Reforma energética ¿beneficio para quién?

Todos en algún momento hemos escuchado; “México es un país megadiverso ubicándose dentro de los cinco primeros lugares a nivel mundial con mayor diversidad biológica…” Si hacemos un recuento de cuántas veces hemos escuchado esto, seguramente lograremos levantar más de un dedo de la mano.

Al parecer, y como muchos sabemos en nuestro país, no a todas las personas y sectores sociales les importa lo anterior, ya que existen grupos empeñados en acabar con los recursos naturales, sobreexplotarlos y venderlos. Grupos principalmente políticos, que generan estrategias enmascaradas con reformas y propuestas, según ellos para la mejora y competitividad económica, que no sólo ponen en riesgo los recursos de nuestro país, sino también la soberanía nacional. Uno de tantos casos de los cuales podemos hacer mención es la ya tan nombrada “reforma energética”. Que a decir verdad, debemos confesar al lector, que antes de escribir esta nota teníamos conocimiento casi nulo de dicha reforma y por lo tanto tuvimos que recurrir a Daniel Darío Herrera, un amigo biólogo, divulgador científico y educador ambiental de Michoacán.

Dicha plática inició preguntando: ¿de qué habla la reforma energética? como es bien sabido, trata de la forma o formas más eficientes de extraer el petróleo, mejorando tanto la búsqueda como la extracción, para llevar al país a ser más competitivo a nivel mundial. Pero ¿cómo lograrán esto? Una de las críticas con mayor relevancia es que la reforma permite la entrada de empresas extranjeras e inversión privada para dichas actividades, lo que llenó de nostalgia la plática, cuando recordamos que el 18 de marzo de 1938 el general Lázaro Cárdenas del Río se presentó ante los medios de comunicación para dar a conocer la nacionalización de las empresas petroleras “México para los mexicanos”. Fueron 17 compañías extranjeras expropiadas para convertirse en propiedad de los mexicanos. Entre ellas figuraban Mexican Petroleum Company of California, Compañía Mexicana de Petróleo “El Águila” y la Compañía Exploradora de Petróleo La Imperial SA, que hoy forman las más grandes corporaciones internacionales de comercialización del también llamado “oro negro”.

Entonces nos surgió otra pregunta: ¿la reforma energética tomará en cuenta la generación o impulso de energías limpias? Definitivamente, no; es mínima la importancia que se le está dando a este tema dentro de la reforma. El crecimiento de la mancha urbana cada vez es más grande, demandando mayor cantidad de energía, y como todos sabemos cada vez los precios son más altos y la problemática ambiental es mayor. Según el consejo Mexicano de Edificación Sustentable, un edificio consume 65% de energía, emite 30% de gases de efecto invernadero y consume 35% del agua.

Fue así que el calor de la plática tomó un sentido de preocupación, principalmente cuando nos dimos cuenta que de las 16 cuencas petroleras o sedimentarias con potencial petrolero con las que cuenta México la mayoría se encuentra en los estados con mayor biodiversidad (Chiapas, Campeche, Tabasco y Veracruz, por mencionar algunos). De acuerdo con la Conabio,  México posee 13 de los 75 centros de diversidad de plantas en el Continente Americano; algunos de estos centros se encuentran en los estados ya mencionados. Otro punto que no podemos dejar de mencionar es que nuestro país cuenta con “Áreas de aves endémicas”, esto quiere decir que de las 10 mil especies de aves en el mundo, más de 2 mil 500 tienen distribuciones restringidas de menos de 50 mil km2, aproximadamente un área del tamaño del estado de Campeche, y en el mundo se han identificado hasta el momento 218 de estas regiones; en México existen 22, entre las que destacan California y Baja California (estados clasificados como cuencas petroleras con potencial bajo), Matorral costero del Sur de Veracruz, Oriente de Yucatán, Sierra Madre Oriental Norte, Vertiente noreste del Golfo de México, Sierra  Madre Oriental Sur (zonas clasificadas como cuencas petroleras productoras y con potencial medioalto).

La exploración y explotación de petróleo, de acuerdo con la Semarnat, tiene un impacto ambiental grande, ya que comprende las prospecciones sismológicas 2D y 3D, perforación de pozos, estaciones de recolección y/o baterías de separación, líneas de conducción de hidrocarburos (líneas de descarga, gasoductos, gasolinoductos, oleoductos, oleogasoductos y poliductos), sistemas de inyección de agua congénita y para el caso de actividades en zona marina se requiere de la instalación de plataformas de perforación, producción, compresión, habitacionales, entre los equipos más importantes.

Al concluir la plática con nuestro amigo y colega podemos decir que la reforma energética que hoy en día se está orquestando en los altos mandos sólo busca intereses económicos y políticos de unos cuantos, dejando en el olvido aquel memorable 18 de marzo, además de poner en riesgo la conservación de nuestra biodiversidad.

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