ríos por los machos, las cuales se inundan por la lluvia y de esta forma permiten que los renacuajos lleguen a los ríos para alimentarse.

Anotheca spinosa
Anotheca spinosa

Dentro de los modos reproductivos en los que los anfibios depositan sus huevos fuera del agua, existen en el país dos en los que los anfibios pasan por un estado larvario acuático, y uno en el que el desarrollo es directo. Algunos casos que involucran una larva acuática, son las ranas del género Agalychnis, que depositan sus huevos en las hojas que se encuentran sobre las charcas, y la rana de cristal, Hyalinobatrachium fleischmanni, que deposita sus huevos principalmente en el envés de las hojas que se encuentran sobre arroyos con corriente rápida. En ambos modos reproductivos los embriones se desarrollan en las hojas, y al momento de eclosionar como renacuajos, caen al agua para continuar con su desarrollo. En el modo reproductivo con desarrollo directo del embrión, tenemos a las especies de anfibios que no dependen de cuerpos de agua para reproducirse, dentro de las cuales están las ranas de los géneros Craugastor y Eleutherodactylus, y las salamandras de los géneros Bolitoglossa y Pseudoeurycea. Muchas de estas especies depositan sus huevos, que son relativamente grandes, en lugares húmedos, como son la hojarasca y dentro de troncos podridos. De éstos eclosionan individuos similares en forma a los adultos, solo que en miniatura, por lo que estas especies no pasan por una fase de metamorfosis.

Todos los modos reproductivos mencionados hasta el momento están agrupados dentro de la oviparidad. Sin embargo, el último modo reproductivo presente en anfibios mexicanos es la viviparidad como tal, que implica el retenimiento de los embriones en los oviductos de las hembras, donde se desarrollan hasta su nacimiento. Éste se encuentra presente en la cecilia mexicana, Dermophis mexicanus, un anfibio de cuerpo alargado que carece de extremidades y presenta hábitos fosoriales.

Charadrahylataeniopus
Charadrahylataeniopus

En este punto es importante hacer notar que, así como hay muchas especies de anfibios en México que aún no han sido formalmente descritas, también hay muchas especies ya descritas de las cuales no se sabe mucho acerca de su modo de reproducción, por lo que es un campo abierto para su estudio. Y por último, es interesante mencionar la forma como se encuentran relacionados distintos aspectos de la vida de los anfibios, incluyendo los modos reproductivos con otras características. Por ejemplo, en varias de las especies del género Charadrahyla, los machos carecen de canto, o al menos éste no parece jugar un papel importante en la consecución de pareja, lo cual parece estar relacionado con la reproducción en arroyos. Un caso distinto es el de algunas especies del género Eleutherodactylus, en las cuales las hembras emiten cantos, aunque no de la misma intensidad que los machos, lo cual está relacionado con la reproducción en tierra firme. Y por otro lado, los renacuajos del género Bromeliohyla son muy característicos en que carecen de aletas en la cola (las cuales están presentes en la gran mayoría de renacuajos de otros anuros mexicanos), aspecto relacionado con su desarrollo en el agua que se acumula en las bromelias. Aunque estos ejemplos son de los más conocidos y evidentes hasta el momento, seguramente existen muchas más formas sorprendentes en que los distintos aspectos de la vida de los anfibios mexicanos se encuentran relacionados.

 

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