La palabra biodiversidad es algo ya común dentro del vocabulario de una persona, asociándola con la variedad de especies de animales y plantas que habitan en un lugar o región. Desde que el hombre habita la tierra, ha tenido la necesidad de clasificar a animales y plantas principalmente para su consumo, con esto se inició una estrecha relación hombre-naturaleza. Las plantas en este aspecto han sido una parte esencial en la vida de los seres humanos, las cuales a través de los años han sido usadas para consumo como alimento o en la medicina tradicional, así como en la religión.
Desde antes de la llegada de los españoles a México, en todas las culturas se tenía un amplio conocimiento sobre el uso de las plantas, por ejemplo: para los aztecas, la variedad de plantas existente dentro de su territorio, tenía un uso principalmente textil, gastronómico, religioso y medicinal, entre otros, esta relación se dejaba ver en los jardines que, en los tiempos de Moctezuma I; Netzahualcóyotl construyó en la gran Tenochtitlan. En dichos jardines se permitía observar y experimentar con cada una de las plantas que se tenían, además de clasificarlas de acuerdo a su uso y propiedad curativa.
Con la llegada de los españoles mucha de esta información se perdió, sin embargo, personas como Fray Bernardino de Sahagún dentro del Códice Florentino, rescata gran parte del conocimiento vegetal de aquella época, en uno de sus textos menciona una de las plantas al que él relacionó con una de las más perniciosas, enloquecedoras y emborrachadoras, planta a la que muchos llamaban Peyotl, la cual estaba clasificada como una de la plantas benignas ya que quien la consumía lograba tener visiones espantosas o de risa, para los Chichimecas era un manjar ya que los mantenía despiertos y con ánimo de pelear y no tener miedo, ni sed, mucho menos hambre. Sahagún también comentaba que no faltaban hierbas milagrosas como el aquiztli, que cuando alguien escupe o mea produce hinchazón del cuerpo entero de su agresor, pero, que, disuelta en agua, es un eficaz remedio contra la viruela.
Por otro lado, en la Historia Natural de Nueva España, de Francisco Hernández, se pueden leer los viajes que realizó durante seis años a Morelos, Tlaxcala, Puebla, Veracruz, Guerrero, Oaxaca, Michoacán y Colima en las que se trasladaba desde la Ciudad de México en una litera sostenida por dos mulas. Para Hernández era importante cumplir con el mandato de Felipe II, quien lo encomendó para recuperar los conocimientos médicos de los indios, para esto mostraba interés en todo tipo de planta que veía, por lo que preguntaba, olía, degustaba y aplicaba en sí mismo algunos de los remedios.
De estos viajes Hernández logra registrar la eficacia de la medicina indígena con numerosos testimonios, que incluso incluyen su propia curación. Es el caso del mexixquílitl, mastuerzo o iberis de Indias, al cual lo menciona de la siguiente forma.
Es cosa admirable que una hierba tan acre y caliente, mezclada con manteca de vaca sin sal y aplicada, mitiga el calor de los riñones calmando así el ardor de la orina como lo experimenté en mí mismo con excelentes resultados cuando sufrí dicha enfermedad. Hay que notar, por cierto, que los médicos indígenas ya habían adoptado una nueva grasa, la de vaca, para agregarla a sus fórmulas.
En esta obra Hernández logra registrar casi 3 mil especies de plantas, y permite entender el conocimiento médico de esa época.
A través de los años gran parte de este conocimiento se ha perdido, debido a que muchas de las plantas que existían, hoy han desaparecido o es nulo su conocimiento, sin embargo, de otras tantas ha prevalecido el conocimiento y uso de las mismas. Por mencionar algunas, se sabe que la hoja del aguacate (Persea americana) es usada para el colesterol y la diabetes. El aguacate es de origen mexicano y un árbol de este puede producir un millón de flores y solo una de cada mil se transformará en fruto. Otra planta de uso medicinal es el anilillo (Blechum brownei), la cual es usada para la anemia y riñón, así como también, se emplea para curar granos, usando la maceración de las hojas aplicadas sobre los granos. Para curar heridas se secan o tuestan las hojas, se muelen hasta hacerlas un polvo que se esparce sobre la herida por varios días.
El árnica es otra de las plantas usadas con fines curativos, esta es usada para curar heridas y dolores. Es originaria del Sur de México hasta Centroamérica y el norte de Sudamérica (Colombia, Ecuador y Venezuela), incluyendo las Antillas. En algunas zonas de México se emplea como forraje. También la cocción de las hojas en agua se usa contra vómito como agua de tiempo.
Debido a las reacciones que causa Datura stramonium, mejor conocida como “toloache”, se le ha catalogado como una planta con efectos indeseables, la cual es usada como peligroso ingrediente para atrapar al amor e hipnótico, es común en las regiones tropicales o templadas de América del Norte, principalmente en México. Su toxicidad se debe a sus principios activos como la hiosciamina y escopolamina, los cuales se encuentran en todas las partes de la planta.
Hasta 2005 la Organización Mundial de la Salud (OMS) había estimado que cerca de 80 por ciento de la población mundial satisfacía o complementaba sus necesidades médicas con alguna planta. Ante esto la OMS ha estipulado: velar por que se proporcione suficiente información a los consumidores sobre la eficacia y la inocuidad de los productos, así como sobre sus contraindicaciones, alentar la interacción entre practicantes tradicionales y convencionales y organización de los practicantes de la medicina tradicional o alternativa, para estructurar mejor los mecanismos de autocontrol.
Por otro lado, es bueno precisar que en Latinoamérica y principalmente en México, ante la carencia de medicamentos en los centros de salud de casi todo el país, la medicina tradicional sigue siendo una opción para un buen número de personas.
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