Tonantzin Guadalupe desdibuja las fronteras: la fe da a los migrantes sin documentos un momento de libre tránsito por Estados Unidos

Foto: Es Imagen

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Que la fe y Virgen de Guadalupe como estandarte permitiera a los migrantes transitar libremente en un territorio donde son perseguidos por no tener documentos que acrediten su estadía legal, así nació una de las peregrinaciones más simbólicas entre México y Estados Unidos.

Iniciativa de la Fundación Tepeyac en Nueva York, a propuesta de un mexicano migrante, la procesión con Tonantzin Guadalupe permitió que en el vecino país del norte los migrantes sin documentos de permanencia legal, pudiesen caminar por un momento sin miedo a ser deportados, pues ante la caravana, ninguna autoridad cuestionó su presencia.

La carrera Antorcha Guadalupana es una caminata exclusivamente religiosa, con un propósito mediático para hacer conciencia del fenómeno humano y social de la migración, un llamado a que se respeten los derechos de las personas que migran y los de sus familias, precisó en entrevista con Saberes y Ciencias el sacerdote Anastasio Hidalgo Miramón, miembro de la diócesis de Tehuacán.

“A los paisanos durante la carrera nadie intentó detenerlos, a pesar de identificarse como migrantes; ese es el poder simbólico de la virgen y San Juan Diego”, manifestó el clérigo.

En la carrera participan migrantes, sus familiares y sacerdotes, algunos de estos últimos con previa experiencia en recorrer lugares de la Unión Americana como pastores que se dan a la tarea de visitar a los migrantes de sus parroquias.

Con más de dos décadas de existencia, la procesión de México a Nueva York inicia en la la basílica de Guadalupe con una misa el primer domingo de octubre para llegar a la catedral de San Patricio en Nueva York el 12 de diciembre, un recorrido con una duración de dos meses.

En los últimos años la fecha de inicio se ha modificado e inicia en el mes de septiembre porque se han integrado otras comunidades y parroquias a la travesía de más de 5 mil kilómetros que atraviesa el territorio mexicano y de Estados Unidos.

Las imágenes de la virgen de Guadalupe y San Juan Diego inician su peregrinación en el cerro del Tepeyac, recorre una parte de Ciudad de México, estado de México, Morelos, Guerrero, Oaxaca, Puebla y Nuevo Laredo, Tamaulipas, y de allí hacia Nueva York.

La organización está dividida según el territorio; son los representantes de la iglesia católica en México quienes coordinan el trayecto y atención a los corredores dentro de la República Mexicana, y sus símiles en Estados Unidos lo hacen para el recorrido dentro de aquel país.

Para la región de Puebla, Tlaxcala, Tehuacán y Huajuapan, es el sacerdote Gustavo Rodríguez Zárate, quien coordina la Pastoral de Movilidad Social de la Arquidióses de Puebla y el recorrido de la carrera.

En 2020 las comunidades poblanas, tlaxcaltecas y oaxaqueñas que participaron en la Antorcha Guadalupana fueron: Tulcingo, Piaxtla, Acatlán, Huajuapan de León, Santiago, Zapotitlán, Tehuacán, Tepanco, Tepexi de Rodríguez, Izúcar de Matamoros, Zacapala, Coatzingo, Epatlán, Tepeojuma, Atlixco, Chalchihuapan. Además San Pedro y San Andrés Cholula, Nealtican, Zacatepec, Tlaltenango, Tlaxcala, Chignahuapan, Tomatlán y Zacatlán.

“La experiencia es muy bonita y positiva, el símbolo de la virgen toca a todos los mexicanos —en la religiosidad y en la identidad—; mucha gente escribe cartas, envía mensajes de amor, esperanza, que son colectados por los capitanes de la carrera. Es gracias a ella que las familias pueden sentirse unidas al recibir las cartas, los saludos a la gente de sus comunidades que ya radican en Estados Unidos”.

“Provoca un sentimiento de unión, de hermandad, que a pesar de estar separados por una frontera, nos mantenemos como una familia de mexicanos, a pesar de que estén en ese país. Es una actividad muy motivante,reconfortante y esperanzadora”.

 

Elecciones, crimen organizado y la Covid, las trabas de la caravana

 

La peregrinación se ha enfrentado a dificultades de tipo político, de seguridad y el último año de salud. “Se quiso usar la carrera por candidatos en tiempos de elecciones, hubo quienes hacían propaganda diciendo que ellos costeaban elementos de religiosidad, playeras, estandartes, cuando los únicos fines son religiosos, para enviar un mensaje a los paisanos migrantes de que no están solos. Cuando insistieron en querer usar políticamente la carrera, se dejó de transitar por esas comunidades”.

Hubo zonas con presencia del crimen organizado y de mucha violencia, en las que no se podía transitar, sin embargo, la capacidad de mediación de las personas de las comunidades permitió una tregua para que no hubiese violencia y se diera paso a Tonantzin Guadalupe”.

La pandemia de Covid-19 cambió el formato de la travesía, y con la finalidad de frenar la cadena de contagios pero no la carrera de fe, el trayecto se hizo en caravana de autos y camionetas, en la edición de 2020.

La organización de la Antorcha Guadalupana inicia en el mes de abril, sin embargo, hasta el momento no se ha precisado la forma en que se va a realizar este 2021.

 

Esperanza con la política migratoria de Biden

 

La caravana lleva esperanza, los fieles piden que quienes gobiernen hagan sus políticas migratorias más sensibles y humanitarias frente a este fenómeno social. Se nota mayor confianza e ilusión que cuando estaba el gobierno de Trump, acotó el sacerdote conocido como el padre Tacho, “los paisanos sienten que ahora sí les van a tomar en cuenta, sienten que la política migrante de Biden es más humanitaria, por el acercamiento de los niños con sus padres”.

 

Experiencias alentadoras de encuentro, eso siembra Tonantzin Guadalupe

 

La Antorcha Guadalupana tiene impacto a nivel personal, social y eclesial; genera encuentros familiares, refuerza las relaciones con las comunidades migrantes, ellos que siempre aportan mucho a sus lugares de origen; es una forma de reconocer y fortalecer los lazos entre las comunidades expulsoras de migrantes y las comunidades que se conforman en Estados Unidos, sostiene el cura.

“El fenómeno social de la migración va a seguir, a pesar de que los gobiernos tengan iniciativas para frenar el tránsito; debemos aspirar a fundar una nueva sociedad, desde el buen vivir, una más humana, con una mejor convivencia. La antorcha es un medio para visibilizar, pero también convoca a buscar soluciones más creativas para evitar el sufrimiento de las familias, para paliar la violencia social y de pobreza extrema”.

 

La Covid provocó el cierre temporal de albergues para migrantes

 

Entre la frontera de Guatemala y México, y México con Estados Unidos había alrededor de 60 albergues para migrantes atendidos por sacerdotes, religiosas y laicos, ubicados por la ruta del tren “la bestia”, que con la pandemia de coronavirus debieron cerrar para evitar que fuesen focos de contagio, no solo por la crisis sanitaria, sino la económica que dejó sin recursos a los comedores y casas de migrantes.

A más de un año de la crisis de salud ocasionada por el virus SARS-Cov-2, se empiezan a reactivar nuevamente estos espacios de atención a las personas que deciden migrar hacia Estados Unidos, y también empieza a reactivarse el acopio de víveres, pues a pesar del cierre de los albergues el tránsito de migrantes no se detuvo.

“Es un compromiso de los seres humanos ser solidarios, y como cristianos debemos ser buenos samaritanos para nuestros hermanos migrantes”.

 

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