La creación de la escuela de electrónica: Alejandro Vázquez

Ingresé a la escuela de Físico Matemáticas en 1972, cuando la escuela aún estaba en el Carolino y los conflictos políticos estaban en su apogeo; los conservadores acusaban a la escuela de “ser nido de comunistas y ateos”; lo peor que podía existir en aquel tiempo; Satanás era un ángel al lado de esos estudiantes y maestros de física. Seis años atrás habían destruido la escuela y atacado a los estudiantes, expulsado a los docentes, porque había que eliminar a los comunistas, era el lema: “Cristianismo sí, comunismo no”. Y no, no todos éramos afines al comunismo. Sin embargo, eso no impedía tener debates sobre las ideas que dominaban en aquellos tiempos. Nos manteníamos informados, debatíamos, nadie salía a marchar así por que si.

Ingeniero Terrazas impartiendo la conferencia “Astronomía moderna” en la sala Bertrand Russell. 8 de mayo de 1964

Ingeniero Terrazas impartiendo la conferencia “Astronomía moderna” en la sala Bertrand Russell. 8 de mayo de 1964

El ingeniero Luis Rivera Terrazas sacó a esta institución de la edad media, eso era la universidad, una institución medieval.

Con un carácter técnico y un plan de estudios de seis semestres se abre el Colegio de Electrónica para formar técnicos electrónicos instrumentistas; nunca egresó un técnico. La primera generación cursamos los seis semestres y le propusimos al ingeniero Terrazas que le aumentara cuatro semestres al plan de estudios y la convirtiera en licenciatura. Poco después se presentó y aceptó la propuesta por el H. Consejo Universitario.

Los primeros profesores eran matemáticos y físicos de la escuela de Física: Jesús Pérez Romero, Raymundo Bautista, Jesús García, Guillermo Martínez Peña, Honorio Vera.

Posteriormente se incorporó Paolo Cecchetti Peregrini, un físico egresado de la UNAM que había trabajado en Irapuato, el INAOE y que se incorporaba a la BUAP. Llegó como mandado a hacer. La escuela la conformábamos los cinco alumnos y Cecchetti que igual fungía de director, secretario académico y secretario administrativo.

Nuestra formación estuvo a cargo de profesores invitados del INAOE, la UDLAP y egresados del IPN. Entre 1970 y 1990 la electrónica era 90 por ciento analógica y 10 por ciento digital; los profesores en ese tiempo nos decían: muchachos, hay que entrarle a la electrónica digital, el mundo se está digitalizando, apenas un año antes, en 1974, se había desarrollado el microprocesador.

En 1995, cuando la escuela se encuentra con un nivel académico sólido, se separa de la FCFM.

Se consolida el colegio de Electrónica, egresando como licenciados en electrónica. En 95, siendo una escuela bien consolidada, ya con su planta de profesores, decide separarse de la escuela de FM.

 

Paolo Ceccetti Peregrini

 

El físico Paolo Cecchetti Peregrino llegó a México de Italia a los seis años, al lado de sus padres y hermanos. Estudió Física en la UNAM; decía: la electrónica es como mi sombra, nomás me muevo y ahí está.

Fue coordinador de coordinadores de la FCFM. Cuando falleció estábamos desarrollando un sistema para separar metales de materiales para equipos de inyección de plástico; ya teníamos un prototipo, que fue a presentar a una Feria en Aguascalientes; regresó asustado y me dijo: Alejandro, ya tenemos pedidos; qué barbaridad, hay que ponernos a trabajar.

 

Fuimos una generación afortunada

 

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Laboratorio de Física y paratos del departamento de estudios del espacio exterior de la Escuela Físico Matemáticas. Archivo Histórico BUAP. Colección Vida Universitaria

En la licenciatura los profesores nos instruían en el área de las matemáticas, la física y la electrónica, pero también, cuando el momento lo ameritaba, hacían comentarios sobre economía política. Se llevaban materias de filosofía y problemas políticos y económicos de México; ahí nos formamos para saber que la vida no eran alambritos y transistores, que había algo más y se nos cuestionaba qué íbamos a hacer con nuestras profesiones. Ciencias, filosofía, sociales, se trataba despertar nuestra conciencia, no solo se estudia para servir a las grandes empresas, sino para resolver problemas reales de nuestra comunidad. Lamentablemente a los jóvenes se les ha enfocado a terminar la carrera, irse a laborar y ganar dinero, a resolver problemas económicos; se olvida el compromiso social.

Esa generación fue muy privilegiada porque tuvimos profesores que eran unos apasionados de su ciencia. En aquella época a veces no se pagaban las quincenas, por falta de presupuesto o por problemas políticos o qué se yo, y ellos seguían dando sus clases aunque no les pagaran; eso nos marcó. Las conferencias del ingeniero Terrazas nos marcaron; nos decía: jóvenes, vamos a sacar este país del subdesarrollo preparándonos y formando los cuadros de técnicos y científicos para desarrollar nuestra propia ciencia y nuestra propia tecnología. Nadie va a venir a hacerlo por nosotros; eso nos impulsó; a mí todavía me dura ese impulso.

Ahora te encuentras profesores que se preocupan para estar bien preparados para dar sus clases y saben enseñar; hay quienes saben muchísimo y no se les da la enseñanza. Y hay quienes cumplen con el mínimo y los alumnos son felices porque no tiene que estudiar tanto.

 

51 años siendo universitario

 

p-07cTengo 51 años de pertenecer a esta universidad; desde que inicié mis estudios de preparatoria. ¿Que si me voy a jubilar? Espero que no, moriría de tristeza. Espero que la jubilación no esté cerca; depende del físico y el Alzheimer juvenil. Me mantengo activo; a mi casa voy vengo caminando y juego hockey desde los 80’s; los jóvenes de 20 años no me ven el polvo.

Mi labor es darle mantenimiento a todos los equipos de la FCFM y doy asesorías a los alumnos que requieren hacer algún tipo de circuito que él necesita para desarrollar su tesis de licenciatura o doctoral. Lo que tienen son 40 y tantos años de experiencia. Lo que más me satisface es colaborar con los jóvenes. Mis hijos estudiaron en otros lugares, allí alguien les ayudó, los orientó. Uno debe devolver a la vida lo que los hijos han recibido de otros, yo lo hago asesorando y apoyando a otros jóvenes.

Por 22 años impartí un taller de electrónica sabático, de 9 a 14 horas. Nuestro material didáctico eran los receptores de televisión descompuestos para que los estudiantes aprendieran a detectar fallas, reparar y soldar.

Hoy la dificultad es que la electrónica es ya más programación que transistores y conductores. Ahora todo se maneja con tarjetas programables, donde se graban los programas que el circuito ejecuta.

El entusiasmo se mantiene en la Facultad, muchas áreas de investigación se están desarrollando y al mismo tiempo se organizan ferias de ciencia, conferencias, construcción de telescopios con estudiantes de secundaria y bachiller. Somos una unidad académica que se caracteriza por su rigor científico y su participación activa en la divulgación científica.