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El lugar del cuerno clavado

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Localización de los cráteres de Chicxulub y Nadir (adaptado de https://www.dailymail.co.uk)
Localización de los cráteres de Chicxulub y Nadir (adaptado de https://www.dailymail.co.uk)

En este número de SyC dedicado a los dinosaurios, no podíamos dejar de escribir sobre Chicxulub, el cráter en la península de Yucatán que es la prueba de que los “lagartos terribles” se extinguieron debido al impacto de un asteroide con dimensiones entre 10 y 20 kilómetros de diámetro.

El cráter del “lugar del cuerno clavado” (Chicxulub) se puede apreciar claramente en mapas sísmicos de la península. Luego de varios años de búsqueda, su existencia fue comprobada por investigadores de todo el mundo y actualmente muchos grupos, incluidos investigadores mexicanos, se dedican a su estudio; no sólo es el mayor cráter de impacto mejor preservado en la Tierra, sino que cambió la evolución de la vida en ella.

La primera charla científica en la que escuché sobre Chicxulub la impartió Arcadio Poveda, uno de los grandes astrónomos mexicanos, en el INAOE. Fue un poco intrigante ya que de mi tesis de maestría había conocido uno de sus notables artículos, sobre las envolventes  circunestelares en estrellas jóvenes y aunque incursionó en varias áreas de la astronomía,  el tema de Chicxulub, del que se sabe que es el cráter más grande de la Tierra que se ha formado en los últimos mil 800 millones de años, fue una de sus pasiones. Incluso, en 2007, escribió el libro El Cráter de Chicxulub y la Extinción de los Dinosaurios hace 65 millones de años, en colaboración con su amigo, el poeta Fernando Espejo.

Este impacto se produjo hace 65 millones de años y no solo acabó con los dinosaurios, sino con casi 75 por ciento de la vida en la Tierra. A esta extinción masiva repentina se le conoce como la extinción del Cretácico-Paleógeno (K-Pg, también conocido como Cretácico-Terciario, K-T).

El origen del impactador es incierto, hay millones en el sistema solar. Actualmente existe una gran red internacional de vigilancia de asteroides a través de la cual sabemos que, al menos, en los próximos 100 años, no hay un asteroide de envergadura similar que vaya a impactarnos, aunque existen millones de menor tamaño que aún pueden causar daños, “afortunadamente” más locales. Y escribimos “afortunadamente” entre comillas, ya que los daños modelados en una catástrofe global son impresionantes, no se trata sólo del impacto mismo sino de las ondas de choque que se generaron y los gigantescos incendios globales. El impacto también generó un tsunami devastador en la zona de la península. Además de los grandes terremotos que provocaron incremento en la actividad volcánica, lo que a su vez provocó lluvias ácidas, causando no sólo muerte en plantas y animales, sino también disolviendo rocas.

El polvo, debido a los grandes incendios y las erupciones volcánicas, oscureció el cielo evitando que la luz del Sol llegara a la superficie terrestre, causando una disminución extrema en la temperatura, congelando y acabando con miles de especies, entre ellas la de los dinosaurios.

Con el desarrollo de las observaciones satelitales, así como de técnicas en la petrología, sabemos ahora que Chicxulub no es el único cráter de gran impacto sobre la superficie de nuestro planeta. Hay un par de cientos ya conocidos y otros tantos más por identificar, lo que en la Tierra, a diferencia de otros cuerpos celestes, como la Luna o Marte, es muy difícil ya que se requiere del análisis de las rocas.

Por ejemplo, a 400 kilómetros de la costa de Guinea, en África, a más de 300 metros bajo el lecho marino, a través de estudios sísmicos, se identificó un cráter, denominado Nadir, de 8.5 kilómetros de diámetro. Los modelos, en caso de que su origen sea extraterrestre, proponen que el impacto se debe a un objeto de medio kilómetro de diámetro que causó un tsunami de “sólo” un kilómetro de altura y un terremoto de “apenas” 6.5 magnitudes.

Aunque algunos estudios le asignan fechas muy similares a Chicxulub, sugiriendo que se trató de un evento de múltiples colisiones, es necesario extraer muestras de roca y examinarlas ya que la edad se calculó con base en un análisis de fósiles que fueron localizados en un pozo cercano.

Y no son los únicos, existe otro cráter en Ucrania, Boltysh, que también ha sido relacionado con el evento de la península de Yucatán ya que su edad estimada es similar. Al parecer la  Tierra ha sido golpeada por grandes rocas espaciales en toda su historia aunque su antigüedad y la erosión complican su localización y estudio.

No todo es catastrófico. Los expertos dicen que estamos aquí gracias a este gran impacto de hace 65 millones de años, ya que, ya sin los grandes lagartos, algunas especies, como los pequeños mamíferos, incluyendo la que dio como resultado al Homo Sapiens, tuvieran una oportunidad de evolucionar.

 

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