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Cambios en la cobertura del suelo en el municipio de Ixtacamaxtitlán, Puebla

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Cuando hablamos de cobertura del suelo nos referimos al material biofísico de la superficie de la tierra, que describe no solo el tipo de vegetación establecida, sino también los elementos construidos por el hombre. Por ende, la cobertura del suelo se encuentra íntimamente ligada a la utilidad que se le da al suelo, como, por ejemplo, las actividades económicas y productivas.

Para entender las dinámicas y procesos de los ecosistemas es necesario definir la cobertura del suelo y su uso, así como los cambios que ocurren a través del tiempo y el espacio en un sitio dado, ya que nos permite identificar la reducción o aumento de la vegetación y la fragmentación del hábitat, entre otros.

De esta forma, los cambios en la cobertura del suelo se reconocen como un factor ligado a diversas problemáticas ambientales tales como la degradación de las tierras, la pérdida de la biodiversidad y el aumento de gases de efecto invernadero.

Por lo anterior, es imprescindible detectar estos cambios, con la finalidad de comprender las interacciones entre las actividades humanas y el ambiente que puedan apoyarnos a generar estrategias para mitigar los impactos negativos que se producen en los recursos naturales. Para ello es necesaria la combinación derivada del uso de imágenes satelitales y los Sistemas de Información Geográfica (SIG). Estas herramientas nos ayudan a identificar los cambios sobre la superficie, realizar un análisis de los procesos ambientales y monitorear a través del tiempo, todo ello a un bajo costo.

Un ejemplo de lo anterior lo tenemos para Ixtacamaxtitlán, municipio enclavado en la Sierra Norte de Puebla, donde las principales actividades económicas se concentran en productivas primarias, es decir, la agricultura, la ganadería y la explotación forestal y, de acuerdo con Semarnat, Ixtacamaxtitlán ocupa el cuarto lugar a nivel estatal con mayor superficie de vegetación primaria de bosque de coníferas.

Mediante un análisis temporal del año 2000 al 2015, se determinó la cobertura y uso de suelo en el municipio, así como sus cambios. En el año 2000, los bosques ocupaban —en primer lugar— 36.8 por ciento de la superficie del municipio, seguido de zonas agrícolas en 36.1 por ciento del territorio; sin embargo, para el año 2015 esto cambió; las zonas agrícolas pasaron a ser el uso de suelo con mayor área en el territorio, con una proporción de 38.7 por ciento.

Así mismo, de las 56 mil 767 hectáreas de la superficie total de Ixtacamaxtitlán, las coberturas naturales de bosques y pastizales —entre los que se incluye al matorral desértico— sufrieron la pérdida de mil 416 hectáreas. Estas zonas se convirtieron a uso de suelo agrícola en mil 407 hectáreas y el resto, en asentamientos humanos.

Pese a que los bosques sufrieron pérdidas en su superficie estas no superan —al menos hasta 2015— el 1 por ciento. Así mismo, los intercambios entre superficies forestales y agrícolas permanecieron relativamente estables a lo largo del periodo.

La baja pérdida de áreas boscosas podría deberse a los diferentes programas llevados a cabo por parte del gobierno estatal y federal mediante dependencias como Conafor, dedicadas a la conservación y restauración de bosques.

De acuerdo con los registros del Programa Nacional de Reforestación, en el año 2000, Ixtacamaxtitlán —junto con otros ocho municipios— sumó 55 por ciento de la reforestación estatal y es en ese mismo año que se declararon 153 hectáreas como Zonas de Restauración Ecológica (ZRE), esto debido a los incendios forestales ocurridos en el año de 1998, en los que desafortunadamente también hubo pérdidas humanas.

Ante este panorama, las comunidades de Ixtacamaxtitlán registraron una alta participación en el aprovechamiento de los apoyos enfocados a la mejora de los bosques, lo que promovió la recuperación y restauración de la vegetación y el suelo.

Para el año 2015 Ixtacamaxtitlán fue uno de los municipios del estado que tuvo una mayor superficie reforestada con alrededor de 300 mil árboles plantados.

Por otro lado, los cambios más representativos en el municipio se produjeron en la transición de áreas de pastizal a zonas agrícolas. Dicha transición está dada por múltiples factores; por ejemplo, en Ixtacamaxtitlán, la principal actividad económica ha sido la agricultura con la siembra de maíz, cebada, papa, frijol y trigo; sin embargo, en años recientes se ha observado una diversificación de cultivos a los que —a los ya mencionados— se suman el cultivo de avena, alverjones, calabaza, ajo, sorgo, haba, alfalfa, café cereza y naranja.

Asimismo, aunque la mayoría de la producción agrícola es para autoconsumo, también se comercializa al interior de la región y en municipios cercanos, mostrando una actividad productiva variable en años recientes.

Aunado a esta situación, Ixtacamaxtitlán es uno de los municipios que pertenece a las Zonas de Atención Prioritaria (ZAP) por su alto grado de marginación, por lo que —hasta 2015— formaba parte de diversos apoyos, entre los que destacan el Programa de Atención a Jornaleros Agrícolas y el Programa 3×1 para Migrantes, este último cuenta con apoyo para la aplicación de proyectos productivos comunitarios y familiares para promover el desarrollo de las comunidades de origen de los migrantes.

Una de las causas más frecuentes de degradación ambiental es el cambio de uso de suelo por el aumento de la frontera agrícola y urbana; sin embargo, aunque se apunta a la urbanización como promotora de la mayoría de los cambios, la superficie que ocupaban los asentamientos humanos en Ixtacamaxtitlán fue de solo 120 hectáreas.

El bajo desarrollo urbano se reflejó claramente en la mínima expansión de los asentamientos humanos en el periodo, ya que representó menos de 1 por ciento del territorio. Incluso INEGI cataloga al municipio como una zona rural con una densidad poblacional de 43.7 habitantes por km2.

En este sentido, la migración, un fenómeno común en Ixtacamaxtitlán, podría ser otro factor que explique el aumento de las tierras de cultivo, ya que la migración representa un flujo potencial de capital como medio de subsistencia para las familias migrantes. La migración se produce principalmente a la Ciudad de México y a los Estados Unidos de Norteamérica, por ello cabe resaltar que entre el año 2000 y 2015, la población tuvo una disminución del 13.4 por ciento, al pasar de 28 mil 358 habitantes a 24 mil 512. Sin embargo, a pesar de esta disminución en la población general, hubo un aumento de 3.4 puntos porcentuales en la población económicamente activa dedicada al sector primario.

Son diversas las dinámicas socioambientales que se presentan en los territorios, por lo que, identificar la cobertura del suelo y su uso nos permite tener información importante de los procesos que ocurren sobre todo en el contexto local, para que posteriormente se favorezca el establecimiento de medidas de mitigación y compensación ambiental de cambios de uso de suelo que promuevan un deterioro en los ecosistemas, así como en el caso de implantarse proyectos de muerte —llamados así por las comunidades en las que se pretender explotar los recursos naturales en beneficio de empresas extranjeras—, como es el caso de Ixtacamaxtitlán. En el municipio existe la amenaza latente de la implantación de un proyecto transnacional de minería de oro y plata a cielo abierto, lo que podría afectar la fertilidad de los suelos en la zona debido a la contaminación y la disminución en la disponibilidad del recurso hídrico.

Identificar la cobertura del suelo a niveles locales es el punto de partida para desarrollar estrategias enfocadas a la conservación, recuperación y restauración de los recursos naturales.

 

Notas: Este artículo es una síntesis de: Cambios en la cubierta terrestre a través de los mapas ESA-CCI-LC (2000-2015), Ixtacamaxtitlán, Puebla. Madera y bosques, 27(3)

 

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