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El Vanadio: un elemento muy mexicano

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p15El elemento vanadio se considera el elemento dos veces descubierto debido a las circunstancias por las cuales Andrés Manuel Del Río, un mineralogista hispano-mexicano, lo reportó por primera vez en 1801. Reconocidas personalidades como Lavoisier, Delhuyar, Von Humboldt, Berzelius y Whöler participaron directa o indirectamente en su descubrimiento. En 1791, Del Río era asistente en el laboratorio de Lavoisier; infortunadamente, el 8 de noviembre de 1793, Lavoisier fue arrestado y temiendo correr la misma suerte se fue de París a Inglaterra. En ese mismo año, Fausto Delhuyar, codescubridor del tungsteno, le ofreció la cátedra de química en el recién organizado Real Seminario de Minería de Nueva España. Sin embargo, él prefirió la cátedra de mineralogía, por lo que fue nombrado director de la misma y llegó a México en diciembre de 1794. Entre sus funciones, Del Río tenía la tarea de organizar la colección de minerales en el Colegio de Minas y la realización de análisis químicos de minerales recientemente descubiertos. En 1801, en un mineral llamado plomo pardo de la mina La Purísima del Cardenal, cerca de Zimapán, en lo que ahora es el estado mexicano de Hidalgo, Del Río descubrió un nuevo elemento. Inicialmente, lo llamó pancromio y luego eritronio debido al color rojo de sus sales con metales alcalinos y alcalinotérreos. La primera publicación de este nuevo elemento apareció en una revista española en 1802. Para popularizar su descubrimiento, Del Río hizo una descripción completa en la que describía sus conclusiones y se dirigió al químico francés Jean Antoine Chaptal. Infortunadamente, el barco que transportaba la comunicación naufragó en Pernambuco, Brasil. En abril de 1803, un estudiante graduado de la misma Academia de Minería de Freiberg, de donde se graduó Del Río, llegó a México. Este estudiante era Alexander Von Humboldt. Reanudaron su amistad, y Del Río le contó a Humboldt sobre su elemento recién descubierto. Aunque escéptico, Humboldt acordó tomar la comunicación de Del Río y muestras de plomo pardo para describir el descubrimiento del eritronio con más detalle a su regreso a Europa. Sin embargo, las noticias sobre el descubrimiento de cromo por Vauquelin en 1797 no llegaron a México hasta 1803 y su parecido con los compuestos de cromo convenció a Del Rio de que su descubrimiento era el cromo. Después de su llegada a París en agosto de 1804, Humboldt dio una muestra de plomo pardo a Hippolyte-Victor Collet-Descotils en el Colegio Real de Minas de Francia. Analizó la muestra y al concluir su informe Collet-Descotils escribió: “Los experimentos que he informado me parecen suficientes para demostrar que este mineral no contiene nada de un metal nuevo”. Infortunadamente, Humboldt aceptó la conclusión de Collet-Descotils en la que el eritronio era cromo, y el artículo de Del Río nunca fue publicado. En 1831, Nils Gabriel Sefström descubrió un nuevo elemento de una mina en Taberg, Småland, Suecia. Llamó al nuevo elemento Vanadium en honor a Vanadis, uno de los nombres de Freya, la diosa nórdica del amor y la belleza. Friedrich Wöhler reinvestigó simultáneamente la composición de plomo pardo de Zimapán, trabajando con una muestra que Humboldt le había entregado. Por otro lado, Sefström le dio algo de pentóxido de vanadio a J. J. Berzelius, quien demostró que el nuevo elemento no era uranio. Berzelius envió parte del pentóxido de vanadio a Wöhler, quien demostró de manera concluyente que el vanadio era idéntico al eritronio de Del Río. En una sesión de la Academia de Ciencias de Francia el 28 de febrero de 1831, Alexader Von Humboldt describió el descubrimiento del vanadio, otorgando igual crédito a Sefström, Wöhler y Del Río. Hoy en día, la química del vanadio se está probando para su uso en sistemas de almacenamiento electroquímico, como baterías de flujo redox. También, como revelador fotográfico, agente de secado en varias pinturas y barnices, agente reductor y en la producción de pesticidas, así como tintes negros, tintas y pigmentos empleados por las industrias de la cerámica, la impresión y la industria textil. Sin embargo, es en las ciencias biológicas donde se pueden explotar las propiedades únicas del vanadio. Hasta la fecha, el comportamiento farmacológico de varios compuestos de vanadio ha demostrado resultados muy prometedores, lo que ha impulsado su estudio por numerosos grupos en todo el mundo. Una sencilla búsqueda en PubMed informa de más de 8 mil informes en los que los compuestos de vanadio muestran una aplicación en medicina o problemas de salud pública. Además, se han presentado más de 4 mil patentes de compuestos de vanadio para su uso como antiparasitario, antivirales, antibacterianos, antitrombóticos, antihipertensivos, antiateroscleróticos, espermicidas, anti-VIH y antituberculosos; sin embargo, la mayoría de las patentes se enfocan en su uso como medicamentos contra el cáncer y antidiabéticos. Actualmente se entrega el premio Andrés Manuel del Río por la Sociedad Química de México a las más destacadas y destacados químicas y químicos mexicanos.

 

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