Aves del estado

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Campylorhynchus jocosus – ave endémica

El Estado de Puebla es una de las regiones más fascinantes del planeta, pero pocas personas lo saben. Es el hogar de una de las pirámides más impresionantes del mundo, la de Cholula, y una de las ciudades antiguas más grandes de Mesoamérica, Cantona. Cuenta con un elevado número de culturas indígenas. Posee además la cuarta zona urbana más grande en México, la ciudad de Puebla, y al igual que el resto del país presenta una elevada biodiversidad.

En particular, uno de los grupos más abundantes en la entidad son las aves. La gran variedad de aves que se presentan en el estado de Puebla se debe sin duda alguna a la ubicación geográfica de éste, lo que resulta en su intrincada topografía, su multiplicidad de climas y por tanto su elevada diversidad vegetal y de ecosistemas.

De las mil 96 especies de aves del país, para el estado se han registrado 598, pertenecientes a 69 familias y 21 órdenes, es decir 54 por ciento de la riqueza ornitofaunística mexicana se encuentra presente en Puebla. De ellas 292 (49 por ciento) son especies residentes, 113 (19 por ciento) mi-gratorias invernales, 39 (6 por ciento) transitorias, y 44 (7 por ciento) son bimodales. Así mismo en el territorio poblano se ha reportado 52 (9 por ciento) especies endémicas y 17 (2 por ciento) especies semindemicas o cuasiendémicas al país.

Este último dato es por demás interesante pues si tomamos en cuenta que en México existen catalogadas 111 especies como endémicas, es decir, que sólo residen en el país, Puebla concentra casi 50 por ciento de endemismos; ello no quiere decir que estas aves se puedan observar sólo en territorio poblano, pues muchas existen también en los estados cercanos, pero sin duda alguna en pocos lugares podrá encontrarse reunida tal cantidad de aves propias de la nación.

Tristemente el crecimiento desmedido y no planeado de las áreas urbanas, mismas que invaden bosques, selvas, y cuerpos de agua, que con el tiempo son talados y drenados para el bienestar de la comunidad, no importando los beneficios ecológicos que proveen para otras especies, ha puesto en riesgo a un gran número de aves, principalmente a aquellas de hábitos muy específicos, lo que plantea un importante reto de conservación en el estado.

Afortunadamente aun estamos a tiempo de accionar mecanismos que promuevan la preservación de este importante grupo animal en el estado, por lo que es nuestro deber y responsabilidad realizar todo lo que esté en nuestras manos para resarcir los daños hechos y resguardarles en el futuro, ya sea diseñar un jardín que contemple espacios y plantas que permitan la atracción de aves, ponerles comederos en las ventanas o que nos dediquemos formalmente a su estudio científico, cualquier emprendimiento que hagamos será sin duda alguna un esfuerzo por preservar uno de los más valiosos atributos del territorio poblano, su gran diversidad ornotilógica.

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