Antes de que la gente se congregara en las grandes ciudades, teníamos una relación mucho más íntima con la naturaleza que ahora. El ser humano ha sido capaz de recoger y cultivar los alimentos vegetales que necesitaba para sostenerse y ha estado consciente de los lugares donde éstos podían encontrarse, así como de sus ciclos de vida. Más de la mitad de la población mundial vive ahora en zonas urbanas y se ha perdido la relación que muchos tenían con la naturaleza. A pesar de esto no hay duda de que todavía queremos disfrutar de la naturaleza. Sólo tenemos que pensar en dónde podríamos elegir ir de vacaciones o incluso sólo por un día fuera. A las montañas tal vez, o un paseo por el bosque, un picnic por un río, o una playa tranquila. Cualquier persona que ha experimentado lugares como este sabrá qué tan calmantes son y hay pocas dudas de que la interacción con la naturaleza puede dar beneficios psicológicos a aquellos que sustrajo la vida de la ciudad. Pero podemos disfrutar de la naturaleza y sus beneficios por más de unos pocos días o semanas cada año, trayéndola a nuestras ciudades y a nuestros hogares.
A menudo tomamos la vida silvestre por sentado, nos gusta ver mariposas coloridas, así como colibris y otras aves en nuestras calles y jardines, pero las grandes ciudades como Puebla están diseñados para personas y coches. Como resultado, la vida silvestre suele sufrir. Aquellos con árboles frutales en su jardín, como manzanas, peras y cítricos asumirán que siempre producirán fruta. Pero para que esto ocurra, los insectos son esenciales. Los insectos y, en particular, las abejas, son necesarios para polinizar las flores en nuestros árboles para que la fruta se desarrolle y sin ellos los cultivos pueden ser pobres. Mientras que se alimentan del néctar y el polen producido por los árboles frutales, estos árboles suelen florecer por un período muy corto, no lo suficiente para mantener las abejas durante mucho tiempo. Por lo tanto, es necesario que haya un suministro adicional de alimentos, en forma de plantas con flores, para mantener las poblaciones de insectos.
El Jardín Botánico de la Universidad en Puebla ofrece uno de los mayores espacios verdes gestionados de la ciudad. No sólo tiene una colección muy diversa de plantas cultivadas sino también una gran población de muchas plantas silvestres y en cada temporada hay algo en flor. Combinados, estos permiten una gran variedad de insectos y aves para prosperar aquí y muchas mariposas y otros insectos, colibris y otras aves se pueden ver en una visita. Mientras que el jardín de 10 hectáreas aquí es un valioso recurso y refugio para la vida silvestre, no es suficiente para toda la ciudad. Entonces, ¿qué pueden hacer los demás para fomentar esta diversidad biológica?
Incluso en el jardín más pequeño esto se puede lograr. Un pequeño árbol proporcionará lugares seguros para que las aves aniden, mientras que las plantas con flores proveerán alimento para insectos y colibris. Sólo unas pocas plantas diferentes pueden hacer una gran diferencia, pero es importante tener flores durante un largo período y las plantas como lantana, que está en flor la mayor parte del año proporcionará una fuente confiable para las mariposas. Si la siembra no es posible, simplemente dejando una pequeña área de un jardín sin cortar dará pronto una diversa selección de flores que atraerán a la vida silvestre. Tales áreas se pueden ver en el jardín botánico, y aunque al principio pueden parecer desordenadas y llenas de “malas hierbas” contienen realmente una diversa selección de plantas nativas que son muy atractivas a la fauna.
Con un poco de esfuerzo todos podemos disfrutar de los beneficios visuales y psicológicos de la naturaleza. Tome unos minutos cada día para observar a los pájaros alimentándose de un árbol o las mariposas volando de flor a flor buscando comida. Esos momentos pueden liberarnos de un día estresante y hacernos felices.
