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Patitos… y otras aves acuáticas

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Hace años un alumno me decía que todas las aves eran tipos distintos de canarios o patos; otro amigo las divide en pollitos (terrestres) y patitos (acuáticas). Es broma, pero tiene sentido reconocer que mientras algunas aves viven en pastizales, matorrales o bosques, otras líneas evolutivas llevaron a las aves a obtener recursos de formas diversas en ríos, lagos, lagunas, esteros, costas e incluso en mar abierto y zonas polares.

¿Cómo es un ave acuática? No hay una forma general. El plumaje es muy denso e impermeable para las que nadan, se sumergen o viven en zonas muy frías; en cambio es escaso si las aves no mojan cotidianamente el plumaje. Sus picos son distintos dependiendo del alimento para el cual se han especializado y sus patas difieren de acuerdo a la forma de desplazamiento.

Las que viven en sitios donde hay nevadas y el agua se congela vuelan en el otoño para pasar esos meses en áreas más cálidas donde puedan conseguir alimento. Millones de aves se desplazan cada año, enfrentando los peligros de la migración (tormentas, depredadores cazadores, aguas contaminadas, enfermedades, hábitats deteriorados, falta de alimento, agotamiento), lo que las hace verdaderas sobrevivientes.

De 10 mil 807 especies de aves, aproximadamente mil 240 requieren ambientes acuáticos (Gill y Donsker, 2013), y en México ocurren al menos 220 de ellas ¿sabes cuáles son? Te las presento por grupos; entre paréntesis se anota el orden y el número de especies en el mundo:

Patos, gansos y cisnes (Anseriformes, 176). Con cuerpo voluminoso y picos aplanados, patas palmeadas, son tamizadoras de vegetación acuática. En patos hay variedad de colores y los machos son muy vistosos (como ocurre en muchas aves). En gansos y cisnes machos y hembras se parecen y pueden formar parejas de por vida.

Gavias (Gaviiformes, 5). Sólo ocurren en el hemisferio norte, tienen gran contraste entre el plumaje reproductor y no reproductor, cambiando incluso el color de pico y ojos.

Pingüinos (Sphenisciformes, 18). Habitan en mares fríos del hemisferio sur, incluso en la Antártida. En vez de alas tienen aletas, pero “vuelan” bajo el agua, su postura erecta y el color negro en dorso y blanco en el vientre les da una apariencia elegante.

Albatros, fulmares, petreles (Procellariiformes, 141). Aves muy longevas, viven en mar abierto, algunas vuelan sin descanso por hasta tres años y sólo llegan a las islas para anidar; tienen adaptaciones para excretar el agua salada por los orificios nasales.

Zambullidores, achichiliques (Podicipediformes, 23). Tienen patas lobuladas y viven en lagunas y lagos, las especies más grandes tienen cortejos muy vistosos, donde la pareja corre sobre el agua.

Flamingos (Phoenicopteriformes, 6). Su hábitat fue muy extenso en México, actualmente sólo hay una especie en la península de Yucatán, son filtradoras de pequeños crustáceos, de donde obtienen el color rosado de su plumaje.

Aves tropicales (Phaethontiformes, 3). Todas en mares mexicanos, parecidas a golondrinas de mar, pero con largas colas, y un comportamiento escandaloso que bien les ganaría el apodo de “periquitos de mar”.

Cigüeñas (Ciconiiformes, 19). A diferencia de las que “traen a los bebés”, son grandes aves de picos voluminosos y patas muy alargadas y comen todo tipo de vertebrados. En México la más grande se llama jabirú, y sólo habita en los humedales de Tabasco.

Garzas, espátulas, ibis, pelícanos (Pelecaniformers, 118). Estas aves tienen en común esófagos muy expandibles, que les permiten tragar presas grandes, que atrapan usando su pico como arpón; otras buscan en el fondo con sus grandes picos o usan su membrana bajo el pico como red para pescar. Algunas tienen dedos largos para no hundirse en el lodo, o membranas para nadar. A diferencia de las otras aves de cuello largo, las garzas son las únicas que vuelan con el cuello recogido.

Fregatas, bobos, cormoranes, anhingas (Suliformes, 60). Marinas y costeras, aunque los cormoranes se encuentran en lagunas y presas interiores. Las fregatas son muy hábiles para robar su alimento a otras aves, los bobos se lanzan al agua como proyectiles para pescar, mientras cormoranes y anhingas son muy buenas buceadoras.

Rapaces pescadoras (Accipitriformes, al menos 8). El águila cabeza blanca, el gavilán pescador y otras aguilillas son muy hábiles para pescar o cazar pequeños vertebrados en lagunas, esteros y manglares. Sus afiladas garras y fuertes alas les permiten levantar presas que casi pueden igualar su peso.

Ave sol (Eurypigiformes, 1). Tiene alas de colores espléndidos que simulan un atardecer. En México solamente se ha registrado en Chiapas y no se tienen registros desde hace décadas.

Grullas, carao, pollas de agua y gallaretas (Gruiformes, 182). Las grullas son aves grandes de patas largas, excelentes voladoras, el carao es un ave que se alimenta principalmente de caracoles, mientras las pollas de agua y gallaretas en general son aves de cuerpo rechoncho y cabeza pequeña, que viven en lagunas y lagos, a veces siempre escondidas en la vegetación, tienen patas alargadas con membranas alrededor de los dedos para nadar y no hundirse en el lodo.

Ostreros, avocetas, monjitas, chorlos, jacanas, playeros, chichicuilotes, gaviotas, charranes, rayadores, skuas, alcas (Charadriiformes, 385). Es el grupo más diverso, las especies pequeñas se alimentan caminando, a la orilla de cuerpos de agua, en aguas someras o “correteando olas” en las playas, para buscar pequeños peces e invertebrados. Las gaviotas, charranes y rayadores buscan su alimento desde el aire, mientras las alcas y frailecillos son excelentes para bucear y pescar.

Martines pescadores (Coraciiformes, 88). Dentro de un orden de aves terrestres sólo una familia se adaptó a ubicar presas desde una percha para después lanzarse y pescar en picada, tienen grandes cabezas y pi-cos que usan como arpones.

Mirlos acuáticos, mascaritas, chivirín (Passeriformes, al menos 10). Dentro de las aves paserinas, algunas se mantienen muy li-gadas a manglares y vegetación acuática en pantanos y ciénagas, los mirlos incluso bucean y tienen plu-maje impermeable.

Aunque en México hay aves acuáticas residentes (que permanecen todo el año), muchas son migratorias, porque las principales áreas de repro-ducción están cer-ca del polo norte, y por tanto el nú-mero de especies puede duplicarse en la mayoría de los humedales durante el otoño e invierno (Ramírez-Bastida et al. 2013). Nuestro país es la meta final para muchas de ellas, otras sólo se detienen a descansar y alimentarse, porque su viaje puede continuar hasta la Patagonia e incluso la Antár-tida, por lo que son una riqueza compartida a nivel continental.

Es necesario mantener la integridad de sus hábitats, don-de éstas y otras aves se alimentan, reproducen o descansan. La problemática proviene de la desecación, contaminación o modificación de la estructura vegetal o topográfica de los humedales. Entre más microhábitats existan, los recursos disponibles y la diversidad de aves será mayor, y para ello se requieren áreas someras, profundas, lodosas, con vegetación y zonas de espejo de agua libre ¿Conoces sitios así? ¡Visítalos y admíralas!

Más información

Gill, F. & D. Donsker (Eds.), 2013. IOC World Bird List (v. 3.3). [En línea]  http://worldbirdnames.org Consultado abril, 2013).

Ramírez-Bastida P., A.G. Navarro-Sigüenza, A. T. Peterson,  2008. Aquatic bird distributions in México: designing conservation approaches quantitatively. Biodiversity and Conservation. 17:2525-2558.

*      [email protected]

 

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