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Kepler: astrónomo, matemático y… ¿astrólogo?

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Ganadora del primer lugar del concurso de mini ensayo “Kepler: armonía y revolución”, en la categoría abierta.

 

En 2021 se cumplirán 450 años del nacimiento de Johannes Kepler. Nació en una época de superstición y participó en ella, pero también fue parte de una revolución científica.

Al hablar sobre la obra de los científicos muchas veces se olvida poner en contexto la época en la que vivieron, la cual fue determinante para su desarrollo científico. Cuesta trabajo imaginar cómo Johannes Kepler pudo formular sus tres famosas leyes sobre el movimiento de los planetas en una época en la que ni siquiera existía la Física como una ciencia moderna, sino que sus objetos de estudio eran en ese entonces sujeto de la Filosofía Natural. Al haber vivido a finales del siglo XVI y principios del siglo XVII (1571-1630), se desenvolvió en una época en la que pudo presenciar y ser parte de un cambio: comenzó a separarse la superstición de la ciencia. Kepler se interesó por la astronomía en un tiempo en el que ésta todavía se encontraba ligada a la astrología, por lo que tuvo que tomar parte en ambas.

Al encontrarse unidas en ese entonces, la astronomía y la astrología eran incluso confundidas entre sí, pues tenían como objeto de observación y de estudio los cuerpos celestes. La astrología, en particular, partía del supuesto de que las estrellas y los demás planetas tenían influencia sobre los objetos en la Tierra. El trabajo de los astrólogos era encontrar la correlación que existía entre los sucesos de los cuerpos celestes y los sucesos de los cuerpos terrestres. La astrología era tanto un arte matemático como una forma de adivinación. Había astrólogos que les concedían excesiva importancia a los supuestos efectos producidos por los astros, había otros quienes no creían en absoluto en su influencia o quienes se aprovechaban del supuesto arte por avaricia. Lo correcto para ese tiempo, sin embargo, era reconocer los límites de la astrología y utilizar dicho arte con el fin de glorificar a Dios. Hoy, por supuesto, es considerada una pseudociencia. Para el tiempo en el que vivió Kepler la astrología era un objeto de estudio no solo aceptable, sino muy popular. Era practicada en universidades y cortes reales. Había astrólogos realizando predicciones políticas e influenciando decisiones de personas importantes, y, por esto, era criticada por los escépticos debido a su arbitrariedad.

Johannes Kepler nació en Alemania en una ciudad llamada el día de hoy Weil der Stadt el 27 de diciembre de 1571. Provenía de una familia respetada pero empobrecida para el momento en el que nació. Sus padres influenciaron su curiosidad y el haber presenciado el cometa de 1577 y un eclipse de 1580 fortaleció su interés por la astronomía. Sus talentos matemáticos eran reconocidos desde pequeño. A la edad de 18 años comenzó sus estudios de teología en la Universidad de Tübingen, donde, entre otras materias, estudiaba matemáticas y astronomía. Posteriormente fue enviado a la ciudad de Graz a enseñar matemáticas y, además de otras tareas, estaba incluida la producción de un “calendario” anual que era una especie de horóscopo. Allí comenzaron sus aportaciones astronómicas y la comunicación con contemporáneos como Galileo y Tycho Brahe, de quien recibió una invitación para ir a Praga. En Praga, sucedió a Brahe como “Matemático Imperial” de Rodolfo II, Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Una vez más, entre sus tareas estaba el preparar horóscopos y servir como consejero astrológico.

Queda en duda desde numerosas fuentes cuál era la verdadera creencia de Kepler respecto a la astrología. Criticaba la superstición y la credulidad de sus contemporáneos, y su participación en la preparación de horóscopos es considerada obligada por motivos financieros. Los horóscopos de Kepler se enfocaban en explicar hechos reconocidos más que adivinar eventos futuros. Su creencia no era como la de Tycho Brahe, quien nunca dudó de la relación entre los cuerpos celestes con su vida personal, llevándolo a confiar en los horóscopos que él mismo producía, lo que influía en sus acciones y decisiones. La astrología tenía aplicaciones prácticas, por lo que, para Kepler, una ventaja de haber ejercido la astrología fue que le permitió dedicar más tiempo a la observación de los astros, y con esto también pudo contar con mejores instrumentos astronómicos, necesarios para preparar los horóscopos.

Kepler era un hombre profundamente religioso, por lo que podía compaginar sus estudios con su fe; sin embargo, debería ser considerado un hombre moderno. Kepler fue pionero; escribió Somnium, la que es considerada por muchos la primera obra de ciencia ficción de la historia. Además, se vio obligado a combatir la superstición de la época; su madre, Katherina fue acusada de brujería y encarcelada, y Kepler pasó muchos años defendiéndola ante tribunales. Por otra parte, en el campo científico, él tenía otra forma de cuestionar; al realizar observaciones estudiaba el porqué, no para qué, es decir, se preguntaba el motivo por el cual las cosas tenían ese estado en vez de preguntarse cuál era su propósito. Hizo aportaciones importantes para nuestra percepción moderna del mundo. Empleaba la palabra “nuevo” en sus obras reflejando modernidad y desafiando las ideas establecidas (Astronomia Nova seu Physica Coelestis, 1609, y Nova Stereometria, 1615), no se conformaba con aceptar y seguir las tradiciones y defendía ideas poco populares para el momento. Por ejemplo, en sus trabajos solía emplear los datos de otras personas para apoyar sus teorías, convencido de que esto contribuía al desarrollo y progreso de la ciencia. No solo describía sus propios descubrimientos, sino que también discutía cómo había llegado a esos resultados y hablaba de los errores cometidos. Cabe recordar que se trataba de una época en la que ni siquiera era tan común sustentar afirmaciones científicas con base en experimentos. Kepler estaba consciente además de que las teorías cambian, mejoran y se renuevan.

Entonces, se cumplirán 450 años del nacimiento de Kepler: 450 años en los que se han llevado a cabo numerosas revoluciones científicas y se han presenciado avances como nunca antes en la historia. A partir del siglo XVII finalmente comenzaron a separarse la astronomía y la astrología, y para la época de Newton ya no era común como antes que un gran astrónomo practicara la astrología. Para esto fue necesario que personas como Kepler, que aun creciendo influenciadas por la superstición de ese tiempo, desafiaran las creencias y encontraran y practicaran nuevas formas de descubrir el mundo.

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Más información:

Cardona, Á. R. (2020). Breve historia de la astronomía. Ediciones Nowtilus SL.

 

Cohen, I. B. (1975). 1.1. Kepler’s century: prelude to Newton’s. Vistas in Astronomy, 18, 3-36.

 

Gerlach, W. (1975). 3.1. Johannes Kepler —life, man and work. Vistas in Astronomy, 18(1), 73-95.

 

Kassell, L. (2010). Stars, spirits, signs: towards a history of astrology 1100–1800. Studies in History and Philosophy of Science Part C: Studies in History and Philosophy of Biological and Biomedical Sciences, 41(2).

 

Simon, G. (1975). 8.3. Kepler’s astrology: the direction of a reform. Vistas in Astronomy, 18, 439-448.

 

Voisé, W. (1975). 6.5. Kepler—a modern view. Vistas in Astronomy, 18, 309-312.

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