Manuel Toharia Cortés · Fotografía: Aurelio Fernández |
Manuel Toharia Cortés es un escéptico. Si no lo fuera, si fuera dogmático, sería cura, ha declarado en diversas ocasiones. Sus argumentos, difundidos en conferencias, entrevistas, revistas y libros, escuecen a los defensores del calentamiento global y del cambio climático. Pero no hay muchos que lo rebatan. En 2009 estuvo en México a invitación de la Universidad Autónoma de Puebla para hablar de este polémico tema como parte de las actividades por los 10 años del desastre ocurrido en la Sierra Norte poblana y otros estados, organizado por el Cupreder.
Manuel Toharia dirige el Museo de Ciencias y todas las actividades científicas de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, a la que añaden el apelativo de “Príncipe Felipe”. Es en estas espectaculares instalaciones asentadas en el viejo lecho del río Turia donde lo entrevistamos el 5 de septiembre de 2012.
Conversamos sobre la posibilidad de conocer el fenómeno atmosférico, de poder medirlo, de proyectar su futuro. De los modelos matemáticos y su aplicabilidad; del comportamiento de los gobernantes hoy en día frente a este tema, y sobre Al Gore.
Muchos cambios, diversas magnitudes
Saberes y Ciencias (SyC). ¿Qué tan seguros podemos estar de que vivimos un cambio climático (CC)?
Manuel Toharia (MT). Los cambios climáticos son una constante en la historia de la Tierra, siempre los ha habido. Entonces, que ahora estemos en un CC parece lógico. No hay un CC general que en todas partes afecte por igual; esa es una idea absurda. Los cambios se producen en unas regiones más que en otras, más o menos aceleradamente; luego haces un promedio para dar un dato del mundo, pero son promedios estadísticos. En estos momentos medimos temperaturas en lugares muy dispersos del globo, y no tenemos datos uniformes, buenos, de, por ejemplo, temperatura. En algunos sitios se observan calentamientos y en otros enfriamientos. Incluso el propio IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change; Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático), el que hace estos promedios, reconoce que en las zonas ecuatoriales prácticamente no ha habido calentamiento, mientras lo ha habido mucho en las zonas subpolares del norte; en cambio no lo ha habido en el Polo Sur. En algunos lugares subió la temperatura mientras en otros incluso se enfrió. Es el problema que tienen los promedios. Termino pues con esta respuesta que es compleja: CC, sí, pero eso es una estadística. CC en diferentes lugares, por supuesto. Entonces, no es un cambio climático homogéneo, sino muchos pequeños cambios, de diversa magnitud.
SyC. En alguna conferencia has dicho que de un tiempo a la fecha no se ha registrado un aumento de la temperatura, supongo que con datos del propio IPCC.
MT. El IPCC publica cómo ha evolucionado la temperatura durante todo el siglo XX y lo que llevamos del XXI. Se supone que es la temperatura para todo el mundo, lo que es una abstracción completamente indicial. La evolución es interesante porque durante finales del siglo XIX y buena parte del XX, hasta los años 40, la temperatura subió. Desde los años 40 hasta finales de los 70, bajó en promedio, y desde 1978 y 79 subió de prisa hasta el año 1998. Pero a partir de ese año las temperaturas se han mantenido prácticamente horizontales, con sus oscilaciones, hasta 2012.
Entonces, visto retrospectivamente, 14 años de temperaturas estables, 20 años de subida, 35 o 40 de bajada no tanto como la subida posterior; una subida mucho más brusca desde finales del XIX; cómo se puede comparar con el aumento promedio del CO2, que es otro índice, que se mide en el volcán Mauna Loa desde 1957 y que va en aumento, pero que es una curva que no se compara con la bajada que había entonces de temperatura, posterior subida y con el actual estancamiento.
Ligar directamente el CO2 al aumento de temperatura es un error básico, reconocido por el IPCC como el factor central. Esto es ignorar absolutamente que hay un gas de efecto invernadero mucho más potente que el CO2, que es el vapor de agua. Pero el IPCC no cita las nubes ni el vapor de agua; para ellos es como si no existieran, sencillamente porque los científicos saben muy poco de lo que le pasa al vapor de agua en la atmósfera mientras está en fase vapor y no en fase líquida, como lluvia, o en fase sólida, como el hielo. Ahí está el problema.
El CO2 es el gas de la vida. El O2 es un gas oxidante, produce un proceso destructivo; por eso se insiste en los alimentos antioxidantes. El oxígeno nos mata poco a poco; es el gas que impidió durante millones de años que la vida se desarrollara sobre la tierra, que saliera del mar.
SyC. ¿Descartas que haya una correlación entre aumento de la temperatura y aumento del CO2?
MT. Hay indicios teóricos. El CO2 es el gas de efecto invernadero más importante después del vapor de agua. Bastante después. Contribuye en 10 o 15 por ciento —hay discusión entre expertos, pero ese sería un promedio—, y el vapor de agua contribuye en 80 por ciento; el resto, los demás gases. Por tanto el CO2 es cinco veces menos influyente en el cambio climático que el vapor de agua. ¿Por qué tanta insistencia en el CO2? Sencillamente porque lo conocemos. Porque tenemos en el volcán Mauna Loa más de 50 años de buenas medidas; creemos que eso es un buen índice de cómo está el CO2 en todo el mundo. Pero es mentira, porque en este parque de enfrente, por ejemplo, hay mucho más CO2 del que hay en el Mauna Loa, pero aquí no hay cambio climático. Entonces, qué pasa. ¿El CO2 cambia el clima globalmente en toda la tierra? Ya hemos visto que no, que el clima cambia más en unos sitios que en otros. Pero desde el punto de vista teórico algo debe estar pasando. Desde Svante Arrhenius1 sabemos que alguna influencia debe tener. Es indudable que el vapor de agua tiene una influencia muy superior; pero no lo conocemos y por eso no hablamos de él. Eso es indudable. Aquí está la incertidumbre de todo este sistema de correlaciones que dicen que si aumenta el CO2 aumenta la temperatura; por tanto, disminuyamos el CO2 y disminuirá la temperatura. Eso dice el IPCC, ¡es simplista, es infantil!
El IPCC dice que hay evidencias robustas de que el CO2 hace cambiar la temperatura. Mire usted, de robusto no tiene nada. No hay más que investigar los trabajos en los que se basa esa afirmación, y los propios trabajos científicos en los que se basa el IPCC, hechos por sabios por encargo de esa organización. Esos mismos trabajos expresan muchísimas incertidumbres. A veces de manera explícita, en general de manera implícita. Para eso hay que leerse los trabajos científicos, claro. No basta con leerse el resumen político que hace el IPCC, porque éste es un organismo político. Hay científicos en él, cierto, pero la mayoría no sabe de cambio climático; por ejemplo, el científico que está por España en el IPCC es un catedrático de Ecología, experto creo que en fanerógamas. A final, el IPCC, que pasa por ser la autoridad, es un organismo político que cumple funciones políticas, y que yo creo que está tomando decisiones muy duras con muy pocas certezas, grandes incertidumbres, y afectando enormemente sobre todo al desarrollo de los países pobres; esto es lo que es inadmisible. Parece que el CC sólo nos importa a los países ricos; es cierto que somos los que más tenemos que perder. Pero nadie habla del hambre, nadie habla de los países pobres. Sí, se habla de que en el futuro estarán peor, pero por qué no ayudarlos ahora.
Redistribución del hielo, no disminución
SyC. Se habla de que una evidencia del calentamiento global es el derretimiento de los glaciares de las montañas y de los polos. ¿Qué pasa aquí?
MT. La criosfera, el conjunto de los hielos que tiene el planeta, está en 92 por ciento en la Antártida; es un continente sobre el que hay una capa de hielo de varios kilómetros, y lo tiene aplastado, de lo contrario sería mucho más alto. Ese hielo se desborda y se va perdiendo en el mar según vaya encontrando agua más caliente. Son los icebergs.
En Groenlandia, que es otro pequeño continente, aunque es una isla grande, está entre 5 y 7 por ciento del hielo del planeta.
Y el resto, es decir, en el océano Glaciar Ártico, flotando, en una capa estrecha de hielo, y en los glaciares de los continentes, el Himalaya, las grandes montañas del centro de África, los Andes, es decir, de las grandes cadenas montañosas del mundo, está apenas 1 por ciento.
Los datos reales de qué está pasando con ese hielo son: el del Océano Glaciar Ártico se mide desde hace ya tres decenios; en espesor está disminuyendo, aunque aumenta mucho en invierno y disminuye mucho en verano, pero en general está disminuyendo. Es un hielo flotante, el Polo Norte es un océano, de poco espesor. El hielo de los glaciares continentales, sin contar la Antártida ni Groenlandia, está disminuyendo a marchas forzadas desde prácticamente principios del siglo XIX, quizá desde el XVIII. Hay datos históricos en los Alpes, las Rocosas, el Himalaya, que indican que el hielo de los glaciares —tropicales sobre todo—, de las montañas está disminuyendo a un ritmo aproximadamente constante desde hace dos siglos.
¿Qué pasa con la Antártida y Groenlandia, dónde está 98 por ciento del hielo del planeta? En la Antártida aumenta el hielo; son datos formales, están medidos; le cuesta mucho reconocerlo al IPCC, pero si se busca la letra pequeña se encuentran todas las referencias de todos los estudios que demuestran que el hielo en la Antártida no sólo no disminuye, sino que aumenta. Es verdad que está disminuyendo en algunas zonas, las que precisamente dan a América del Sur, la isla Livingston y toda esta parte, en una región que sube mucho de latitud, donde justamente se une al continente americano, y en esa zona hay un calentamiento claro, medido en los últimos 30 años. En el resto de la Antártida hay enfriamiento y por tanto acumulación de hielo. Por el calentamiento que hay en esa parte de los océanos hay más evaporación y más precipitación sobre el Polo Sur, que es un continente seco. Llueve y nieva cero, aunque la temperatura media es de 40 grados bajo cero. En total, el hielo antártico está aumentando levemente los últimos 40 años, y se sabe por medidas directas.
En Groenlandia pasa algo parecido a la Antártida, pero el hielo que desborda y entra al mar —tiene montañas muy altas, como la Antártida— se desgaja y ese está disminuyendo, sobre todo en el borde suroeste. En el norte y en el centro de Groenlandia, el hielo está aumentando. Globalmente hablando, y luego de muchos estudios que se han hecho y se siguen haciendo, mi conclusión y la de muchos es que en Groenlandia no hay disminución ni aumento del hielo.
Total, 98 por ciento del hielo, localizado en Groenlandia y la Antártida, aumenta levemente; y en el 1 y pico por ciento restante, que son los glaciares, disminuye muy deprisa. Suma total de la criosfera: estable. No hay disminución de hielo en el planeta Tierra. Hay una redistribución. Hay retroceso de glaciares en unos lados, como en los Alpes, donde el glaciar está ahora mucho más arriba. Pero curiosamente están apareciendo por ello caminos por donde transitaba habitualmente la gente en invierno y en verano, lo que significa que ese glaciar estuvo allá arriba hace sólo ocho o nueve siglos.
Cuando los vikingos descubrieron Groenlandia, en la época de Canuto (Knut), Canuto I, Canuto II, curiosamente le llamaron grüne land, tierra verde. De hecho estuvieron establecidos allí casi cuatro siglos; allí podían pastorear, tenían cultivos. Después escaparon de ahí en el siglo XIII, cuando empezó la gran disminución de temperatura, de lleno en el siglo XIV, hasta el mínimo glacial del siglo XVII.
Museo de ciencias en Valencia · Fotografía: Aurelio Fernández |
SyC. Los supuestos deshielos se asocian al incremento del nivel del mar.
MT. Es un error conceptual grave. Del invierno al verano, el Polo Norte pasa de una superficie de unos 14 o 15 millones de kilómetros cuadrados a unos 5 o 6; es una barbaridad el hielo que se convierte en agua, y esto no hace subir el nivel del mar ni una milésima de milímetro, por el Principio de Arquímedes, conocido y comprobado de hace milenios. Ningún hielo flotante hace subir el nivel del mar cuando se funde, está demostrado por ese principio. El único hielo que podría afectar el nivel del mar es el de los glaciares que están desapareciendo desde hace dos siglos. Como ese hielo supone 1 por ciento del total que hay en el mundo, a eso se le atribuye la subida medida en los últimos decenios. Tenemos medidas desde los satélites Topex, el Jasón I y Jasón II, que van midiendo apenas hace veintitantos años el nivel de mar, y la magnitud de la subida es del orden de uno a tres milímetros por año. ¡A ver cómo mides esto, uno a tres milímetros por año; es una cosa ridícula! En un decenio significa de uno a tres decímetros. En un siglo serían de 10 a 30 centímetros. ¿Pero quién mide eso? Se dice que con un error relativo de más o menos 50 por ciento. ¡Ah, vale! Es como si preguntan: “¿cuánto pesa usted?, yo, 50, más o menos 25…”
¿A qué más puede achacársele el aumento del nivel del mar? Bueno, pues a la dilatación del mar por efecto del calentamiento de los últimos años; se dice que dos tercios se debe a esto. ¿Qué más se tendría que ver? Tendría que saberse cuánta agua se evapora por culpa del calentamiento; si el agua se calienta, se dilata; pero también se evapora más. Hay quien dice que ahora hay más tormentas y más vientos. Si es así, habrá más evaporación, y también por el calentamiento. ¿Cuál es el balance? No lo sabemos; no tenemos ningún dato, ningún estudio; no hay nada. Es muy complicado establecerlos a escala global. Puedo hacer un estudio en la bahía de Monterey, en California —que se han hecho—, en la bahía de no sé dónde en Islandia. Sí, pero eso no lo puedes extrapolar a todos los mares del mundo, tropicales, salados, calientes, mares fríos. Hay corrientes inmensas, por arriba y por abajo. El tema del mar es un tema en el que estamos completamente in albis. No sabemos prácticamente nada.
SyC. Y los huracanes, se dice que hay más por el calentamiento del agua…
MT. No hay ningún dato que diga que hay más huracanes ni que son más fuertes. De hecho, desde aquel famoso del Katrina, no ha habido ninguna temporada así en el Caribe, donde por cierto no son los peores huracanes del mundo, más bien son los más suaves comparados con los que hay en Asia. Los huracanes no han aumentado ni en frecuencia ni en intensidad, ni en el Caribe, ni por supuesto en Asia, donde se dan los peores.
La crisis económica, más dañina
que las peores predicciones climáticas
SyC. Entonces, lo mismo podemos decir del argumento de que hay sequías crecientes, aumento de desastres, que hay especies que están desapareciendo…
MT. Yo creo que hay que irse a la historia. Qué sabíamos y qué sabemos ahora. Hay especies que están desapareciendo, es verdad. Pero ¿sabíamos algo de las que desaparecieron hace un siglo o antes? No. Pero hay una razón obvia que influye en esto: ¿cuántos humanos somos ahora en la faz de la Tierra? 7 mil millones. ¿Cuántos había tan sólo hace un siglo: mil 200. Y hace dos siglos, 700. En la época de Jesucristo: 100. Claro, el crecimiento de la población ha sido exponencial y ese crecimiento implica un impacto, todos los seres producen un impacto. Los humanos impactamos más porque nuestra inteligencia ha producido una tecnología muy sofisticada, de efecto multiplicador. Debido al consumo de fuentes energéticas, del uso de contaminantes, etcétera. Hay una preocupación muy grande por esta multiplicación de la especie humana derivada del progreso de los países ricos, más que en los pobres. Pero los recursos de comida y bebida faltan. Hay 3 o 4 mil millones condenados a morir de hambre, mientras 2 o 3 mil vivimos muy bien… Ésa es la gran paradoja del mundo actual y del desarrollo capitalista, que es el único que hay desde que desapareció el mundo socialista.
Parece lógico que todos los problemas del CC se vean desde un punto de vista de la producción capitalista. El informe Stern es un informe 100 por 100 capitalista, que habla del Banco Mundial, del Desarrollo, del dinero, de pérdidas en los países ricos. No habla de hambre, de bienestar en los países pobres. Parece como si el cambio climático fuera un problema sólo de ricos.
Por cierto, la crisis económica actual ha hecho mucho más daño a las economías de los países ricos que las peores predicciones del informe Stern sobre los daños del cambio climático agudizado. Esto no lo ha dicho nadie, pero yo me he molestado en calcularlo y lo estoy escribiendo en un nuevo libro. El Informe Stern daba unas cifras apocalípticas de pérdidas en el mundo de riqueza y tal, por culpa del CC. En los tres o cuatro años de la crisis hemos perdido más dinero que todo el que preveía en ese informe, y nadie dice nada. Eso sí, de los países pobres no nos acordamos.
Tampoco se acuerdan hoy del CC, por cierto. Ya nadie habla de él, porque es medio ambiente, y es más urgente que los bancos se refloten para tener otra vez capacidad de ganar mucho dinero a nuestra costa.
El problema de los modelos de un
sistema climático inexistente como tal
SyC. Se sustenta mucho el argumento a favor del CC en el uso de modelos. Tú eres un especialista en ellos, qué puedes decir.
MT. Cuando no podemos experimentar, como en los laboratorios de Física y de Química, con cosas que podemos tocar, tenemos que modelizarlas. Este es un sistema muy antiguo, desde que hubo buenas matemáticas; sabemos hacerlo. Los modelos implican meter en un corsé matemático procedimientos más o menos complejos. Cuanto más complejo es el proceso, más difícil es de encuadrar en un modelo matemático. Pero eso no asusta a nadie. Con esto, a priori, la idea de modelizar elementos complicados es una muy buena idea que ha rendido servicios excelentes al conocimiento físico, matemático, químico.
En este caso, los modelos intentan incluir un sistema climático ideal, que existiera para todo el mundo; intenta comprenderlo y de alguna manera sintetizarlo en unas ecuaciones relativamente sencillas. En teoría está bien, la idea es buenísima. Tenemos grandes ordenadores, tenemos la posibilidad de estudiar espacios de la atmósfera mucho más controlados que antes… Reducimos la atmósfera a cuadraditos de muchos kilómetros cúbicos, le metemos a cada uno de esos cubos distintos elementos, todo lo que suponemos que afecta el CC, hacemos rodar al ordenador y nos da un resultado en el tiempo.
¿Sirven para algo estos modelos? No. Mi respuesta es contundente. Lo siento por muchos compañeros muy honestos y muy buenos científicos que creen a pie juntillas lo que hace el modelo. No sirve por bastantes razones, objetivas, no es una simple opinión. La primera de ellas es que el sistema climático no existe. Es una abstracción absurda.
En Física un sistema es una palabra que tiene una connotación muy concreta que quizá no tiene en el lenguaje literario corriente. Un sistema (para la Física) es en el que todas las entradas y salidas de energía están limitadas, son conocidas y lo que ocurre dentro no tiene nada que ver con lo que ocurre fuera. Eso es un sistema. Entonces, el sistema de CC no es verdad que exista. El clima está sometido a cuestiones aleatorias que hacen que haya una diversidad de funcionamiento externo e interno que impide considerarlo un sistema.
Si decimos que el clima promedio de la Tierra es 15 grados es porque cogemos la temperatura de Sydney, de Londres, de México y de los observatorios que queramos; luego sacamos un promedio y lo hacemos para cada estación de año. Es como si usted se ha comido un pollo y yo no he comido nada y decimos que cada uno ha comido medio pollo. El sistema climático es una abstracción inaceptable.
Segunda objeción. Las ecuaciones matemáticas que utilizamos son lineales. Sabemos desde hace 30 o 40 años que las ecuaciones que rigen el comportamiento atmosférico son no lineales. Es decir, caóticas. ¿Qué significa el caos? No significa que el resultado está determinado, que puede ser cualquiera. No. Está muy bien definido. Es una hipersensibilidad a minúsculas variaciones de las condiciones iniciales. Si yo tengo una transformación en la que una condición inicial se convierte en una condición final, esa transformación viene definida por una ecuación matemática, si ésta no es lineal y la condición cambia un poquito, la condición final cambia muchísimo, o no y no lo sabemos. Es decir, que se deben conocer con absoluta certeza las condiciones iniciales para poder predecir las condiciones finales. Es exactamente lo que no ocurre en cuestiones de clima. En cuanto se meta un minúsculo error en la condición inicial, pero minúsculo, en el resultado me sale cualquier cosa, y no es válido el resultado. Esto lo saben los que hacen modelos. El que sea caótico invalida completamente la herramienta, y en clima es prácticamente imposible conocer las condiciones iniciales con arreglo a este modelo. Está fuera de las posibilidades humanas, ahora y en el futuro.
Tercera objeción. Las ecuaciones matemáticas para poder calcular todos esos cubos deben ser un poco complicadas. Son muchos los cubos del planeta y muchos los elementos que lo contienen, lo que desborda completamente la capacidad de los ordenadores del mundo, que se utilizan para esto, por cierto. Y se utilizan también para calcular las trayectorias de los proyectiles balísticos. Entonces, las ecuaciones utilizadas son muy simples, no pueden ser complejas, con lo cual estás quitando parámetros de la ecuación que parecen secundarios; eso pasa mucho. La simplificación de las ecuaciones es un tercer factor que le quita fuerza a la calidad del resultado. Y las que se usan hoy son extremadamente sencillas; cualquier persona que no sepa muchas matemáticas lo entendería sin problemas. Son muy fáciles, muy tontas. Eliminar elementos secundarios de las ecuaciones puede ser válido a corto plazo, pero a largo plazo alteran aún más el resultado.
Entonces, los modelos matemáticos en este tema son una herramienta inútil para predicciones a largo plazo. Pero útil para ir intentando determinar sectorialmente algunos aspectos de interacción. Pueden obtenerse datos que te permitan imaginar algunas hipótesis. Pero nada más.
Uno de los grandes problemas es cómo meter las nubes en los modelos. Al principio no se metían. Luego se metieron por nubosidad media. Luego por tipo de nubes. Gracias a los absurdos que resultaban lo han ido afinando el método. No sabemos cómo meter el vapor de agua, que no son nubes sino gas, que es el que influye.
Los modelos matemáticos en climatología sirven para dar pistas, pero no para dar resultados sobre los que tú puedes tomar decisiones políticas que afectan a miles de millones de personas en el mundo. Este es el problema.
SyC. ¿Qué opinas de la posición de los gobernantes en estos momentos?
MT. La clase política es esencialmente ignorante. Como buenos ignorantes se dejan guiar por aquellos que ellos creen que saben más, lo que generalmente hablando no está mal. Cuando muchos políticos ignorantes se juntan y forman en la ONU un grupo para investigar dónde usan las mejores investigaciones de los científicos que eligen, bueno; (pero) los científicos del IPCC no son los mejores, son los que cada gobierno elige. Españoles que están en el IPCC no son los que más saben de clima, sino los que el gobierno de turno elige. Claro, al final te fías, porque es la ONU. Y si tiene un panel intergubernamental de CC, lo que diga el panel. Y por eso hacen lo que dice el panel, salvo que haya intereses locales más importantes.
Entonces, lo del CC está muy bien siempre que haya medios y recursos, pero en cuanto no los hay se atiende lo otro; salvemos a los bancos, antes que atender el CC. Si incluso fuera verdad todo lo que dice el IPCC, yo fuera un gobernante honesto y me lo creyera, yo no podría hacer nada porque ahora tengo una prioridad que es salvar a los bancos, salvar el capital, salvar la economía, antes que volver a pensar en aquello. Entonces reducimos las ayudas, por ejemplo, a las energías renovables. En España hace cuatro años había unas ayudas enormes a la energía fotovoltáica, a la energía solar directa, y a la eólica. Pero les han cortado la subvención y los aparatos están sin funcionar porque ya no hay presupuesto. Porque per se no es rentable, hace falta la subvención. Eso es ridículo.
Igualmente, hemos cortado las subvenciones a la investigación, que es una inversión de futuro. Como no lo hay para pagar hospitales ni las pensiones. Todo ese dinero generoso de un país avanzado se ha reducido muchísimo, entre ello a la Ciencia. Y eso que la Ciencia es la inversión de futuro más rentable, a mediano plazo. Esto afecta a los centros de investigación del mundo, excepto los más poderosos. Eso es lo que está pasando. Por eso ya nadie habla de CC, ya nadie habla de tomar medidas. En esto del CC hay mucha hipocresía: cuando había dinero, venga; ahora que no hay dinero, es un lujo, dicen los políticos. Si era necesario antes, seguirá siendo necesario ahora, ¿no?
SyC. ¿Qué ha pasado con Al Gore?
Al Gore se desprestigió porque dijo muchas tonterías, y para compensar se dio cuenta de que el verdadero problema de la humanidad es el hambre y no el CC, entonces montó una ONG para luchar contra el hambre, intentando relacionar las dos cosas. En eso fue mucho menos popular. Porque tú a un país rico como EU, rico y egoísta, le hablas de hambre en el mundo y no le gusta. Para ellos el mundo es ellos. Pasa en casi todos los países ricos, quienes por definición son egoístas. Sólo miran su ombligo.
A lo mejor es que los humanos somos malos…
Nota
1 Svante Arrhenius fue el primer investigador que relacionó los cambios en la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera con las variaciones en la temperatura de la Tierra; esto fue hacia el siglo XIX. Arrhenius determinó además que la temperatura media de la superficie de la tierra es de 15°C debido a la capacidad de absorción de la radiación infrarroja del vapor de agua y el dióxido de carbono, que es lo que se conoce como efecto invernadero natural.