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El planeta, en alerta roja

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El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) es el organismo de las Naciones Unidas para evaluar la ciencia relacionada con el cambio climático. Fue creado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (ONU Medio Ambiente) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en 1988. El IPCC cuenta con 195 países miembros. Los informes de evaluación son un insumo clave en las negociaciones internacionales para abordar el cambio climático. A partir de esas negociaciones se llegan a acuerdos (como el Acuerdo de París; https://www.un.org/es/climatechange/paris-agreement) que permitan enfrentar el urgente reto del cambio climático actual y el proyectado a futuro.

El Sexto Reporte de Evaluación (6AR, por sus siglas en inglés) correspondiente al Grupo I (Bases Físicas), se presentó el 6 de agosto de 2021. El reporte del Grupo II (Impactos, Adaptación y Vulnerabilidad) fue presentado el 28 de febrero de 2022. El del Grupo III (Evaluación de la Mitigación) se presentó el 4 de abril de 2022. Finalmente, en septiembre de 2022, se presentará un Informe Síntesis de los tres grupos. Todos estos reportes se encuentran en la página del IPCC (ipcc.ch).

El Grupo I concluyó que el cambio climático es generalizado, rápido y se está intensificando, y que todas las regiones se enfrentan a cambios crecientes. Esto es consistente con el hecho de que actualmente los eventos extremos están apareciendo mucho más rápido y más generalizados que lo observado en las últimas décadas. De no actuar ahora, a futuro se incrementarán en intensidad, duración y frecuencia las altas temperaturas, las sequías y las inundaciones, por ejemplo. Como expresó António Guterres, secretario de Naciones Unidas: “El mundo necesita un planeta verde, pero está en alerta roja” (https://news.un.org/es/story/2021/04/1491172).

En el reporte del Grupo II del IPCC, de 270 autores participamos ocho autores y revisores mexicanos. En este número de Saberes y Ciencias participamos cuatro de esos ocho autores.

Un mensaje clave del Grupo II es “La evidencia científica es inequívoca: el cambio climático es una amenaza para el bienestar humano y la salud del planeta. Cualquier retraso adicional en la acción global concertada hará que se pierda rápidamente la ventana de oportunidad para asegurar un futuro habitable. Este informe ofrece soluciones al mundo”.

Otros mensajes importantes en este reporte son que los impactos observados del cambio climático afectan la seguridad de los ecosistemas, la biodiversidad y las sociedades en todo el planeta; que los riesgos proyectados del calentamiento global se incrementan en el corto, mediano y largo plazo con cada aumento de la temperatura terrestre; que a pesar de los avances logrados hasta ahora en la adaptación al cambio climático, esos avances no son suficientes para evitar desastres, y existen limitantes para lograr extender y mejorar esa adaptación.

Específicamente, algunos aspectos relevantes del reporte son:

Las especies terrestres, de agua dulce y del océano, y los ecosistemas en todas las regiones se ven cada vez más afectados por el cambio climático y algunas especies individuales, tienden hacia la extinción. El cambio climático ha alterado la distribución geográfica, la dinámica estacional, el comportamiento animal y las características de las poblaciones de plantas y animales. Los riesgos crecientes se ven agravados por otros impactos humanos, incluida la contaminación y la fragmentación, ocasionando pérdida y degradación del hábitat.

Los riesgos combinados y en cascada, por ejemplo, aumentos en la temperatura aunados a una sequía, afectan ya a muchas regiones en su producción agrícola, pero también afectan al comercio, a las cadenas de suministro, a la migración humana, y comprometen la salud, el bienestar y la seguridad alimentaria.

El IPCC proporciona un Atlas interactivo en línea, proporcionado por el Grupo I, que ofrece una amplia gama de información climática útil a escala regional, incluidas observaciones y proyecciones de cambios futuros (https://interactive-atlas.ipcc.ch/).

Para México, este Atlas señala que, comparado con el periodo 1980 a 2015, el país se ha calentado en más de 1.3°C, cuando el promedio global es de 1.1°C.  Diversos estudios muestran que para nuestro país se proyectan aumentos en la temperatura de más de 1.5°C antes de 2030, además de aumento de sequías e incendios forestales, así como de precipitaciones extremas e inundaciones.

El cambio climático ha afectado los cultivos en Norteamérica (incluido México, capítulo 14) a través de desplazamientos en las temporadas y en las regiones de crecimiento; ha causado estrés hídrico y afectado la calidad del suelo. Estos cambios influyen directamente en la productividad, la calidad y el precio de mercado de los cultivos. Ya hay decrecimiento en la producción de maíz, frijol, trigo, cebada, sorgo, café y papa. A futuro, esta situación puede empeorar en las diferentes regiones agroecológicas.

En México la agroecología y la agrosilvicultura se han extendido a partir de las prácticas tradicionales y rurales como una alternativa sostenible y resiliente al clima: además de poder aumentar la productividad, con esas prácticas se pueden mejorar los microclimas y brindar beneficios colaterales para la mitigación, la biodiversidad y la diversificación de ingresos.

En cuanto a la pesca, se ha observado que algunas costas del Pacífico han sido afectadas por el aumento de temperatura, acidificación y pérdida de oxígeno en aguas marinas. Además, se proyectan impactos negativos en manglares, pastos marinos y arrecifes coralinos (que pueden perderse con aumentos de 1.5° a 2°C).

Las ciudades se están enfrentando a riesgos crecientes por el aumento de las temperaturas y el calor extremo. También han aumentado eventos de lluvia de alta intensidad que generan inundaciones locales. Son puntos críticos de impactos y riesgos, pero también una parte crucial de la solución.

En este reporte se considera que las acciones de adaptación y mitigación son más efectivas si se llevan a cabo de manera integrada. Los beneficios de la planificación a largo plazo enfatizan la urgencia de una gran transformación, para lo que se requiere de recursos humanos y financieros suficientes para la implementación.

La gobernanza eficaz, la financiación de la adaptación y las soluciones basadas en la naturaleza son facilitadores importantes para ampliar el espacio de soluciones y reducir las brechas de adaptación.

En las acciones para reducir la vulnerabilidad al cambio climático es ya imprescindible incorporar las condiciones de género, edad, raza /etnia y capacidades diferentes, tal que éstas sean consideradas en la toma de decisiones y enriquezcan las políticas y prácticas de adaptación y mitigación. Por ello, los conceptos de justicia y las medidas de bienestar se utilizan cada vez más para evaluar hasta qué punto la adaptación al cambio climático es equitativa y eficaz.

Los gobiernos, las organizaciones de la sociedad civil, las pequeñas y grandes empresas y los ciudadanos son actores clave en el combate al cambio climático. A futuro, se requieren transformaciones a gran escala del comportamiento, de las instituciones y de las estructuras sociales y su funcionamiento para proteger a los ecosistemas, a las personas y los medios de vida. Dicha transformación futura podría ser deliberada, prevista e intencionada.

 

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