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Puebla como escenario clave en el estudio de insectos: el caso de los megalópteros

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Especímenes de Corydalus bidenticulatus, se muestran las mandíbulas
alargadas presentes en los machos y la morfología típica
de los Corydalus (Dobsonfly). Macho (A), cabeza de un macho
(B), Hembra (C). Imagen tomada de Álvarez HA. 2012. New
records of Mexican Dobsonflies of the genus Corydalus Latreille
(Megaloptera: Corydalidae). Entomotropica 27(2): 77-81.
La imagen inferior fue tomada de
http://thesmallermajority.com/2013/11/25/hugewings/

El estado de Puebla es una entidad rica en Biodiversidad. La afluencia de diferentes formaciones geográficas importantes, como la Sierra Madre Oriental, la Sierra Madre Occidental, la Sierra Mixteca o el cinturón volcánico central, entre otros, hace posible la viabilidad de muchas especies: animales, vegetales, hongos, microorganismos y muchos más debido a la alta cantidad de climas y hábitats que estas formaciones generan, desde desiertos hasta selvas tropicales. En el caso de especies animales, estas características en el estado de Puebla hacen posible el estudio de organismos importantes o/y raros para la ciencia, así como de interés económico, siendo un escenario clave para la investigación en cuestiones evolutivas y ambientales. Como ejemplo tenemos a un grupo de insectos conocidos como megalópteros.

Estos insectos son considerados uno de los grupos más antiguos que existen en la Tierra, con registros de más de 300 millones de años, y a pesar de su tiempo en el planeta su diversidad en número de especies es muy baja, teniendo menos de 300 a nivel mundial. Estos insectos son nocturnos, su fase larval (juvenil) es acuática y pueden vivir en esta etapa de uno a cinco años dependiendo de las condiciones del ambiente. Las larvas de megalópteros son importantes dado que son depredadores de invertebrados en los cuerpos de agua, regulando las poblaciones de los mismos. También se utilizan como indicadores de la calidad de los cuerpos de agua, pues estos insectos habitan aguas limpias con altas concentraciones de oxígeno (aunque algunas especies soportan cantidades bajas). Además, las larvas se utilizan como carnada para pesca en ríos y lagos, llegando a ser un gran mercado (en EUA). Al acabar la etapa larval estos insectos salen de los cuerpos de agua para pupar, fase en que ocurre la metamorfosis (transformación) y emergen como insectos voladores, los cuales no se alimentan y viven por un corto periodo de tiempo, entre siete a 10 días aproximadamente.


6b_n23Un grupo de megalópteros muy interesante son las llamadas “Dobsonflies” por su nombre en inglés, pertenecientes al género Corydalus. Los Corydalus adultos son insectos grandes, de color café rojizo a casi negro, con manchas de color negro y/o blanco en las alas; los Corydalus muestran dimorfismo sexual, es decir se puede diferenciar fácilmente al macho de la hembra; los machos presentan antenas largas y gruesas, así como mandíbulas grandes y alargadas (exageradas) sin dientes; las hembras presentan antenas chicas y delgadas y mandíbulas cortas con dientes bien desarrollados. Estas características hacen a los Corydalus interesantes para la ciencia, pero su naturaleza nocturna hace que sean difíciles de encontrar y trabajar; aun así, datos interesantes han surgido de su estudio en el estado de Puebla; por ejemplo, en América existen alrededor de 35 especies de Corydalus, de las cuales sólo cinco se encuentran en México a lo largo del país en diferentes estados; sin embargo, recientemente se registró para Puebla la presencia de las cinco especies de Corydalus, estando tres de ellas en la Sierra Norte y las restantes dos en la Sierra Mixteca.

También se han realizado estudios en la Sierra Mixteca del estado de Puebla con la especie Corydalus bidenticulatus, endémica de México (sólo se distribuye y es originaria de este lugar), donde se ha demostrado que las mandíbulas de estos insectos crecen desproporcionadamente; esto se refiere a que en los insectos el adulto emerge con un cierto tamaño dado, el cual no cambia hasta que muere; si comparamos a diferentes machos y los ponemos a la misma escala todos deberían tener las mismas proporciones, pero en el caso particular de los Corydalus al ir aumentando el tamaño corporal en la población, las mandíbulas también aumentan pero exageradamente (desproporcionadamente), es decir los machos más grandes poseen mandíbulas extremadamente grandes; la diferencia en el tamaño del cuerpo entre individuos es pequeña; por el contrario, la diferencia entre las mandíbulas es extrema; a esto lo conocemos como alometría positiva, la cual es una relación de escalamiento que puede reflejar presiones de selección que dirigen a los caracteres a un aumento de tamaño.

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Mapa de la distribución de las especies de Corydalus en el estado

de Puebla, México. Pantepec (cruz negra), Xicotepec de Juárez

(círculo blanco), Apulco Zacapoaxtla (círculo negro), El Salado

Jolalpan (cruz blanca; estrella negra). Mapa tomado de Álvarez

HA. 2012. New records of Mexican Dobsonflies of the genus

Corydalus Latreille (Megaloptera: Corydalidae). Entomotropica

27(2): 77-81.

Estas tendencias no sólo se presentan dentro de una especie; también entre las especies de un mismo género y particularmente en los Corydalus las mandíbulas presentan un crecimiento a través de su evolución; las especies ancestrales poseen mandíbulas sin dimorfismo sexual (las mandíbulas no presentan diferencia entre machos y hembra); sin embargo las especies derivadas (más recientes) presentan un desarrollo gradual del crecimiento de las mandíbulas en los machos; como resultado tenemos un primer grupo ancestro con mandíbulas iguales entre machos y hembras (cortas con dientes prominentes), un segundo grupo intermedio con mandíbulas poco dimórficas (poco alargadas con dientes) y un tercer grupo derivado con mandíbulas dimórficas (alargadas, sin dientes y exageradas).

Además, las mandíbulas son utilizadas por los Corydalus como carácter sexual. Su estrategia de apareamiento consiste en localizar a las hembras (posiblemente por medio de feromonas) y combatir contra otros machos ferozmente con sus mandíbulas por el acceso a las hembras. Se pensaba que estos insectos mostraban una agresividad indiscriminada y lo único que hacían era pelear entre ellos, pero se ha demostrado que es todo lo contrario; como estos insectos no se alimentan, sus reservas de energía (desarrolladas en la etapa larval) se vuelven extremadamente importantes, por lo que su comportamiento está determinado por su ambiente social y los costos de energía que esto implica; los machos no defienden territorios o agregados de comida (beneficiosos para las hembras) y se muestran pacíficos con otros machos (ahorro de energía); las peleas se dan hasta que sea realmente necesario; en este caso sólo pelean (gasto de energía) cuando una hembra se hace presente o es encontrada; de lo contrario se mantienen en un estado pacífico.

Los datos que surgen a partir de los estudios en el estado de Puebla sugieren que estos insectos son más complejos de lo que se cree y su naturaleza primitiva con desarrollo de caracteres extremos y su comportamiento reproductivo hace a los Corydalus un excelente modelo animal para el estudio de la evolución de los sistemas de apareamiento y el desarrollo de caracteres sexuales extravagantes (alometría), puntos claves dentro de las teorías evolutivas; de la misma manera su naturaleza los hace un buen modelo en las investigaciones para conservar ríos y lagos.

 

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