“Las huellas de las personas que caminaron juntas nunca se borran”. Proverbio Congo
Una de las muchas bondades del Programa Nacional de Lectura es la dotación de libros a las escuelas de educación básica, los cuales acompañan a niños y jóvenes en su crecimiento lector. Desde pequeños encuentran en el aula materiales de lectura organizados de acuerdo con los niveles lectores que confluyen en educación básica: Al sol solito, para los más pequeños; Pasos de luna, para los que empiezan a leer; Astrolabio, para los que leen con fluidez; Espejo de urania, para los lectores autónomos, y la edición especial Cometas convidados, para lectores de todas las edades y distintas habilidades.
Estos libros conforman lo que hoy conocemos como Biblioteca Escolar y Biblioteca de Aula (BE y BA). Ambas tienen características y funciones distintas; sin embargo, se complementan. La escolar está destinada a funcionar como un centro de recursos, búsqueda e información útil tanto para alumnos como para docentes, mientras que la de aula representa la oportunidad de ser el primer contacto de los alumnos con el mundo de los libros.
Los libros de la BE y BA ofrecen posibilidades de lectura diferentes a las que se realizan con el libro de texto por la gran diversidad de formatos que respetan el diseño original, de temas que propician el desarrollo de preferencias lectoras y categorías organizadas en dos grandes géneros: informativo y literario. La bibliodiversidad presente en estas colecciones busca que los alumnos-lectores se den cuenta de que los textos varían y de que pueden acercarse a ellos de distinta manera, de acuerdo con sus intereses, necesidades y gustos.
Por lo anterior es muy importante que en la escuela y en el aula los libros se encuentren disponibles y a la vista de todos, a fin de que los alumnos, docentes y padres de familia puedan acceder a ellos y a las prácticas lectoras. En estos espacios se deben crear condiciones para que sean lugares de encuentros con los libros, con las historias, con los personajes, con las ideas, con los argumentos… Lerner nos dice que en la escuela es necesario que la lectura y la escritura sean prácticas vivas y vitales, donde leer y escribir sean instrumentos poderosos que permitan repensar el mundo y reorganizar el propio pensamiento.
Otra de las bondades del programa es la Estrategia de Acompañamiento, la cual se diseñó con la intención de apoyar el trabajo escolar y contribuir a que la escuela se convierta en un espacio para la promoción de la lectura. Está dirigida a promover el acceso a los materiales, a través de potenciar las habilidades de la comunidad educativa en cuanto al conocimiento y uso de los mismos.
Las figuras educativas, especialmente los asesores acompañantes, son los responsables de poner en marcha la estrategia, realizan tareas de gestión para instalar la BE y BA, promueven la participación social para crear puentes entre la escuela y la comunidad y entre los maestros y las familias, con la finalidad de que participen activamente en la vida y funcionamiento de las bibliotecas, asimismo sugieren a los docentes que incluyan en sus prácticas pedagógicas los diversos libros que favorezcan el desarrollo intelectual y emocional de los alumnos.
Historias de encuentros
En Puebla, desde la Coordinación Estatal del Programa, acompañamos y damos seguimiento a algunas escuelas de los tres niveles educativos: preescolar, primaria y secundaria, en las visitas realizadas nos hemos encontrado con algunas historias que merecen ser contadas.
En la región de Huauchinango, nos encontramos a Daniel, supervisor escolar de Telesecundarias Estatales con el Proyecto “Pateando palabras” en él participan 121 escuelas de 18 municipios de la Sierra Norte del Estado de Puebla. La estrategia medular del proyecto se fundamenta en un cambio de actitud: “vamos a leer en lugar de van a leer”, de esta manera integra y organiza al colectivo docente y a padres de familia para “patear palabras juntos”. Nos comenta Daniel: “…nos organizamos y elegimos entre todos el libro que vamos a leer con los alumnos; primero lo leemos entre nosotros (supervisores, directores y docentes) y después con ellos”.
Daniel busca que en el primer contacto de todos con los libros haya espacios de reflexión, de diálogo sincero para intercambiar puntos de vista con el objetivo de saber qué mueve a los alumnos-lectores y, en consecuencia, crearles la necesidad de buscar el libro, el autor o la palabra que los identifique.
Tal es el caso de Martín, un joven de 13 años que le apasiona el futbol, su afición lo acercó al libro Pateando Lunas, la historia de Mayte lo motivó a organizar a sus compañeras para formar un equipo de futbol.
O el de Yesica, que comenta: “…hay muchas cosas que pasan en la escuela que no entiendo, a veces me siento rara o incómoda, otras feliz… Cuando empecé a leer Detrás de la barda me gustó, porque trata diferentes historias de amor, de amistad, de grandes sueños y de las ganas de triunfar que tienen los adolescentes. El que más me gustó fue el de Instrucciones para sobrevivir a la secundaria”.
En otro escenario, en Libres, Gersaín, asesor técnico pedagógico, acompaña a distintos sectores y zonas para promover la lectura con los docentes y los alumnos. Diseña para su promoción una serie de talleres con personajes muy singulares: Doctura, cura a través de la lectura, Tarabillo; chin, chin el que no lea, Artilugio, entre otros. En todos utiliza distintas estrategias de lectura: marchanta, vicaria, sollozando, poética, rítmica, ranchera, adapta canciones con títulos de libros; canta: “jajaja que risa me da, el pistón, tío Matías”; vive las historias a través del baile para desarrollar, dice él, la inteligencia kinestésica (socio-lúdico-motriz).
La experiencia de lectura con él es altamente gratificante, los maestros comentan que, gracias a lo vivido en sus talleres, han tenido la oportunidad de aventurarse a leer de manera diferente con los alumnos, a diversificar las lecturas y los espacios compartidos, a convertirse en colegas lectores que charlan entorno a las historias y a las ideas vertidas en los textos. En este sentido, Gersaín siembra la semilla para convertir el aula en un espacio lúdico, acogedor y hospitalario que permita mover los libros con el corazón.
Rosa Eréndira asesora acompañante de preescolar, tiene otras historias que contar. Con el lema “¡si me animo, te animas!” se reúne con maestras bibliotecarias de toda su zona escolar para leer, comentar y compartir experiencias de lectura. Diseñan juntas distintas estrategias para fomentar la lectura con los pequeños de preescolar. Saben que esta labor se fortalece si involucran a los padres de familia. Bajo esta premisa los convocan para desarrollar actividades de iniciación a la literatura infantil y programan con ellos estrategias para estimular el acercamiento de los niños con los libros. “Los papás —nos comenta— solo necesitaban un empujoncito para entusiasmarse y organizar su estancia en la escuela”.
Las estrategias realizadas en cada centro escolar son diferentes. Algunos optan por llevar los libros en un carrito de supermercado, que adornan con globos de colores, a fin de acercar a los niños e invitarlos a tener en sus manos alguno de ellos para contemplar sus imágenes y colores, disfrutar de su aroma o sentir su textura, con la intención de despertar el deseo de “leerlo” o escucharlo en voz de su mamá o papá. Otros organizan chocolates literarios y, en medio de un ambiente escolar muy familiar, prueban a la luz del sol un exquisito chocolate y un buen libro. Los niños se entusiasman y se sientan al lado de sus papás para escuchar atentos lo que le pasa a Choco en la búsqueda de su mamá, el gran secreto que oculta bajo la larga peluca de rizos negros El Rey mocho y lo que sucede en La selva loca.
La labor que realizan los colegas-mediadores pone de manifiesto el gran compromiso que tienen con la comunidad escolar. Saben que para promover la lectura no hay recetas mágicas, Michéle Petit dice que “sólo es necesario una atención personal a los niños, a los adolescentes, a las mujeres, a los hombres. Una interrogación cotidiana sobre el ejercicio de su profesión, un trabajo a largo plazo y paciente…”. Pero también saben que no se puede dar lo que no se tiene, —dice Socorro— hay ocasiones que llego cansada a casa y no tengo ganas de nada, pero a mí me gusta mucho leer y a veces viajo en La máquina del tiempo con Wells o me pierdo en los campos desolados de Juan Rulfo”. Le gusta leer y las palabras disipan su cansancio.
Octavio Paz, en su hermoso poema Piedra de Sol, dice: “el mundo cambia si dos se miran y se reconocen”, lo mismo sucede con los libros, nuestro mundo cambia cuando nos miramos en ellos y reconocemos las palabras que dan identidad a nuestra propia historia. Así le pasó a Martín, a Yesica, a mí, les pasa a todos los que caminamos junto a los libros.
Más información
Programa Nacional de Lectura
http://lectura.dgme.sep.gob.mx/
LERNER, Delia 2001 Leer y escribir en la escuela, Colección espacios para la lectura, México: FCE.
PETIT, Michéle 1999 Nuevos acercamientos a los jóvenes y la lectura, Colección espacios para la lectura, México: FCE.