Una gran parte de la población mundial amamos tomar al día, una buena taza de café, y es que, querido lector, no nos dejará mentir que al llegar a un sitio y que huela a café, representa uno de los aromas más agradables que poder disfrutar en la vida. Sin embargo, en algunas ocasiones nos olvidamos de dónde proviene el café, es decir, si su producción está asociada a un ecosistema en particular, si la producción beneficia a la biodiversidad de ese ecosistema, e incluso, si hay modos de producción que permitan cosechar café y que esta producción sea amigable con el ambiente, sin químicos o pesticidas que además de dañar nuestra salud, también daña la vida de otras especies.
Sabemos que es trillado, pero es importante recalcar que la biodiversidad es la variedad de vida que existe en un lugar determinado y en México, gracias a años de evolución y las adaptaciones de los organismos, permitió que en nuestro territorio se albergue un buen porcentaje de la biodiversidad mundial.
Lamentablemente en los últimos 50 años, la pérdida de ecosistemas y especies ha llamado la atención de especialistas en el tema, permitiendo que en algunos casos se generen programas de conservación y sobre todo se piense en modificar la producción de muchos alimentos, entre ellos, el café.
En el mundo se reconocen dos formas de cultivar el café; la primera es en donde se siembra la planta de café, generalmente se les conoce como monocultivos y la segunda, además de sembrar la planta de café, se siembre de manera paralela otras especies de plantas, especialmente árboles que le brindan sombra a la planta de café (policultivos), los cuales también proporcionan otros servicios ambientales. En nuestro país, la siembra de café no sólo está ligada a la conservación de la biodiversidad, también hay una fuerte relación con la cultura. En el caso de los policultivos y en particular los tipo rústica, se busca que las otras plantas sean nativas o que sean especies de plantas que de manera natural habitan esa selva o bosque, en términos de conservación, esta es una de las técnicas más adecuadas, ya que al existir un corredor de vegetación, permite que haya una continuidad en el ecosistema, es decir, que principalmente los animales puedan moverse de un sitio a otro, caso contrario el de los monocultivos en donde esta continuidad se pierde y la movilidad de muchas especies de animales se ve fragmentada, además que, al no haber otros árboles que generen sombra, la temperatura del lugar aumenta, por otro lado, el mantener un policultivo permite que la planta de café, dé café de mejor calidad.
Algunos estudios sobre biodiversidad en los cafetales han mostrado que al tener una temperatura óptima y vegetación en donde se pueden mover, ocultar o descansar algunos animales, ha incrementado la diversidad de especies que habitan ese lugar, siendo los insectos y hongos los principales habitantes del café de sombra.
Para el caso de México, se ha buscado que cada vez sean más los productores de café que estén registrados como productores que implementan prácticas de manejo sustentable a favor de la conservación de la biodiversidad.
Si usted, querido lector, es un amante del café como nosotros, le invitamos a que consuma local, pero sobre todo que consuma café que proviene de fincas con prácticas sustentables, en muchas ocasiones algunas de las marcas que se ofrecen en el mercado donan una parte del costo del producto para la conservación de las selvas y bosques de niebla de nuestro país.
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