Habitabilidad y salud

En la revista The Economist, publicada en agosto de 2012, en un artículo con el título de A Summary of the Liveability Ranking and Overview August 2012 (Un resumen de habitabilidad, clasificación y generalidades; agosto del 2012) se hace un planteamiento bastante interesante, evaluando qué lugares a nivel mundial brindan las mejores o peores condiciones de vida.

La visión que este tipo de estudios tiene dentro de sus objetivos es orientar las opciones de migración que las empresas pueden ofrecer a sus empleados, considerando variables de diversa índole, pero donde sobresalen las de cinco categorías: salud, estabilidad, cultura y medio ambiente, educación e infraestructura.

Desde el punto de vista metodológico es notable cómo se lleva a cabo un puntaje con múltiples datos asignando una calificación, considerando 140 ciudades a nivel global. Este estudio se hace periódicamente y tomando como base la sustentabilidad; puede percibirse que efectivamente hay muy pocos cambios en las posiciones de los países, lo que le brinda un alto nivel de confiabilidad.

Melbourne se establece como el lugar más habitable, seguida de Viena, con una puntuación en donde se siguen clasificando las mismas 65 ciudades con pocas variantes que solamente se dan en cambios de lugares que no van más allá de uno o dos sitios.

Sin darle vueltas al asunto, el listado de las 10 urbes para vivir mejor son: Melbourne (Australia); Viena (Austria); Vancouver (Canadá); Toronto (Canadá); Calgary (Canadá); Adelaide (Australia); Sidney (Australia); Helsinki (Finlandia); Perth (Australia) y Auckland (Nueva Zelanda).

Pero entonces puede percibirse un fenómeno que gira en torno a los países donde sobresale Australia y Canadá con el mayor número de ciudades con mejores niveles de vida. Pero hablando del producto interno bruto (PIB), en primer lugar está Estados Unidos, seguido por China, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Rusia, Brasil, Italia y Canadá, este último país que es el único que coincide con el estudio de The Economist.

Sin embargo, surge una paradoja que es insultante, pues hablando de los hombres más ricos del mundo nos encontramos en el primer lugar a Carlos Slim de México, Bill Gates de Estados Unidos, Warren Buffer también de Estados Unidos, Bernard Arnault de Francia, Larry Elison de Estados Unidos, Laksshmi Mittal de la India, Amancio Ortega de España, Eike Batista de Brasil, Mukesh Ambani de la India y Christy Walton de Estados Unidos.  Entonces, hablando de productividad y de riqueza, en ninguno de los países en donde viven los súper millonarios se contempla un mejor nivel de vida para las mayorías, lo que no solamente permite darnos cuenta de la desigualdad social sino también, de un humillante retroceso en la ética humanista y el proceder moral.

Esto nos lleva a una observación que todos hemos percibido. Personas que viven en condiciones económicamente pudientes no en raras ocasiones cargan a cuestas pesadas cargas emocionales que los hacen miserables y lo contrario, familias pobres que son aparentemente felices. Esta particularidad tiene fundamentos fisiológicos que se sustentan en la producción cerebral de unas sustancias con el nombre de neurotransmisores, dentro de las que sobresale una especial denominada serotonina.

Conocida como 5hidroxitriptamina o su abreviatura 5HT, se sintetiza en el cerebro, aunque también es producida en el intestino por unas células llamadas de Kulchitsky. Se vincula estrechamente como regulador de conductas como la ira y la tendencia a agredir. La serotonina se relaciona también con el buen humor, la sexualidad, la sensación de hambre el reflejo del vómito y el sueño, esto último, al promover la formación de una hormona llamada melatonina, que induce el dormir.

Lo más interesante de la 5HT es su disminución en estados depresivos, lo que ha condicionado que existan medicamentos que se fijan a los receptores cerebrales elevando su concentración y disminuyendo la melancolía, la tristeza, el abatimiento y el desánimo.

Curiosamente existe una relación directa entre la cantidad de luz que un individuo recibe por día y la producción de serotonina, lo que explica que las estaciones caracterizadas por un mayor alejamiento astronómico del sol (otoño e invierno) incrementen los casos de depresión mayor y suicidios, contrariamente a lo que sucede en primavera y verano.

También relacionada con la sexualidad, durante una relación y sobre todo al experimentar un orgasmo, es notable cómo se incrementan los niveles de 5hidroxitriptamina, lo que podría hacer que se le considere como “la hormona del placer y la felicidad”.

Bajo esta óptica, uno podría pensar que ingerir periódicamente antidepresivos vinculados con los receptores de serotonina nos haría felices; sin embargo, por una serie de funciones de retroalimentación que se relacionan con la densidad de los huesos, los individuos que consumen por periodos prolongados estas medicinas desarrollan a la larga osteoporosis y otros efectos secundarios como el Síndrome de Disfunción Sexual postInhibidores Selectivos de la Recaptura de Serotonina (ISRS), caracterizado entre otros síntomas por disminución de la sensibilidad genital, ausencia de apetito sexual, incapacidad de alcanzar un orgasmo (anorgasmia) y disminución en la lubricación usual.

Por eso no hay otra opción que buscar formas naturales para tener niveles altos de este neurotransmisor. Sobresalen algunas técnicas de relajación, yoga, meditación e introspección o el cultivo de las artes. Está comprobado que el ejercicio cotidiano, la búsqueda de actividades al aire libre, la vida campestre, los paseos descubriendo lugares, emprender nuevas acciones, viajar y comer bien son buenas alternativas, obviamente disminuyendo los niveles de tensión emocional. Para alcanzar estas opciones no necesariamente se debe buscar una riqueza material, aunque en condiciones como las que vivimos en México lo hacen particularmente difícil. A final de cuentas todo se puede describir puntualmente con una frase célebre de Benjamín Franklin (17061790): “La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días”.

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