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Hortalizas poblanas

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La superficie sembrada en la entidad poblana en el año agrícola 2023 (1 octubre 2022 al 30 septiembre de 2023) fue de 918 mil hectáreas (ha); la mayor parte del suelo agrícola cultivado es de temporal, solo 18 por ciento es de riego. Comparado con el total de tierras de cultivo de México, Puebla cultiva 4.6 por ciento de todas las tierras laborables y 2.7 por ciento del total de tierras de riego.

Atendiendo al ciclo vegetativo, unos son menores al año, son los llamados cultivos de ciclo corto o cíclicos, como los granos básicos (maíz, frijol, arroz y trigo), las oleaginosas (soya, ajonjolí, algodón hueso y cártamo) y las hortalizas (legumbres y vegetales); otros son de más de un año, son los perennes: alfalfa, caña de azúcar, árboles frutales, café, agave y nopal. Del total de tierras cultivadas en Puebla, 79 por ciento fueron de cultivos cíclicos y 21 por ciento de perennes. De los cultivos de ciclo corto, la temporada en que se siembra la mayor parte (93 por ciento) es en primavera-verano, donde la lluvia es determinante para su crecimiento.

De todas las tierras de riego cultivadas en Puebla, 74 por ciento se destinan a cíclicos y 26 por ciento a perennes. Entre los cultivos cíclicos destacan las hortalizas, los granos básicos, las forrajeras, las frutas y las flores: de los perennes, los más importantes por superficie son los forrajes, la caña de azúcar, las frutas (incluido el aguacate) y la rosa.  En los cultivos cíclicos se registraron los mayores ingresos por ha cultivada: flores, 278 mil; frutas,165 mil; hortalizas, 100 mil; granos básicos, 32 mil, y en forrajes, 32 mil.

Las hortalizas son fuente de fibras, minerales, carbohidratos, vitaminas y antioxidantes, entre otras propiedades. Nuestro consumo anual de ellas es de 46 kg al año por persona y son el cuarto alimento más importante de nuestra dieta (después del maíz, la leche y la cerveza) según el balance energético de la FAO; si comparamos nuestro consumo con Brasil (25 kg al año por persona), podría ser alto, si la referencia es China (329 kg persona al año), estamos muy lejos de dietas ricas en hortalizas (http://www.fao.org/faostat/es/#data/FBS).

Puebla es un importante productor de hortalizas en México, en el ciclo agrícola 2023 fue el principal proveedor nacional en acelgas, arvejón, betabel, cilantro, col (repollo), ejote, elote, epazote, huazontle, pipicha, poro, rábano y zanahoria; ocupó el segundo lugar nacional en la producción de chícharo, coliflor, espinaca, haba verde, perejil y tomillo; en la producción de calabacitas, ejote y lechuga se situó en tercer lugar. Las centrales de abasto de las regiones del Centro, Centro Occidente y Sur Sureste del país comercializan hortalizas poblanas todo el año; por ejemplo, el cilantro de los valles de Atlixco-Izúcar y de Serdán-Valles Centrales se comercializó en 11 centrales de abastos del país la última semana de agosto del año en curso. En la entidad poblana, los mercados regionales de Acatzingo, Tehuacán, Atlixco y San Martín Texmelucan y los nacionales de la ciudad de Puebla y Huixcolotla son también importantes distribuidores de las hortalizas poblanas. Con relación al total de tierras cultivadas y al valor de la producción agrícola, Puebla ocupó el décimo lugar nacional; sin embargo, en hortalizas, somos un referente nacional; son tan importantes los productores y comerciantes de hortalizas, que la pretensión de reubicarlos en el tianguis de Tepeaca en 1992 fracasó al no considerarlo como cofundadores y emergió, de ese conflicto, el actual mercado de Huixcolotla.

En los valles de Atlixco-Izúcar y en el de Serdán-Valles Centrales confluyen los elementos apropiados para el cultivo de las hortalizas: clima, agua, suelos profundos y fértiles, vías de comunicación, mercados regionales, terrenos planos y drenados. Del total de tierras de riego, 57 mil 971 (47 por ciento) ha se cultivaron con hortalizas en el ciclo 2023, dos terceras partes de los municipios que producen hortalizas pertenecen a la cuenca del Balsas y los climas preponderantes son templado subhúmedo y cálido subhúmedo. De la media centena de municipios productores de hortalizas destacan: Acatzingo, Atlixco, Calpan, Cuapiaxtla de Madero, Huaquechula, Ixcaquixtla, Palmar de Bravo, Quecholac, Los Reyes de Juárez, San Martín Texmelucan, San Nicolás Buenos Aires, San Salvador Huixcolotla, Tecamachalco, Tehuacán, Tepanco de López y Tepeaca.

Las hortalizas son sensibles a variaciones extremas de temperatura y a las sequías meteorológicas e hidrológicas; una helada negra o una granizada merma la producción y afecta la calidad, lo que habitualmente repercute en el precio. En invierno, secularmente suben los precios del jitomate, elote, haba verde y lechuga. En la primavera-verano de este año, una docena de hortalizas producidas en Puebla subieron significativamente sus precios (elote, haba verde, lechuga, betabel, perejil, tomate verde, zanahoria, acelga, cilantro, espinaca, rábano y coliflor), a estas se sumaron en verano el epazote, chícharo y el ejote. Han sido muchas las hortalizas cuyo precio se ha incrementado, también ha sido alto el aumento de precios y prolongado su vigencia: el haba verde hace casi tres meses que se ha incrementado el precio en 120 por ciento; la lechuga aumentó 85 por ciento su precio en marzo y abril; la espinaca aumentó en 150 por ciento su precio en julio y agosto y el cilantro fue la revelación, en los meses de junio y julio aumentó su precio en 400 por ciento.

El consumo actual de carnes porcinas en México es de 23.2 kilos por persona al año (consumo aparente de 3.047 millones de toneladas y una población de 131.1 millones de habitantes) y nos aporta 5.4 por ciento de las proteínas, 4.7 por ciento de la energía y 14.3 por ciento de las grasas. Uno de los consumos preferente y recurrente en México de porcino son las carnitas, las cuales se degustan acompañados de cilantro, cuyo precio este año superó al de porcino en canal; la presencia de cilantro en cocteles de mariscos, carnitas y tacos al pastor fue simbólica. Las concomitantes crisis meteorológicas, hidrológicas y agrícolas finalmente se expresan en un alza del precio de los productos agrícolas y en una merma del poder adquisitivo del ingreso laboral, no siempre el incremento de precios favorece a quienes lo generan: en el año 2023, el kilo de cilantro se pagó a 6.41 pesos al que lo produjo en Puebla (Sader. SIAP) y se vendió en 26.79 pesos en la Central de Abasto de Iztapalapa (SE. SIIM), hay una diferencia de 20.38 pesos por kilo, de la que habrá que deducir gastos de carga y descarga, traslado, mermas, bodega, aun así, hay una ganancia extraordinaria para los mayoristas, que son finalmente los que fijan los precios de mercado.

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