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La Facultad de Ciencias Físico Matemáticas de la BUAP

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Ingeniero Luis Rivera Terrazas
Ingeniero Luis Rivera Terrazas

El ingeniero

Algunos estudiantes de primer semestre de la carrera de física (enero 1972), invitamos al ingeniero Terrazas a impartir una plática sobre su trabajo de investigación en el Observatorio Astrofísico Nacional de Tonantzinta (OANT). La plática del ingeniero derivó en la historia de la escuela narrándonos que “justo a la mitad del siglo XX fue creada la ECFM” y que “16 años después, una turba de hampones, militantes del FUA (Frente Universitario Anticomunista) la destruyeron físicamente, pero iniciamos su reconstrucción”. Al final de su conferencia nos dijo que deberíamos estar conscientes de nuestro atraso científico y tecnológico ya que en México “ni siquiera teníamos la tecnología para hacer focos.”
El crecimiento de la ECFM

A inicios de los 70 la Escuela de Ciencias Físico Matemáticas (ECFM) vive, por un lado, un meteórico crecimiento en su matrícula, al crearse licenciaturas en Electrónica, Computación y Matemáticas. Todas estas carreras nuevas tenían (en 1972) una alta demanda tanto en la industria como en la docencia. El modelo docente de la ECFM fue departamental basado en las academias: Física, Matemáticas, Computación, Electrónica. Por otro lado la ECFM participa en defensa de la agresión política maquinada por las fuerzas conservadoras del estado de Puebla, encabezadas por el gobernador Gonzalo Bautista O´Farril. La vertebración de esta defensa fue sostenida por los entonces “Comités de Lucha” de cada escuela, de los que el doctor Sergio Vázquez escribe un artículo en este número.

A principios de los 80 la matrícula de la ECFM alcanza un poco más de mil estudiantes, (99 por ciento de licenciatura). Por lo que para atenderlos se requirió la contratación de profesores de carrera y en casi todas las convocatorias se incluía el requisito de que, el futuro profesor, debía, además del trabajo docente, incorporarse a la investigación en la ECFM.

En los 70 los profesores que ingresaban con posgrado, o que regresaban de superación académica, eran reincorporados a algún departamento del Instituto de Ciencias de la Universidad Autónoma de Puebla (ICUAP), donde se concentró a aquellos con mejor currículum para que, como decía el ingeniero, desarrollaran la investigación, en un ambiente de tranquilidad. Fue por eso que desde la ECFM son creados los Departamentos de: Aplicación de Micro-computadoras, Física, Matemáticas y Semiconductores. Y, como resultado de este modelo, los apoyos financieros y humanos (de la UAP) para el desarrollo de la investigación son otorgados al ICUAP y muy marginalmente a las escuelas y facultades.

 

El Neoliberalismo en la FCFM

 

Durante la gestión del rector Alfonso Vélez Pliego, por un lado es impulsado un programa sin precedentes, de superación académica para los profesores universitarios y como resultado, los posgraduados en la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas (FCFM) son numerosos, y por tanto se inicia el desarrollo de investigación, ya que para la mayoría de los físicos y matemáticos ésta es su razón de ser académica.

Por otro lado, también en los 80 se inicia la implantación del neoliberalismo en México que tiene sus repercusiones en la BUAP y en la ECFM. Jesús Reyes Heroles, Secretario de Educación Pública del entonces presidente Miguel de la Madrid (1982-1988) impulsa la creación del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y el Programa Nacional de Educación Superior (Pronaes). Estos programas marcan el inicio de profundas transformaciones de las universidades autónomas públicas iniciándose con la pérdida de una parte esencial de la Autonomía Universitaria: Por primera vez la distribución de una parte del presupuesto para los proyectos de investigación no lo define la universidad con sus propios criterios y dentro de sus órganos de gobierno, sino la SEP. Y en segundo lugar los profesores-investigadores serían evaluados también por la SEP y el Conacyt (SNI). Vale la pena mencionar que el “Santo Grial” de este período son los artículos de investigación publicados en una revista de circulación internacional con arbitraje anónimo por pares.

En este nuevo ambiente académico-político surge un nuevo desarrollo, porque algunos de los profesores de la FCFM ya tienen posgrado y otros más están por obtenerlo, por lo que desarrollan investigación, publicando artículos que cumplen con las reglas de SEP y Conacyt. Por tanto la mayoría de estos profesores son aceptados como miembros del SNI y los posgrados de la FCFM son incorporados al “Padrón Nacional de Posgrados” del Conacyt. De entonces a la fecha la cantidad de miembros del SNI ha crecido hasta estar en los primeros dos o tres lugares de la BUAP.

Como resultado de la aplicación de estos programas (de Conacyt y SEP) la mayoría de los profesores-investigadores de la FCFM duplicaron y/o triplicaron sus ingresos y ahora un profesor del más alto nivel recibe 1/3 de su ingreso de la BUAP y 2/3 por becas (SNI y del Programa de Mejoramiento del Profesorado). Pero debe recordarse que de principios de los 1970 a inicios de los 90 el salario real de los profesores había caído en cerca del 70 por ciento, así que estos ingresos apenas compensaban los salarios que sin pérdida de autonomía obteníamos. Además, la compensación es asignada a un número muy pequeño de profesores universitarios, quedando fuera la gran mayoría.

El modelo actual de contratación de profesores universitaria se basa, como en los años 60, en maestros hora/clase y ahora tenemos a muchos doctores trabajando en varias universidades como hora clase para obtener un salario por demás bajo basado en “horas garganta”. Y que dejan a un lado la aplicación de técnicas docentes modernas; desarrollo de programas de divulgación que se extiendan más allá de dictar una o dos conferencias/año, y que más bien impacten a docenas de miles de personas; solución a problemas científicos y tecnológicos nacionales, donde se ponga por delante el bienestar de la sociedad.

Cabe aquí un buen ejemplo ahora que estamos en la pandemia del Covid-19: Durante el desarrollo del neoliberalismo se abandonó lo que hasta el inicio de los 80 era un orgullo nacional: la producción y desarrollo de vacunas tanto para consumo nacional como para la exportación. El argumento argüido fue que las fabricadas en México tenían un costo mayor que las importadas. Y como el propósito fue transformar la vacunación en un negocio, entonces se compraron menos vacunas de las necesarias dándose un repunte de enfermedades que estaban erradicadas.

Para “dignificar la actividad sustantiva de los docentes” (Juan Carlos Canales dixit), debemos retomar la asignación de tareas en las academias (¡que por cierto no existe!) para que los profesores puedan y deban dedicar parte de su tiempo a resolver problemas como los que he mencionado y otros cuya valoración se base en el impacto social que el país está demandando hoy (y siempre) y que no necesariamente pasan por artículos de investigación publicados en revistas internacionales con arbitraje anónimo.

 

Epílogo

 

Al final de la década de los 80, en pleno neoliberalismo, cuando nos empezamos a llamar BUAP, por un lado se crea en la FCFM el primer posgrado en física, que inició con uno de Optoelectrónica. Y por el otro, por instrucciones del entonces rector José Doger Corte, son separadas de la FCFM las Facultades de Electrónica y Computación que por la cantidad de estudiantes representaban un peligro (vox populi). Este recorte de número de estudiantes resultó ser como las podas porque la FCFM no solo volvió a crecer a un poco más de mil estudiantes sino que alrededor del 20 por ciento son estudiantes de posgrado.

 

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