Los eclipses solares en la historia antigua

Hoy en día el conocimiento que tenemos acerca de los eclipses es mucho más basto y preciso de lo que sabían las primeras civilizaciones. Si bien su predicción y registro no son actividades ni conocimiento reciente, podemos ver que, mientras más nos adentramos en el pasado, las creencias y supersticiones tienen más fuerza sobre el imagina- rio colectivo. En la época antigua estos eventos astronómicos estaban ligados fuertemente a su mitología.

Conforme revisamos las diferentes culturas, encontramos que los eclipses se interpretaban, en su mayoría, de forma negativa, ya sea como un mal presagio o un momento de vulnerabilidad, pues la misma palabra “eclipse” proviene del término griego ékleipsis que significa “abandono”. Es probable que su mala imagen o su percepción “siniestra” fuera consecuencia del desconocimiento de sus causas.

Entre las interpretaciones que podemos encontrar, la mayoría consiste en el ataque al Sol por parte de algún ente. Este puede ser algún demonio o deidad, pero lo más común es que se le atribuyera una forma animal, debido a que, dependiendo de la región en la que se localizaban y la fauna que ahí habitaba, sus características eran causa de admiración o de temor.

Como ejemplo de esta interpretación tenemos a la antigua cultura china en la que, a pesar de ser un animal mitológico, el causante de la ausencia del gran astro se le atribuía a un dragón. De forma similar, en las culturas de Medio Oriente se pensaba que era a causa de una rana o un sapo. También tenemos el caso de las culturas celtas, donde la gran sombra la causaban gigantes lobos. Éste no era el caso de los griegos ni de las primeras culturas mesopotámicas en las que un eclipse era visto como la manifestación de la ira de los dioses, aunque posteriormente mejorarían sus observaciones y conocimiento de los astros.

En algunas otras culturas, aunque el eclipse no se atribuía a ningún animal, sí se pensaba que era debido al ataque o la muerte del Sol, siendo este el caso de los mapuches, que consideraban los eclipses como una muerte temporal. Similarmente, los hindúes creían que un monstruo consumía al Sol; sin embargo, éste podía escapar debido a su vientre abierto. Los mayas y los aztecas poseían mitos equivalentes en los cuales el Sol era “mordido” por demonios estelares o en una confrontación con la Luna.

Cabe mencionar que ciertas civilizaciones se dieron cuenta de la relación entre la Luna y el Sol durante este fascinante evento, tal es el caso de los inuit que habitaban la tundra ártica de Norteamérica, quienes al conocer dicha relación, lo consideraban una pelea entre ambos, al igual que los musica que veían al eclipse como una manifestación de ira, pero de la Luna y el Sol como deidades en sí.

Podemos notar que son muy pocas las culturas que percibían a los eclipses de buena manera, tal es el caso de los egipcios que son un punto medio, ya que creían que un eclipse era la muerte y resurgir del Sol. Esto podía interpretarse como un nuevo comienzo. Solamente las culturas del oeste de África y los Incas percibían el cruce del Sol y la Luna como un acto de amor que debía ser motivo de alegría.

Indagando acerca de las diferentes interpretaciones y fijándonos en tiempos actuales, podemos notar que la ausencia de una figura tan importante como el Sol, sería una fuente de alarma e incertidumbre, pues en parte es gracias a él que existe la vida sobre la Tierra.

Al entender que un eclipse solar es una alineación Sol-Luna-Tierra podemos descartar cualquier otra interpretación, y al conocer más sobre el tema podemos cuidarnos de los peligros que conlleva mirar directamente este fenómeno y permitirnos admirar esta bella casualidad del Universo.

Este artículo fue desarrollado durante las sesiones de trabajo de un grupo de estudiantes de licenciatura de la FCFM-BUAP que llevan a cabo prácticas profesionales, servicio social o tesis de licenciatura bajo la dirección de Raúl Mújica del INAOE. En este espacio estarán apareciendo otros más, no se los pierdan.

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