Un libro muy sabroso para ser devorado. Las notas de cocina de DaVinci.

Basado en las notas del “Codex Romanoff”, descubierto en 1981.

Los mayores encantos artísticos de Leonardo da Vinci están asociados a La Gioconda, conservada en el Louvre y a la Última Cena (1498). Los cuadros son la síntesis sobre la belleza, el arte y el mundo mismo de la vasta producción artística de Leonardo.

Un poco menos conocida es su faceta de inventor: Leonardo hace estudios sobre una infinidad de instrumentos bélicos como ballesteras gigantescas, la fusión y montaje de grandes cañones (10 metros de longitud), el funcionamiento de bombas de cadena y serpentina para bombear agua; máquinas voladoras, paracaídas, máquinas pulidoras de espejos y lentes.

Paralelo a su vida artística y militar, Leonardo se dedicó a desarrollar escenografías para fiestas. ¡Sí, leyó usted bien! Desarrolló estudios para la colocación de andamios para colocar adornos temporales.

Pero la obra menos conocida del genio de Leonardo son sus notas de cocina. Imagínese, estimado lector, a Leonardo recomendando a sus comensales que no comieran bajo la mesa ni escupieran durante la comida y que usaran sus nuevos inventos como la servilleta o el tenedor para tomar sus alimentos. Porque aunque usted no lo crea, estos son inventos de Leonardo. También recomendaba:

Ningún invitado ha de sentarse sobre la mesa, ni de espaldas a la mesa, ni sobre el regazo de cualquier invitado.

Tampoco ha de poner la pierna sobre la mesa.

Tampoco ha de sentarse bajo la mesa en ningún momento.

No debe poner la cabeza sobre el plato para comer.

No ha de tomar comida del plato de su vecino de mesa a menos que antes haya pedido su consentimiento.

No ha de poner trozos de su propia comida de aspecto desagradable o a medio masticar sobre el plato de sus vecinos sin antes preguntárselo.

No ha de enjuagar su cuchillo en las vestiduras de su vecino de mesa.

No utilizar su cuchillo para hacer dibujos sobre la mesa.

Claro que no todo fue miel sobre hojuelas: Leonardo inventó “un cortador de berros gigante que por accidente mató a dieciséis servidores durante la demostración inicial original y que posteriormente fue usado como arma de guerra”

Leonardo se hizo una “carta de recomendación” nada modesta que a la letra dice:

No tengo par en la fabricación de puentes, fortificaciones, catapultas y otros muchos dispositivos secretos que no me atrevo a confiar en este papel. Mis pinturas y esculturas pueden compararse ventajosamente a las de cualquier otro artista. Soy maestro en contar acertijos y atar nudos. Y hago pasteles que no tienen igual.

 

Alberto Cordero, FCFM-UAP

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