Tres mil palabras en minuto y medio (reloaded)

Cada año dedicamos un número de SyC a la Noche de las Estrellas (NdE), generalmente a la temática del año y a comentar lo que se está organizado a nivel nacional y en las sedes de Puebla. Los artículos aparecen posteriormente, con su respectivo crédito, en la página y redes sociales de la NdE. En esta ocasión queremos hacerle a la inversa y compartir en SyC el siguiente texto que apareció en la página web y redes de la NdE, como parte de las celebraciones de este año. Espero no abusar demasiado.

Hace unos 40 años el hermano de mi madre, y quien se convirtió en mi tutor, me pidió, como en varias otras ocasiones, que me quedara en su casa ya que debía viajar. Llena de libros, siempre era difícil seleccionar uno, sin embargo acababa de adquirir una trilogía de Alianza Editorial cuyo primer tomo se llamada Fundación. Y ahí empezó todo. Clavado en la lectura, cuando me di cuenta, era más de medianoche, todos las tiendas cerradas, esa noche me quedé sin cenar, pero contento de haber descubierto a Asimov.

De su nacimiento no se conoce con certeza la fecha; el intervalo posible no es pequeño, entre el 4 de octubre de 1919 y el 2 de enero de 1920, lo cual, al menos para este texto y supongo que para muchos otros objetivos, no es relevante, ya que la intención de la NdE es conmemorar el otro extremo de su vida, pues estoy casi seguro que hace un poco más de 30 años, a partir del 7 de abril de 1992, debió existir una caída en la producción de libros de ciencia ficción y divulgación, ya que terminaba la productiva vida de uno de los más grandes escritores de estos dos géneros de todos los tiempos, Isaac Asimov.

Quizá exageré con lo de una notable caída en la producción de libros, pero es que se estima que Asimov firmó alrededor de 500 volumenes, incluyendo temas diversos, como divulgación de la ciencia en varias disciplinas siendo la astronomía dominante, ciencia ficción, misterio, fantasía, humor, sátira, literatura, historia e incluso sobre la Biblia.

Como ya mencioné, el primer libro que leí de Asimov, como muchos de sus seguidores, fue la Fundación. Y lo recomiendo a todos aquellos que quieren iniciarse en este autor. Aún recuerdo muchos aspectos que me parecieron completamente novedosos y creativos, como la idea de una ciencia conocida como la Psicohistoria, una combinación de historia, psicología y matemáticas para predecir el comportamiento de las masas, o el alcance de algunos de sus personajes como, desde luego, el gran héroe Hari Sheldon, pero jamás olvidaré a El Mulo quien, en mi opinión, se lleva uno de los tres volúmenes de la trilogía orginal, la inicial, ya que posteriormente incluyó otros cuatro títulos.

En la Fundación fue el primer libro en el que leí sobre el hiperespacio, aunque luego me enteré que fue John W. Campbell en su relato corto The Mightiest Machine quien introdujo el concepto de viajar más rápido que la luz o de utilizar atajos en el espacio para llegar de manera instantánea a sitios separados por grandes distancias. En el estilo de Asimov, jamás lo define, pero la manera en que recurre al concepto, es indispensable para la trama, y no sólo en las fundaciones.

Otra de las líneas en la obra de ciencia ficción de Asimov es la robótica. Cuenta con una gran cantidad de textos sobre robots, incluso trató de unir la saga de los robots con la de las fundaciones. De lo más destacado son las famosas leyes de la robótica que establecen:

  1. Un robot no puede dañar a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sea dañado.
  2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por un ser humano, excepto cuando tales órdenes entren en conflicto con la Primera Ley.
  3. Un robot debe proteger su propia existencia hasta donde esta protección no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Ley.

No por nada han permanecido como parte de lo que ahora es la ciencia de la robótica.

Isaac Asimov es muy conocido por sus novelas de ciencia ficción, pero también por sus textos de divulgación científica, ya que abordó una gran variedad: matemáticas, física, química, astronomía, geología, contaminación, etcétera. Para variar, tambien iniciaré con el pleistoceno, ya que recordé otro libro que leí hace muchos, muchos, años. Se trata de La tragedia de la Luna, una serie de ensayos, en el primero de los cuales, con el mismo título que el libro, planteaba que estaríamos mucho más avanzados en el desarrollo del conocimiento científico y tecnológico si no hubiésemos tenido a la Luna girando alrededor de nuestro planeta, sino alrededor de otro, como Venus. Mientras que en el segundo ensayo plantea la idea contraria, dejando la existencia de la Luna como la causante de la evolución de la vida del mar hacia la superficie terrestre, la impulsora de las matemáticas, y la Luna hizo posible que el hombre trascendiera la Tierra y conquistara el espacio. Estos dos ensayos me han dado material para muchas de mis charlas sobre nuestro satélite.

Y no es es el único caso, libros como Breve historia de la Química, La Búsqueda de los Elementos o Los Gases Nobles, me sirvieron como repaso para preparar temas de la Noche de las Estrellas, (en 2011 y 2019). En estos y otros libros como El Universo o Introducción a la Ciencia, Asimov muestra su gran talento para resumir y su virtud para comunicar con un lenguaje sencillo.

En la divulgación, una línea que resultó muy atractiva para el público en general, es su serie de historia universal. Catorce volúmenes en lenguaje ameno, llenos de anécdotas, datos poco conocidos y bastante humor, componen la popularmente llamada Historia Universal Asimov. El estilo es muy Asimov, pero quizá dada la gran cantidad de información, queda muy balanceada. A mí, en particular, los volúmenes sobre Grecia y Roma, aunque son culturas que nos enseñan en todos los niveles, siempre, en cada lectura, encuentro nuevos datos.

Asimov ganó muchos premios y recibió otros tantos reconocimientos literarios, quizá el mayor sea el Premio Hugo — a la mejor serie de todos los tiempos— que recibió en 1966 por la trilogía de las fundaciones, ¡ganándole al mismísimo Señor de los Anilllos! Lo que inicialmente era un premio único en toda la historia, a partir de 2017 se otorga de manera anual. Y reconocimientos no literarios, también tiene muchos, pero quisiera resaltar dos, un cráter de impacto en Marte  y un asteroide del cinturón principal ¡llevan su nombre! El asteroide inicialmente designado 1981 EX19, desde 1996 se llama (5020) Asimov.

Para cerrar, me referiré a otro de los grandes de la ciencia ficción, Arthur C. Clarke, quien (dicen que) dijo que si bien él no sabía si había escrito más de tres mil palabras en un día, Asimov podía hacerlo en un minuto y medio. Yo celebro esta gran productividad, porque en mi caso, apenas llegué a mil 100 palabras en las varias semanas que me tomó escribir este texto.

 

Más textos sobre los aniversarios que la NdE celebra este año se pueden encontrar en https://www.nochedelasestrellas.org.mx

 

* [email protected]