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Aumento decreciente de las remesas

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En los tres últimos trimestres (julio 2024-marzo 2025) las remesas crecieron 1.1 por ciento respecto al periodo anterior, fue el registro más bajo para ese periodo desde 2013. Al cierre de 2024, el acumulado anual fue de 64 mil 746 millones de dólares (MD), lo que representó 3.4 por ciento del PIB.

Las expectativas económicas son inciertas para los Estados Unidos (EE. UU.) y las proyecciones se están ajustando a la baja: 1.6 por ciento de crecimiento del PIB para 2025, decrecimiento del PIB en el primer trimestre del año en curso; inflación del 4.2 por ciento en abril de 2025 (el doble de la estimada para este año); el gasto público en octubre-diciembre de 2024 fue 39 por ciento más alto que el del mismo trimestre anterior, en tanto que el ingreso público en el mismo trimestre fue 2 por ciento menor al del año anterior, lo que generó un déficit público de 711 mil MD, 40 por ciento superior al del año anterior; para el año fiscal octubre 2024-septiembre 2025 se estima que el déficit público sea de 3.5 billones de dólares, el más alto para una economía sin guerras declaradas formalmente.

Aunque la tasa general de desempleo en EE. UU. se conserva en 4.2 por ciento, aún lejos de las observadas en el anterior gobierno de D. Trump en 2020 (8.1 por ciento) y durante la crisis de 2009 (9.3 por ciento), entre los hispanos la tasa es de 5.2 por ciento y entre los adolescentes de 12.9 por ciento en abril de 2025. Por su parte, el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos estimó, con base en la Current Population Survey aplicada mensualmente por la oficina censal del gobierno de EE. UU., que los inmigrantes mexicanos empleados en ese país en el primer trimestre de 2025 fueron 1.9 por ciento menos a los del mismo trimestre de hace un año; si solo se considera a los inmigrantes mexicanos que carecen de ciudadanía o de documentos, la caída fue de 4.3 por ciento (CEMLA. Notas de remesas, abril 2025)

Los incrementos de precios por la fijación de aranceles; la disminución del gasto social en educación, salud, vivienda e investigación científica; el pago de 1 billón de dólares por intereses de la deuda pública y la plausible reducción del gasto púbico en 2026 afectan el poder de compra de los connacionales radicados en EE. UU. así como su capacidad para enviar el mismo monto de remesas. Estas proceden del ingreso laboral y pueden disminuir si la masa salarial disminuye y/o tiene menor poder de adquisición de bienes y servicios. Es plausible que las remesas enviadas desde EE. UU. a México disminuyan este año.

La percepción de remesas en los hogares mexicanos está vinculada con los familiares emigrados, con la relación familiar entre quien envía y recibe y con el ingreso disponible del remisor. Las entidades con mayor intensidad migratoria suelen recibir más remesas: Michoacán, Zacatecas, Guerrero, Guanajuato y Durango registraron los mayores montos de remesas por habitante entre 2013 y 2024 en tanto que Yucatán, Tabasco, Campeche, Quinta Roo y Baja California Sur recibieron las menores remesas por persona entre los años mencionados. Agrupadas las entidades por regiones, la tradicional (Aguascalientes, Colima, Durango, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, San Luis Potosí y Zacatecas) es la que registró la mayor entrada de remesas entre 2003-2024, 39.5 por ciento, en tanto que la región Centro (CdMx, México, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Oaxaca, Puebla, Querétaro y Tlaxcala) tuvo 35.9 por ciento, esta región perdió dinamismo en el periodo en tanto que las entidades del Norte (Baja California, Baja California Sur, Coahuila, Chihuahua, Nuevo León, Sinaloa, Sonora y Tamaulipas) aumentaron su participación en la distribución espacial de las remesas al promediar 14.1 por ciento. La región Sur-Sureste (Campeche, Chiapas, Quinta Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán) es la más ajena al flujo migratorio hacia EE. UU: en el quinquenio 1915-2020 solamente 9.3 por ciento del flujo migratorio correspondió a esta región; de los mexicanos repatriados de EE. UU. entre 2010-2024, solo 13.2 por ciento dicen haber nacido en esa región y del total de remesas enviadas hacia México entre 2003-2024, solo 10.5 por ciento correspondió a la región mencionada. Chiapas, ruta obligada del flujo migratorio trasnacional hacia EE. UU. es de las pocas entidades cuya recepción de remesas no corresponde a la intensidad de su flujo, en su caso, parte de las remesas son envíos que los patrocinadores le hacen a sus familiares en tránsito.

Atendiendo a la información del Banco de México sobre remesas, hasta ahora la fuente que hemos utilizado, 99 por ciento de los municipios de México percibieron remesas entre 2013-2024, en estos reside 99.75 por ciento de la población. Los municipios con larga experiencia migratoria y una alta intensidad migratoria son los que registran los más elevados montos de remesas por habitante, mismos que son 11 veces o más superiores a la media nacional, ente otros destacan Tulcingo, en Puebla; Mariscala de Juán, en Oaxaca; Juan Aldama y Juchipila, en Zacatecas, y Huandacareo, en Michoacán. Los municipios que no recibieron remesas o el promedio anual recibido por persona fue simbólico (0.1 dólares) se ubicaron principalmente en Yucatán, Chiapas, Quinta Roo y Oaxaca.

Puebla tuvo sus mejores momentos en la recepción de remesas en el primer decenio de este siglo y sus peores en los últimos seis años; su promedio entre 2003-2024 fue de 5.4 por ciento del total de las remesas. Muchos municipios de la Mixteca son los que registraron las remesas por personas más alta de la entidad, entre otros, Tulcingo, Piaxtla, Tehuitzingo, Tepexi y Acatlán, con promedios que se ubicaron entre 5 y 17 veces por arriba de la media estatal; los municipios con un promedio anual por habitante menor a un dólar entre 2003-2024 se ubicaron en la Sierra Nororiental y en la Sierra Norte, principalmente. Por regiones, la Mixteca y los Valles de Atlixco y Matamoros tuvieron los registros más altos de recepción de remesas por habitante y los más bajos se registraron en las Sierra Norte y Nororiental.

Los inmigrantes mexicanos en EE. UU. más vulnerables a las crisis recurrentes del capitalismo son los que carecen de ciudadanía, ya sea porque sean indocumentados o tengan una residencia temporal documentada. Los inmigrantes mexicanos con menos tiempo de residencia en EE. UU. suelen disponer de menor capital social para afrontar las consecuencias de la crisis y son los que se acogen al programa de repatriación de mexicanos, generalmente nacieron en localidades con mayores índices de pobreza, mismas que serían las más afectadas por la merma de la masa salarial generado por la población de origen mexicano en EE. UU.

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