· Ilustración: Diego Tomasini “El Dibrujo” *
Recientemente nuestros amigos del Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos nos invitaron a ser parte de un proyecto que a nosotros nos parece una actividad de divulgación de la ciencia y arte verdaderamente hermosa, ya que desde el nombre nos dice mucho “Charlas de Chocolate”. Las charlas de chocolate es un proyecto de acercamiento a todo tipo de público al arte y la ciencia de una manera tan amena, pues la idea es que todos disfruten la estancia al mismo tiempo en que participan y aprenden, dentro de uno de los museos más emblemáticos que tiene la capital poblana y así, entre trenes y con un equipo de colaboradores maravillosos se desarrolla esta actividad. Después de mucho pensar nos decidimos a investigar y a presentar una charla titulada “Los paisajes de México: biodiversidad y arte”, y es que, querido lector, usted sabe muy bien que si hay algo que nos apasiona en esta columna es hablar de biología y arte y por supuesto, esta vez no podría ser la excepción, así que decidimos compartir con toda la gente y como siempre lo hacemos, con mucho corazón.
Iniciamos hablando un poco sobre la biodiversidad y la manera en la que a grandes rasgos se estudia, dividiéndola para este cometido en tres grandes rubros, ecosistemas, especies y genes. Una vez que hemos dicho lo anterior, es necesario que expliquemos rápidamente ¿qué son los genes? y de manera muy general podemos decir que son la unidad molecular de la herencia genética, pues almacena la información genética y permite transmitirla a la siguiente generación, es importante saber esto, ya que esta actividad sucederá durante la reproducción de los organismos, de tal suerte que podemos decir que la reproducción es la maquinaria activa de la evolución, por qué, lo explicamos en seguida. Al momento que la información genética pasa de un individuo a otro los paquetes de información se duplican y mientras se pasen sin errores no habrá cambios en las características de los individuos de una especie, pero puede llegar a pasar que dicho paquete se transfiera con pequeños errores de una generación a otra y poco a poco y con el paso de mucho tiempo y de innumerables ocasiones de réplica de dicha información estos errores comiencen a fijarse en la especie, ya que le da una ventaja, la cual puede ser reproductiva, de supervivencia, entre otras, y puede expresarse morfológicamente visible o no de tal suerte que dichos errores o cambios en la información genética traen como consecuencia la diversificación de las especies mediante procesos que llevan por nombre especiación y sí, querido lector, significa lo que usted ya ha podido descifrar, efectivamente es el proceso por el cual una especie sufre variaciones y da paso a nuevas especies ¡que interesante, no! Este es el momento en el que compartimos a todos ustedes lo siguiente, si ha quedado claro lo anterior y como lo hemos dicho en varias ocasiones en esta columna, la evolución, entonces no es un proceso lineal, sino un proceso azaroso y no es cíclico, es por ello que podemos ver especies que comparten muchas características tanto morfológicas como genéticas, pero que no son la misma especie, ahora sí, llegamos al siguiente punto, y es momento de definir qué es una especie, este tema ha sido poco más que la manzana de la discordia para muchos, ya que ha sido motivo de muchos debates, pero dejemos las discordias de lado por ahora, para dar paso a la definición de especie, ya que esta puede ser definida como aquel grupo de organismos que pueden reproducirse y producir descendencia fértil. Seguramente ya hasta este momento estás pensando en un sinfín de organismos que has visto y que los ubicas quizá dentro de la misma región geográfica o hasta dentro de los mismos ecosistemas y sí, sí puede ser, ya que hay especies que comparten los mismos ecosistemas sin competir entre ellas, y ahora es cuando llegamos al último punto, los ecosistemas, estos sitios podemos definirlos de la siguiente manera y de acuerdo a la Conabio, el ecosistema es el conjunto de especies de un área determinada que interactúan entre ellas y con su ambiente abiótico; mediante procesos como la depredación, el parasitismo, la competencia y la simbiosis, y con su ambiente al desintegrarse y volver a ser parte del ciclo de energía y de nutrientes. Las especies del ecosistema, incluyendo bacterias, hongos, plantas y animales dependen unas de otras.
Y es así como llegamos a ver esos hermosos paisajes que la naturaleza nos regala; por todo lo anterior fue que decidimos tomar y dar a conocer el trabajo del gran paisajista y naturalista José María Velasco, nacido en Temazcalcingo en 1840 y reconocido por su gran obra que hasta nuestros días vive en cada paisaje mexicano. Te invitamos a conocer la obra del gran anfibio, el artista, entre la ciencia y el arte.
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