Arbol Quercus acutifolia |
Hasta hace 25 años, poca importancia se le había dado a la diversidad biológica existente, no sólo en el estado de Puebla, sino también en la ciudad del mismo nombre. Difícil era encontrar información sobre la flora de Puebla, por ejemplo, y su aprovechamiento, y las principales fuentes al respecto que se encontraban en ese entonces databan de finales del siglo XIX. Sin embargo, sólo para dar una idea de la riqueza de su diversidad vegetal cabe mencionar que en el estado existen casi todos los biomas de la Tierra, ya que no cuenta con costas y mares.
Cuando uno viaja de norte a sur del estado se encuentran los bosques tropicales húmedos siempre verdes, cuyos límites abarcan Hidalgo y Veracruz, hasta los bosques tropicales caducifolios y matorrales xerófilos que se adentran en los estados de Oaxaca y Guerrero. Al este y al oeste del estado son importantes los bosques templados que se encuentran en las elevaciones más altas y al oeste, en los que predominan los bosques de pinos y los bosques de encinos. La región oriental es una de las zonas agrícolas más importantes del estado, cuyos límites son difíciles de ver a simple vista.
Sin embargo, algunas regiones del estado de Puebla han sido más estudiadas que otras; el valle de Tehuacán fue desde los años 50 del siglo pasado sometido a estudios arqueológicos que demostraron la importancia de la zona como uno de los centros de desarrollo de la agricultura y una década más tarde, debido a la riqueza de la flora del valle, se le decretó “Reserva de la Biósfera de TehuacánCuicatlán”. La región de la Sierra Norte del estado ha sido revalorada desde la apertura de nuevas carreteras que permitieron el acceso a poblaciones adentradas en su territorio más tropical, como San Pablito Pahuatlán, por mencionar un ejemplo.
Al Sur del estado se encuentran ubicados los tipos de vegetación más secos, los cuales durante siglos han alimentado al ganado caprino. Pese a tratarse de una región impactada, cuenta con una diversidad de especies muy interesantes desde el punto de vista ecológico y económico.
Ubicándonos en el siglo XVI, Puebla era una ciudad donde el agua fluía y a la ribera de sus ríos Atoyac y Alseseca abundaban los magníficos ahuehuetes, fresnos, sauces y aelites como elementos riparios arbóreos y las especies de encino en las partes más planas del valle. Dichos bosques, ya sea de Encino y de EncinoPino, incluyen una gran diversidad de árboles, arbustos y hierbas que atraían a un buen número de elementos de la fauna, formando uno de los ecosistemas templados que más atrajeron a los colonizadores europeos para establecerse, además de que las condiciones edafológicas y climáticas que favorecían el cultivo de los principales cereales.
La magnificencia del paisaje existente en el momento de la fundación de la ciudad de los Ángeles y lo favorecedor del clima para la agricultura, ya descubierto por los mexicanos que habitaban el valle, debió haber deslumbrado a los colonizadores, quienes sin retraso alguno iniciaron las tareas de aprovechamiento forestal para la construcción de la ciudad y la destrucción de los paradisiacos bosques existentes en la tierra elegida por los ángeles.
Arbol Pinus pseudostrobus var. apulcensis |
La diversidad vegetal de Puebla
Después de 25 años de estudio botánico taxonómico en todo el estado, realizado por el Herbario y Jardín Botánico de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, finalmente se conoce que la riqueza vegetal del estado es mucho mayor de lo que se pensaba, ascendiendo a más de 5 mil especies de plantas vasculares, faltando aún grupos importantes por inventariar. Lo más interesante de este trabajo es que para cada especie registrada existe información que nos permite conocer el marco ecológico donde estas especies se encuentran. Los bosques templados de Pino, PinoEncino y Encino son los poseedores de la mayor cantidad de las especies inventariadas en el estado hasta el momento; sin embargo, destaca también la riqueza florística de La Mixteca.
Como siempre, la abundancia de los recursos naturales en cualquier parte del mundo conlleva a una explotación a lo largo de los siglos que culmina con la disminución del bosque y de los recursos generados por el mismo, y Puebla no está exento de esta afirmación. A pesar del alto grado de destrucción que algunos bosques han tenido en el estado, como los encinares y pinares, por ejemplo, el conocimiento generado acerca de sus plantas nos indica que aún se cuenta con un sinnúmero de especies susceptibles de ser aprovechadas por otros organismos vivientes, incluyendo al ser humano. El conocimiento florístico tan vasto que se tiene al momento contribuye a delinear los caminos que conducen a formas sustentables de aprovechamiento, basado en un total entendimiento, cuidado y respeto de la naturaleza. Finalmente se cuenta con la información y el conocimiento deseado hace tanto tiempo y se confirma nuevamente el papel fundamental que los recursos vegetales tienen y han tenido para el desarrollo de la civilización.
En mi humilde opinión, en la medida en que se rescaten los valores que ponderan la esencia humana, y se dejen de lado los valores superficiales que predominan actualmente en la sociedad moderna, este tipo de desarrollo será posible. El desarrollo sustentable debe ser constante, continuo, sin ostentosidad, pero con gran satisfacción, la que se logra por el simple hecho de que finalmente los seres humanos volvamos como integrantes de la naturaleza, y no el explotador o espectador en que nos hemos convertido.