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Uno de cada dos ciudadanos con sobrepeso

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Lo que llamamos vivir mejor nos hizo dependientes de la tecnología, del consumo sofisticado de servicios, de una alimentación nociva a la salud y una producción agroalimentaria agresiva al ambiente y a los ecosistemas. En el tiempo de nuestros mayores solíamos cambiar una llanta ponchada, ir caminando a la panadería, tortillería y lechería, pararnos para cambiar el canal de la televisión, bajarnos del auto para abrir el portón, pagar los servicios en los bancos u oficinas correspondientes, jugar con los hijos, ir al cine y acampar con periodicidad. Hoy casi todo lo resolvemos vía internet (o comunicación telefónica) y a través de controles remotos. Disminuimos la actividad física e incrementamos la ingesta excesiva de energía; el resultado ha sido la acumulación de grasas y su incidencia en enfermedades de severas consecuencias para una vida saludable y digna.

La Organización Mundial de la Salud ha elaborado un Índice de Masa Corporal (IMC) con el que se establecen parámetros para indicar registros de sobrepeso y obesidad, es muy práctico y sólo requiere dos variables (peso y talla). Se divide el peso de una persona entre su estatura elevada al cuadrado y si el resultado es menor a 25, la persona tiene un peso aceptable; si el cociente obtenido es igual o mayor a 25 y menor a 30, tiene sobrepeso; y si dicho cociente es mayor o igual a 30, es obeso.

Con base en ese IMC, 51.7 por ciento de los ciudadanos del municipio de Puebla tiene un peso normal, 37.7 por ciento registra sobrepeso y 10.6 por ciento es obeso. Existe una relación directa entre sobrepeso y obesidad, e inversa con la escolaridad: a mayor edad, mayores registros de IMC y a mayor nivel de escolaridad, menores registros de IMC. De cada 100 ciudadanos de 45 años o más, 64 tienen sobrepeso u obesidad y de cada 10 ciudadanos menores a 30 años, tres tienen sobrepeso u obesidad. De cada 100 ciudadanos con escolaridad de nivel básico, 73 tienen sobrepeso; de cada 100 con escolaridad de nivel superior, 41 registran sobrepeso u obesidad. Del total de amas de casa, 61 por 100to tiene sobrepeso, y del total de estudiantes, 23 tienen sobrepeso, según la encuesta telefónica aplicada el 18 y 19 de octubre del año en curso a 384 ciudadanos que radican en el municipio de Puebla.

El sobrepeso y obesidad son factores de riesgo que inciden en la presencia de diabetes mellitus, hipertensión, excesos en los niveles de triglicéridos y enfermedades cardiacas. La diabetes la padece uno de cada 10 ciudadanos y tiene incidencia severa en infartos al corazón, ceguera, pérdida de extremidades inferiores y muerte prematura: se estima que la esperanza de vida disminuye de cinco a 10 años entre las personas diabéticas. En el municipio de Puebla, por cada 100 ciudadanos hay 9.9 que tienen diabetes, 14.3 que tienen presión arterial alta, 8.7 con colesterol elevado (el malo), 10.1 con elevados niveles de triglicéridos en sangre, 5.5 con elevados niveles de ácido úrico, y 2.0 con hígado graso.

Los casos diagnosticados con diabetes son más altos en hombres que en mujeres y varían directamente con la edad: solamente 1.3 por 100to de los ciudadanos menores a 30 años se lo ha diagnosticado, y cuando la edad es de 60 años o más, 22.1 por 100to de ese grupo de edad lo tiene. La hipertensión la sufren 20.7 de cada 100 mujeres y 7.1 de cada 100 hombres; cuando la edad es menor a 30 años, 3.1 de cada 100 personas de esa edad la padecen, si la edad es superior a 59 años, es 39.1 por 100to a quienes se le han diagnosticado. El colesterol malo es más elevado en hombres que en mujeres y también varía proporcionalmente a la edad: 2.3 en cada 100 ciudadanos menores a 30 años y 22.9 en cada 100 ciudadanos mayores a 59 años.

Una dieta saludable, baja en grasa, azúcar y sodio; inocua, nutritiva, suficiente y de calidad puede revertir el exceso de grasas y de las enfermedades metabólicas concomitantes; también un cambio en la actividad física y sobre todo, una legislación y política pública que privilegie la calidad de vida y la sustentabilidad del ambiente en lugar de facilitar las ganancias extraordinarias de las empresas agroalimentarias, la biopiratería del germoplasma y saberes indígenas, y la destrucción de la megadiversidad del país. Quizá por razones similares seis de cada 10 ciudadanos del municipio de Puebla aprueban el gravamen a los alimentos chatarrra.

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