Relevancia y pertinencia del docente para construir el futuro educativo: la necesaria reflexión y meta reflexión de su práctica en el aula

La historia de los últimos 30 años de la Educación Básica en México ha estado permeada por la puesta en marcha de dos grandes reformas educativas: la de 1993 y la de 2004. A través de ellas, el Estado ha pretendido ofrecer a los estudiantes una formación de calidad, lo que ha sido enfatizado con la incorporación del modelo de competencias.

De forma paralela, la Secretaría de Educación Pública (SEP), ha promovido acciones entre las que se encuentran:

  • Modificaciones a diversos artículos de la Ley General de Educación.
  • La Carrera Magisterial.
  • Cursos de actualización docente.
  • Nuevos materiales y proyectos educativos.
  • Una reestructuración escolar (2014).
  • La creación de instancias como el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.

Tambien se han tratado de rescatar aportaciones que realizan las ciencias de la educación. En sus estructuras curriculares, podemos encontrar un enfoque centrado en el escolar, el reconocimiento de la cultura como instancia mediadora para lograr la inserción social de las nuevas generaciones, el planteamiento pedagógico de que el conocimiento se construye, el reconocimiento a las diferencias individuales, el respeto a los derechos humanos y a la formación de valores para una sana convivencia en el marco de la inclusión.

De haber tenido éxito con las reformas, tendríamos estudiantes capaces de expresar de forma clara sus ideas, de utilizar formas de pensar que les permitirían formular conjeturas y procedimientos para resolver problemas, de desarrollar habilidades asociadas al conocimiento científico y sus niveles de representación e interpretación.

Sin embargo, las últimas evaluaciones internacionales nos ubican en los últimos lugares de aprovechamiento en matemáticas y español, así como en diversas ramas del conocimiento.

A nivel nacional es evidente el bajo nivel educativo que los escolares manifiestan: por lo general no comprenden lo que leen y no cuentan con prácticas sociales de lenguage que les permitan incorporarse adecuadamente a la sociedad. Por ejemplo, las matemáticas son para ellos números y operaciones complejas que solo sirven para hacerles más difícil la vida escolar.

Por lo anterior, estamos muy lejos de formar estudiantes críticos e incluso competentes como lo señala el plan de estudios vigente.

Entonces, si contamos con planes de estudios que pueden considerase de vanguardia ¿por qué no se ha podido elevar la calidad de los aprendizajes escolares? ¿por qué no hemos logrado generar escuelas inclusivas que representen una alternativa para aquellos escolares que enfrentan barreras para el aprendizaje? ¿por qué nuestras instituciones educativas no representan una alternativa para elevar la calidad de vida de los mexicanos?

La respuesta podría ser: porque estamos ante un problema estructural, porque al Estado no le ha interesado, en la práctica, impulsar la educación, porque la corrupción ha hecho de ella un negocio.

De esta forma, un recuento de lo obtenido durante más de 20 años en materia educativa, permite concluir que dichas reformas han fracasado en sus propósitos.

Remontar esta situación y ofrecer a la niñez mexicana una educación de calidad, implica considerar simultáneamente una serie factores que incluyen:

  • Una profunda reflexión sobre las prácticas educativas.
  • La revisión de los planes de estudio de las instancias encargadas de la formación y actualización de los profesores.

 

Propuesta

Para contar con una Reforma que mejore la educación, habrá que ofrecer soluciones viables y a corto plazo que permitan superar la crisis educativa por la que atraviesa nuestro país.

Por lo anterior, resaltamos uno de los factores de cambio que consideramos esencial para lograr una transformación en las prácticas educativas de quienes desde el aula forman a los escolares. A dicho factor lo denominamos Cambio en la Concepción Docente.

Parte sustancial del fracaso de las reformas educativas ya ensayadas (y de la nueva Reforma propuesta para el próximo ciclo escolar), reside en no abordar de manera adecuada la necesidad de modificar las concepciones que tienen los docentes sobre lo que significa “aprender” y “enseñar”. La estrategia utilizada para modificar estos conceptos no ha sido suficiente, ya que estas concepciones tienen un carácter psicológico, fundamentalmente implícito, y, por ello, su modificación plantea una fuerte dificultad.

Las acciones que la SEP ha desarrollado se han centrado fundamentalmente en proporcionar una serie de directrices, materiales educativos y cursos presenciales o en línea, con la finalidad de que el docente comprenda los cambios instrumentados. Sin embargo, estas acciones se enfocan solo a un análisis de contenidos (sin mediar procesos reflexivos y meta reflexivos). Durante los últimos años no ha habido modificaciones significativas en las concepciones docentes, por lo que se continúan utilizando en las aulas principios identificados con pedagogías llamadas “tradicionales” en las que se prioriza la memorización, la mecanización y la repetición.

Explícita o implícitamente, los docentes parten del supuesto de que el conocimiento se transmite, de que una buena dosis de actividades centradas en la repetición y memorización garantizan buenos resultados, de que la tarea para casa es una actividad impresindible para reforzar lo aprendido y, sobre todo, se cuidan de hacer ver a sus estudiantes que si ellos son capaces de repetir lo visto en clase (sobre todo en las evaluaciones bimestrales), entonces se ha aprendido. Es esto lo que no se ha modificado, lo que sigue permeando la práctica docente, a pesar de haber sido sometidos desde hace años a una férrea evaluación y a exámenes por oposición.

No basta con lo que hasta ahora se ha hecho en política educativa. Es necesario propiciar en el docente procesos reflexivos y meta reflexivos para que comprenda por qué hace lo que hace; inducirlo hacia una toma de conciencia que le permita entender cuáles son los fundamentos de su marco pedagógico y determinar su correspondiente viabilidad; asumir que el conocimiento científico no corresponde a una descripción de la realidad, sino que es el resultado de una construcción socialmente validada.

Esta es una de las tareas prioritarias para remontar el estado en que se encuentra la educación de nuestro país. Aparte de mejorar las condiciones laborales de los docentes, es necesario desarrollar estrategias adecuadas que les faciliten la modificación de sus formas de pensar.

Con base en la experiencia que tenemos, consideramos que mientras ellos no modifiquen sus concepciones sobre lo que significa “enseñar”, “aprender en la escuela”, “educar en la inclusión”; no será posible remontar el estado actual de la educación. Se podrán aplicar más reformas educativas, el resultado será el que hasta ahora se ha obtenido.

Para tal propósito hemos desarrollado métodos, algunos publicados por el Conacyt y otras editoriales**, con los que es posible generar este proceso de meta reflexión.

Así, una Reforma Educativa podrá considerar el aspecto aquí planteado en dos niveles: el primero en los planes de estudio de las instancias encargadas de formar a los docentes, fortaleciendo su línea epistemológica y rescatando los enfoques constructivistas en el diseño de planeaciones y estrategias de aprendizaje. En el segundo nivel, diseñando talleres de reflexión y meta reflexión de la práctica docente de manera presencial y utilizando las nuevas tecnologías educativas.

Dada la coyuntura política actual, tras el triunfo de una forma diferente de concebir al país, creemos que es posible generar una estrategia a nivel nacional que permita incidir para que el docente reestructure sus concepciones, para poder avanzar hacia un cambio útil y relevante, que ofrezca una alternativa educativa a la niñez de nuestro país, para construir el futuro.

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** A. Juárez, J. Juárez; Cuaderno de experimentos para secundaria (II). Publicado por el Conacyt (2001)

 

  1. Juárez, J. Juárez; Hacer: la Magia de construir y aprender ciencia 2002, primera edición; editorial LunArena, ISBN 968-5426-04-X

 

  1. Juárez, J. Juárez, E. Juárez; Cuaderno de experimentos para bachillerato Aprendiendo física para inventar un mundo; ISBN:968-823-272-6. CONACyT, julio 2005