La transferencia de tecnología como ventaja competitiva en los países desarrollados ha adquirido una importancia relevante, así como cambios en la vinculación entre el sector académico y el sector empresarial. Las universidades, sabedoras de su importancia en el desarrollo de un país, se han ido adecuando a la complejidad de la sociedad actual, han pasado de ser meros formadores de profesionistas a verdaderos actores en una transferencia de tecnología hacia la sociedad, al gobierno y a la iniciativa privada; no sólo con egresados, congresos y artículos científicos, sino con la creación de empresas de bases tecnológicas nacidas de las innovaciones de universidades con sus desarrollos de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i). Estas empresas, denominadas spinoff, han crecido en número como resultado del trabajo de universidades, incubadoras de base tecnológica, centros de investigación, parques tecnológicos, oficinas de transferencia tecnológica (OTT) y aceleradora de negocios.
En los países desarrollados queda claro que la capacidad de transferencia de tecnología de las innovaciones creadas hacia su industria es factor clave para un crecimiento y una estabilidad económica; sin embargo, esta transferencia de tecnología debe ir más allá de sólo generar un bienestar económico.
A través del tiempo, han surgido tendencias empresariales de permear en la sociedad, conocidas como responsabilidad social empresarial (RSE); se puede definir como realizar negocios basados en principios éticos y apegados a la legalidad; esto ha tomado fuerza con el tiempo, yendo más allá de donaciones de forma caritativa; ha ido evolucionando a través de diversas propuestas en el área de negocios. Entre ellas, Michael Porter presenta su propuesta de valor compartido (Shared Value). El valor compartido es definido como las políticas y las prácticas operacionales que mejoran la competitividad de una empresa a la vez que ayudan a mejorar las condiciones económicas y sociales en las comunidades donde operan, identificando y expandiendo las conexiones entre los progresos económico y social (Porter & Kramer, 2011), creando un vínculo conjunto para la generación de riqueza mutua con la sociedad y empresas, ir más allá de la filantropía y la sustentabilidad ecológica.
El valor compartido pueden integrarse al sistema de transferencia de tecnología en las spinoff no debe quedarse en el desarrollo de una nueva innovación, llevarla al mercado y comercializarla, sino al incluir el valor compartido desde el nacimiento de dicha empresa, haría que el crecimiento de la nueva spinoff en conjunto con la sociedad sea sostenido. Los nuevos emprendedores deben reconocer que este modelo de negocios es viable y que puede aplicarse en cualquier parte de la cadena de valor, utilizando sus habilidades, recursos y capacidad de gestión para liderar el progreso social, y en un país como el nuestro, en donde la mitad de la población se encuentra en pobreza, y por debajo del nivel promedio económico de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), es indispensable y necesario que las universidades tengan ese liderazgo con carácter social, no tan sólo por una visión humanista, sino que a través de un verdadero crecimiento social en conjunto universidad-empresa-sociedad, la competitividad de Mé-xico crecerá de manera permanente.
Las declaraciones internas como externas de que México tiene la oportunidad de unirse a las economías emergentes son reales, pero no hay que olvidar que el problema de competitividad es sistémico y como tal, todas las partes involucradas son esenciales, las spinoff pueden dar ese aporte a largo plazo, su estrategia centrada en las utilidades con el mayor beneficio a la sociedad, puede ser la pequeña gran diferencia para que la economía en México vaya emergiendo. Por ello dentro de la diversas formas que tiene una universidad para transferir su conocimiento, la creación de nuevas empresas tienen un lugar destacado: Por la generación de empleo, su contribución en la economía y el desarrollo social, el impulso de las nuevas tecnologías e innovaciones, así como la Incorporación de los docentes investigadores al sector productivo y laboral; por todo esto las universidades y centros de investigación han creado estrategias para el fomento y crecimiento de las spinoff, convirtiéndolas en objetivos primordiales de las autoridades académicas.
Al incorporar el valor compartido en las spinoff, el desarrollo local en donde son establecidas, tendrá una oportunidad de crecimiento en conjunto con la nueva empresa, entonces el ganar-ganar en la relación universidad-empresa-sociedad se puede convertir en círculo virtuoso en el que todos son favorecidos, de ahí su vital importancia para que estos nuevos docentes-investigadores-empresarios lo tomen en cuenta.
Referencia
Porter Michael & Kramer Mark, 2011. Harvard Business Review.