La generación de la guerra fría

Nació al finalizar la Segunda Guerra Mundial; durante su infancia y juventud conoció la época dorada del milagro mexicano: crecimiento de la economía dos veces superior al de la población, estabilidad de precios y cambiaria, protagónica inversión pública en infraestructura; subsidios generosos a los bienes salarios para garantizar un bajo costo laboral y una ganancia empresarial extraordinaria que favoreciera el proceso de acumulación, especialmente el orientado hacia la sustitución de importaciones. En nombre del estado de bienestar y del progreso, los campesinos subsidiaron la importación de bienes intermedios y de capital, la dieta de la creciente población urbana y el gasto público.

En su adolescencia disfrutó la armonía musical de ola inglesa, especialmente de The Beatles (Anna, Love me do, I wanna be your; Can’t buy me love, love; A hard day’s night, If I fell, Eight days a week, I need you, Ticket to ride, Yesterday, I feel fine, Help, Drive my car, Michelle, Girl, Norwegian wood y Nowhere man); The Animals (The house of the rising sun, We’ve gotta get out of this place); The Rolling Stones (Satisfaction, The last time); The Who (I can’t explain); The Dave Clark Five (Glad all over) y The Kinks (You really got me). En música en tu idioma escuchaban los innumerables éxitos de Enrique Guzmán, ya como parte de los Teen Tops (La plaga, Rock de la cárcel, Lucila, Popotitos, Presumida) o como solista (Ju Julia, Pon tu cabeza en mi hombro, Payasito, 100 kilos de barro, Abrázame fuerte y Harlem en español), sin desdeñar las interpretaciones de Angélica María, Queta Garay, Vianey Valdez, Mayté y Pily Gaos, Miguel Ríos (autor de la Chica yé yé) y César Costa. Tampoco fueron insensibles a los éxitos comerciales de los vecinos del norte, oyeron a The Temptations (My girl), a The Supremes (Stop in the name of love) y a Petula Clark (Down town); a The Beach Boys y a The Birds. Un ícono transgeneracional, que en ese tiempo era un mozalbete, era ya conocido por estos lares y altamente valorado por los iniciados: Bob Dylan (Subterranean domesick blues y Like a rolling stone) como también lo fueron Charles Aznavour (Venecia sin ti, La Bohème), Jimmy Fontana (Il mondo), Gigliola Cinquetti (No tengo edad) y Mikis Theodorakis (Zorba el griego). Otro abrevadero musical no menor fue la vertiente tropical: entre otros, La Sonora Matancera y Celia Cuz, La Sonora Santanera y Sonia López, La Sonora Dinamita, La Lupe, Carmen Rivero y Mike Laure.

Esa generación abrevó cinematográficamente del cine de Hollywood, que en su juventud era básicamente épico (El puente sobre el río Kwai) y musical (Amor sin barreras, Mi bella dama, Zorba el griego y La novicia rebelde); también se dio tiempo para ver los éxitos del momento: Dr Zhivago, Otelo, La historia jamás contada, Lawrence de Arabia, Ben Hur, Rebelde sin causa, Gigante y Al este del Edén. También se nutrió del cine francés vanguardista (Francois Tru-ffaut, Jean Luc Godard, Jaques Rivette, Eric Rommer, Claude Chabrol, Jean Pierre Melville, Alain Resnais, Marcel Camus y Louis Malle, y de los clásicos italianos: Michelangelo Antonioni, Pier Paolo Pasolini, Luchino Visconti y Federico Fellini. Películas de gran calado como El evangelio según San Mateo, Noches blancas, Rocco y sus hermanos, El gato pardo, Las noches de Cabiria, La dolce Vita, Boccaccio 70, Ocho y medio y Julieta de los espíritus eran económicamente accesibles.

Fue testigo de una ola de movilizaciones sociales que la acompañó en su educación básica y media superior. El movimiento ferrocarrilero de 1958-1959 que exigía democracia sindical y mejores prestaciones laborales fue reprimido; la huelga de marzo de 1959 fue rota por el ejército, que requisó las instalaciones y la empresa despidió a más de 8 mil trabajadores, y dos de sus líderes (Demetrio Vallejo y Valentín Campa) fueron encarcelados por un decenio. En 1964-1965 los médicos del ISSSTE vindicaron mejores prestaciones laborales y su autonomía sindical; su movimiento fue reprimido y militarmente se tomaron los hospitales 20 de Noviembre y Rubén Leñero de la ciudad de México. Entre 1955 y 1965 hubo sendos movimientos universitarios en Michoacán y Puebla —narrados en este número por Jaime Ornelas—; en la Universidad Nicolaíta se enarbolaba una educación humanista, fundamentada en el quehacer científico, la autogestión y una vinculación social de los universitarios con los excluidos, ese movimiento fue derrotado con la expulsión del rector Elí de Gortari en 1963; el de los poblanos exigía reformas a la ley orgánica universitaria, autogestión y libertad para la libre expresión de las ideas, fue derrotado en la primavera de 1962 con la abolición de la recién aprobada Ley Orgánica, y la renuncia del rector Fernández Aguirre. La guerrilla había triunfado en Cuba en 1959 y había movimientos de liberación en el cono sur y el Che Guevara y su propuesta del hombre nuevo era un paradigma no solo juvenil.

Esta generación estuvo abierta a otras culturas y cosmovisiones no solo occidentales sino amerindios, orientales y de Oriente Medio, y fue sensible a ellas. El marxismo humanista de Jean Paul Sartre estaba en voga y la guerra de guerrillas en su esplendor, conocerse desde otros enfoques disciplinarios y desde un pensamiento crítico y propositivo fue el origen de las escuelas de Economía y Filosofía en la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) que hoy cumplen 50 años. En 1965 había ocho escuelas de economía en el país y, la más importante era la de la Universidad Nacional Autónoma de México, de donde se importó el programa de estudios, al primer director y a parte de la planta académica de lo que sería la Escuela de Economía de la UAP.

El economista y contador Luis Humberto Gaytán Rojo egresó en 1960 de la Escuela Nacional de Economía (ENE) y fue profesor de microeconomía en dicha institución; en Puebla fue el primer director —de los 17 personajes que lo han sido en medio siglo— de la Escuela de Economía de la UAP, en los años 1965-1966. Salvador Carmona Amorós, Sergio Corichi, Manuel López Gallo, Enrique Semo, Antonio Tenorio Adame, Héctor Tamayo y Jaime Ornelas también fueron catedráticos de la ENE antes de incorporarse a la UAP, como lo anota en este mismo suplemento Ricardo Moreno Botello. El primer plan de estudios fue de 33 materias anuales y estaba orientado a la administración pública; desde entonces ha sido reformado por lo menos en cuatro ocasiones: en 1975, cuando se introduce la Macro dinámica y el análisis más riguroso del marxismo: en 1983, cuando se introduce una batería de materias cuantitativas y de investigación, y en 1995 y 2009, en que se adecua a los respectivos planes universitarios Fénix y Minerva. Convertida ya en Facultad de Economía, imparte en la actualidad tres programas de licenciatura, dos de maestría y uno de doctorado: su matrícula escolar es de mil y su planta académica de un centenar, la mayoría de los docentes son profesores de asignatura.

Como todas las unidades académicas de la BUAP, la mayoría del profesorado de carrera de la Facultad de Economía ya tiene la edad y/o la antigüedad laboral para el retiro y, como en todas las unidades, siguen laborando; para los fines de acreditación en el Padrón de Calidad es positivo que la élite académica no se jubile, ya que ellos aportan las estrellitas, además de que no hay recursos financieros para reemplazarlos ni los fondos suficientes para pagarles sus pensiones y jubilaciones; por ello es loable que haya estímulos para retenerlos.

En medio siglo han sido cientos los académicos que han laborado en la Facultad de Economía de la UAP y colaborado en su consolidación; no recuerdo a todos ni lo pretendo, pero sí quiero mencionar a algunos con los que he compartido tareas durante más de la mitad de mi edad cronológica. Algunos son ya finados: Eduardo González, María Eugenia López Mariscal, Dominga Zacarías, Rodolfo Cervantes, Guillermo Campos Ríos, Sara Bulnes, Carlos Villegas, Carlos Sarmiento, Víctor Manuel Caamaño, Esteban George, Aleida Iliana Guerrero, Álvaro Rivera Morgado, Óscar Sánchez Daza, Raúl Ramos Zavala, Ramón Montalván, Roberto García Benavides, Manuel Fernández y Carlos Castañeda. Otros laboran en instituciones afines: Arturo Huerta, Rogelio Huerta, Carlos Montes, Nelson Herrera, Rosa Talavera, Alvaro Aguirre, César Samillán, Alfredo Giner, Luc Smart Roche, Michel Héctor, Gloria Marroni, Isabel Fernández; Josué Villavicencio, Luis Ortega, José Grajales Porras, Sergio Cruz Sosa, Guillermo López Mayo, Henry Montenegro y José Álvaro Hernández. Otros se han jubilado: Jaime Ornelas, Wilfrido Meza, Salvador Covarrubias, Jacinto Prieto, Alfredo Guemes, Sergio Sandoval, Jorge Sánchez Zacarías, Pascual Urbano Carreto, Gabriel Gutiérrez, Víctor Espíndola, Jaime García, Samuel de León, Teresa Bonilla, Roberto Borja, Pablo Vázquez, Gonzalo Vara, Dante Méndez, José Luis Cardona, Indalecio Guemes, Arturo Quan Kiu, Héctor Bolaños y José Doger Corte.

Algunos todavía siguen activos y, en muchos casos, tienen los méritos académicos para que los tres programas de posgrado estén en el Padrón Nacional de Posgrados de Calidad del Conacyt: Susana Rappo, Rosalía Vázquez, Liza Aceves, María de Jesús Mestiza, Judith Chaffee, Isabel Angoa, Sylvia Guillermo Peón, Blanca Avendaño, Lilia Gaspar Lima, Paulina Irma Chávez, Verónica Ayance, Taide Álvarez, Lourdes Vargas, Aurora Furlong, Suri Saraí Meléndez, Beatriz Martínez, Ada Celsa Cabrera, Laura Alicia Barroso, Vania Ramos, María Eugenia Martínez, Alejandra Meza, Liliana Estrada Quiroz, Salvador Pérez Mendoza, Enrique Bueno, Yves Bussiere, Germán Sánchez, Huberto Juárez, Fortunato Cuamatzin, Jorge Vázquez, Fernando Díaz Nuñez, Jaime Estay, Gerardo García Pérez, Hedylberto Castro, Eduardo Vázquez Tovar, Pablo Corte, José Trinidad de Olarte, Carlos de Castillla, Sergio Palacios, Fidel García, Camilo Estrada, Saúl Macías, Isaías Huerta, Jesús Rivera, Héctor Sotomayor, Pedro García Caudillo, Julián Paz Calderón, Carlos Absalón, Alberto Castañón, Adrián Jiménez, Raúl López García, Hugo González Paredes, Hugo Cano, Marco Antonio López, Fernando Camacho, Fernando Sesma, Guillermo Campos Rangel, Luis Casco Centeno, Daniel Tlatelpa, José A. Ramírez Roque, Alejandro Jiménez, Alejandro Chávez Palma, Lorenzo Salgado, José Alfredo Ávila, Fredy Marín del Campo, Alberto Vázquez, Óscar Chávez y Honorio Ojeda.

 

 

Ojeda, Honorio y otros, 2015, “50 aniversario Facultad de Economía” en Gaceta Universitaria. Puebla, BUAP, XXXIV:190, abril, páginas 11-16.

 

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