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Mis estudios de posgrado en educación matemática y su impacto en mi vida profesional

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Mi interés por la docencia nace desde 2013, impulsado por la facilidad con la que podía explicarle a mis compañeros de clase y su aprobación a dichas explicaciones. Es en este año cuando se comunica que para el 2014 en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) ingresaba la primera generación de la Maestría en Educación Matemática (MEM) y por esta razón decidí ingresar a la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas (FCFM) a estudiar la Licenciatura en Matemáticas, con miras a ingresar a dicho posgrado.

Durante mi estancia en la licenciatura tuve la oportunidad de continuar obteniendo experiencia docente en diversos niveles educativos, principalmente en el nivel medio superior. Comenzando los dos últimos años de licenciatura, tuve mi primer acercamiento a la Educación Matemática en el III Taller Internacional Tendencias en la Educación Matemática basadas en la Investigación (TEMBI) donde conocí diversas teorías enfocadas a explicar y mejorar el proceso de aprendizaje y enseñanza de las matemáticas.

A partir de ese momento, mi decisión de continuar con el plan inicial de desarrollarme profesionalmente dentro de la educación matemática se hizo más fuerte, por lo que mi trabajo de tesis para la licenciatura se basó en la Teoría de Situaciones Didácticas (TSD) de Brousseau. Conocer la TSD me permitió obtener más claridad sobre cómo estructurar una clase de matemáticas que permitiera que los alumnos construyeran el concepto a estudiar, esta claridad la pude poner en práctica hasta 2018, año en el que me titulo y comienza mi trabajo formal como profesor de matemáticas de nivel básico y superior, principalmente en secundaria y en las licenciaturas de la FCFM. Para el 2020, año en el que ingreso a la MEM ya me encontraba trabajando de tiempo completo en una secundaria en el Estado de Puebla, las teorías con las que comenzaba a interactuar dentro del posgrado permitían dar explicación a diversos fenómenos que antes no lograba explicar e incluso me daban herramientas para poder diseñar de mejor manera mi clase.

Lo anterior me permitió, entre otras cosas, lograr posicionarme como coordinador de la academia de matemáticas; durante el tiempo en el que fungí en ese puesto pude transmitir todo lo que estaba aprendiendo y poniendo en práctica con los otros profesores del colegio; esto ayudó a que el rendimiento académico en el área de matemáticas creciera en comparación con las escuelas de la zona a la que pertenece el colegio.

Además de esto, el trabajo que realicé durante la MEM me permitió ser más crítico al momento de observar mi labor docente, esto permitió que en la escuela en la que trabajaba propusiera diversas estrategias, entre ellas la auto observación de clases, que permitiera que de manera particular identificara algunas situaciones que debería de cambiar, esto desde el punto de vista de diversas teorías institucionalizadas.

Proponer este tipo de estrategias así como otras formas de evaluación dentro de la clase de matemáticas me valió obtener el puesto de coordinador académico de la sección de secundaria durante un ciclo escolar. Durante este tiempo las diversas estrategias propuestas para la evaluación se implementaron y se ajustaron a diversas materias, lo que permitió que el desempeño de los alumnos aumentara de manera general en cada una de ellas.

Por otro lado, durante este tiempo, la Nueva Escuela Mexicana comenzaba a tener presencia en los Consejos Técnicos Escolares y el acercamiento a las teorías cognitiva y socioculturales de la educación matemática, como la TSD, la Teoría Antropológica de lo Didáctico (TAD), la Teoría Socioepistemológica (TS) y la Teoría APOE, permitieron que desde mi papel de coordinador académico lograra acercar de mejor manera los conceptos propuestos en la NEM así como las diversas estrategias de evaluación y metodologías de enseñanza a los profesores.

En la actualidad, me desempeño como profesor de matemáticas en el Instituto Oriente de Puebla y como colaborador en la MEM y en las licenciaturas de la FCFM de la BUAP. Trabajar en todos estos lugares me permite poner en práctica todos los conocimientos adquiridos en la MEM así como los que voy adquiriendo en mis estudios de doctorado.

Mi labor profesional, como se ha observado, ha venido evolucionando. Al inicio no ponía mucha atención en las dificultades de mis alumnos ni en cómo ayudar a sanarlas, pero actualmente, en mi día a día es una meta que tengo marcada, lograr identificar las dificultades y poder darles tratamiento. Además de esto, la planeación de clase y selección de actividades se convirtieron en actividades más objetivas y más pensadas, para lograr, a partir de ellas observar en qué etapa de construcción del concepto matemático se encuentran, o incluso identificar dificultades específicas y poder proponer nuevas actividades que permitan continuar con la construcción y sanar las dificultades.

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