Medicina física y rehabilitación, atención a deportistas profesionales

Rehabilitar a deportistas profesionales y de alto rendimiento con lesiones es una de las especialidades del médico Jorge Gerardo Sosa Pérez, quien además atiende a personas de la tercera edad y personas con algún tipo de discapacidad.

Especialista en Medicina física y rehabilitación, realizó el posgrado en la escuela militar de Graduados de Sanidad, máster y especialidad en discapacidad en la UNED España.

Profesionistas del equipo local Pericos, futbolistas del Puebla, deportistas de alto rendimiento y miembros de equipos universitarios como la UDLAP y UPAEP son algunos de los pacientes que atiende Sosa Pérez en la Unidad de Medicina de Rehabilitación y electromiografía.

A diferencia de la Medicina del deporte —señala el galeno— que estudia los efectos de la actividad física y sus beneficios para el organismo, y donde se involucran otras ramas de la medicina como fisiología, bioquímica, nutrición y hasta metodología del deporte; la medicina física y rehabilitación es la especialidad que atiende las lesiones por medios físicos (calor, frío, agua y electricidad) para restablecer la contusión que perjudica el desempeño de deportistas y personas con algún tipo de discapacidad y se puedan reintegrar a su vida normal.

 

 

Las lesiones más frecuentes

 

El médico Sosa diagnostica y trata a pacientes dedicados profesionalmente a algún deporte, a quienes con frecuencia realizan alguna actividad física y a quienes muy ocasionalmente deciden ejercitarse y al hacerlo sufren una lesión.

Las lesiones más frecuentes son los esguinces, los desgarros musculares y las tendinopatías —lesiones de tendón y ligamentos.

“Las lesiones agudas requieren poco tiempo para su recuperación; por ejemplo, cuando te doblas un tobillo mientras vas corriendo. En este tipo de lesiones lo más indicado es la colocación de frío, porque lo que produce es una vasoconstricción de los vasos sanguíneos e impide que el sitio de lesión se inflame, si usted pone calor, los vasos se dilatan y entonces llega más torrente a esa zona afectada y se hincha. Siempre que hay una lesión aguda —desde que se produce la lesión hasta las primeras 72 horas— siempre es bueno colocar frío. De las 72 horas a las 96 horas (de tres a cinco días) ya se puede combinar frío con calor para tratar al músculo”.

El deportista de alto rendimiento, señala el especialista, es una persona al que le urge regresar a la actividad física porque es su profesión, es parte de su actividad productiva y se empeña en su rehabilitación.

En cambio, el deportista ocasional es la persona que tarda más en rehabilitarse, porque no estaba acostumbrado a realizar cierta actividad física, y no le urge regresar a hacer ejercicio.

Además, un músculo que está entrenado es mucho más fácil de recuperar que uno que no lo está.

“Las lesiones más comunes en deportistas de alto rendimiento son las lesiones de columna, que van del cuello hasta la parte baja de la columna; representen 40 por ciento de las lesiones que hay en mi consulta; 30 por ciento son esguinces de tobillo, rodilla, tobillo y codo. Y el resto son afectaciones mayores como las fracturas”.

Cuando son fracturas por caídas como sucede en deportes de contacto, por choques, barridas, entradas muy fuertes, las lesiones de ligamento con rupturas generalmente terminan en cirugía.

Una lesión sencilla como puede ser un esguince no debe tardar más de una semana en recuperarse. Desgarros musculares o lesiones de músculos grandes como los de la columna pueden tardarse de 10 a 15 días y, una fractura que no esté desplazada o que afecte alguna articulación, máximo un mes debe estar empezando la rehabilitación que incluyen colocación de calor, frío, corrientes, agua y la ejecución de ejercicios.

 

Los profesionales de la rehabilitación

 

En la Unidad de Medicina de rehabilitación y electromiografía trabajan especialistas en distintas ramas de la medicina como terapistas físicos o fisioterapeutas, terapistas ocupacionales, terapistas del lenguaje, psicólogos, y se vinculan con especialistas en ortopedia, neurología, medicina interna y cardiología.

Los especialistas también atienden a niños que nacieron prematuramente y con parálisis cerebral, con programas de estimulación temprana para reactivar su organismo para un mejor desarrollo motor. Personas que han sufrido algún tipo de accidente y de la tercera edad.

El doctor Jorge Sosa realizó la licenciatura en Medicina y el posgrado en la Universidad del Ejército y Fuerza Aérea, en el Hospital Central de México, tiene una trayectoria de 30 años de ejercicio médico.

Rosalinda González trabaja en la Unidad de Rehabilitación en el Hospital Betania, es licenciada en Terapia física. Tiene 25 años de experiencia en el área de terapia. Trabaja con pacientes que tienen problemas físicos, motores y de discapacidad.

Aplica tratamientos con agentes físicos como el frío, el calor, electricidad y luz. A González le satisface su trabajo porque ayuda a calmar el dolor y a la recuperación. Ha aprendido de la constancia y empeño que ponen los pacientes para superar las dificultades, que se recuperan después de haber sido víctimas de eventos desastrosos como explosiones, derrumbes y accidentes viales. Sin embargo, también se enfrenta a casos donde la voluntad y el empeño no resultan suficientes y la recuperación es mínima; y eso también en difícil de manejar profesionalmente.

Juan Gali es licenciado en Terapia física egresado de la BUAP, su área se enfoca en la restauración del movimiento y trabajo con deportistas que han tenido lesiones por sobrecarga de entrenamiento o por lesiones; se ha especializado en rehabilitación neurológica pediátrica y entrenamiento especializado en deportistas.

Trabaja con pacientes neurológicos, neurológico pediátricos, y con debilidad visual con la orientación hacia un deporte sin importar sus limitaciones.

Busca incorporar a los pacientes a sus actividades funcionales para que puedan realizar tareas de la vida cotidiana. Los tratamientos son distintos, según el perfil y el tipo de lesión que presenta cada persona.

“El deportista tiene planes de tratamiento y entrenamiento, y con frecuencia presentan fatigas musculares porque se mentalizan mucho en una meta o un récord y eso hace que se olviden de lo físico, de la rehabilitación preventiva”.

“Nos concentramos en recuperar el movimiento, fortalecer la región con lesión que disminuye la rendición física y deportiva”.

Fabiola Prados es licenciada en Terapia ocupacional; se enfoca en los miembros superiores del cuerpo; atiende a pacientes con lesiones de cuello, hombro y mano.

“Aquí en el consultorio, la mayoría de los pacientes que viene es por lesiones de acciones continuas o repetitivas, los que trabajan en máquinas, en computadores —el túnel del carpo es el padecimiento más común; es una presión del nervio mediano que da sensación de hormigueo, ardor y dolor—, y con problemas de dedo en gatillo —por ensanchamiento de tendón”.

También trata a niños con alguna discapacidad, a quienes enseña actividades de la vida diaria como vestirse, peinarse y comer, en el caso que tengan alguna dificultad para realizar estas actividades, les hace aditamentos para que se les facilite la ejecución de esa actividad.

Es egresada del Centro Mexicano Universitario de Estudios de Ciencias y Humanidades (Cemuch).

Personas de la tercera edad
y los niños, otros pacientes

 

Como han expuesto los profesionales de la salud, además de los deportistas que son atendidos en esta unidad de rehabilitación, asisten personas de la tercera edad y niños con alguna discapacidad.

“A partir de los 40 años, todos presentamos un desgaste físico; nadie está exento de ello; por lo tanto, es imprescindible realizar actividades físicas que mejoren la calidad de vida en la edad adulta”.

Es importante, continúa Sosa Pérez, prevenir lesiones ocasionadas por pérdida del equilibrio a causa de problemas vestibulares de oído o porque los espacios entre vértebra y vértebra se reducen conforme avanza la edad, lo que ocasiona que las arterias vertebrales que corren por el cuello se empiezan a acodar y eso hace que no haya buena oxigenación en el cerebro y existan mareos.

Considerando que la población en el país está envejeciendo y tiene una mayor esperanza de vida, resulta necesario fomentar ejercicios y actividades físicas y crear espacios para ello con el fin de garantizar una buena calidad de vida en la edad adulta.

A decir del especialista en rehabilitación, la actividad física diaria de 15 a 30 minutos es suficiente para mantenerse en buenas condiciones y con ejercicios sencillos como caminar, marchar o trotar. También ejercicios de fortaleza, elasticidad, flexibilidad, de resistencia y equilibrio.

Ejercicios como la marcha levantando las manos (ejercicios cruzados), pararse sobre un pie, subir un escalón con un pie, ejercicios de coordinación y de equilibrio les sirve mucho a personas de la tercera edad para evitar los vértigos y los mareos y ayuda a los pulmones, el corazón y la circulación sanguínea.

“Mover el cuello hacia adelante y atrás, de un lado a otro e inclinarlo, en series puede llevar 10 minutos y sin embargo no saben qué buen ejercicio es para mantener articulaciones, disco y arterias vertebrales al tiro”.

El baile y caminar son actividades físicas que recomienda el médico para mantener una buena condición física, pues consume calorías, activa bien la circulación, trabaja el corazón y los pulmones y la persona se mantiene bien.

En el caso de los niños, en este consultorio se atienden infantes que nacieron de manera prematura y que requieren estimulación temprana, motivar el movimiento, que en muchos casos van desde la estimulación de la cavidad oral para que empiecen a succionar y puedan comer, para que alcancen su pleno desarrollo.

Los niños que además han nacido con alguna lesión neurológica también son atendidos en esta unidad especializada con el fin de motivar y enseñar a superar las limitaciones físicas adecuando tareas según las dificultades que presentan con el propósito de que sean independientes en actividades de la vida cotidiana.

La Unidad del Medicina de Rehabilitación y electromiografía se ubica en la Torre III del Hospital Betania, en la Calle 20 Sur 705 consultorio 101, en la colonia Azcárate de la ciudad de Puebla; los teléfonos son (222) 2 35 46 64 y 2 34 99 56.

 

 

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