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Mujeres con niños, la imagen de la caminata

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A  diferencia de las caravanas de diciembre del año pasado y de abril del presente, el éxodo migratorio centroamericano que se desplazó entre octubre y noviembre estuvo conformado por familias completas, por mujeres con niños pequeños, algunos aún lactantes que han sufrido los cambios de temperatura, las condiciones desfavorables de la migración masiva y el cansancio por los largos recorridos.

Mujeres exhaustas de cargar en brazos a los más pequeños, con carriolas a punto de ser inservibles, niños descalzos y sin ropa que los protegiera de la inclemencia del clima, esas fueron las imágenes frecuentes de los contingentes que arribaron a la ciudad de Puebla.

Por eso, en esta ocasión, el colectivo de mujeres “Juntas nos hacemos más fuertes” organizó la colecta de víveres, artículos de higiene y ropa para las mujeres y niños menores de 12 años.

Respaldadas por un amplia red de amigos, vecinos, compañeros y colegas, las mujeres que conforman este colectivo con tres años de experiencia en la lucha por los derechos de las mujeres y en solidaridad con otras causas, lograron recolectar recursos que les permitieron conformar 300 paquetes con artículos de higiene personal, pañales, ropa interior para mujeres y niños, chamarras y fulares, éstos últimos son extensiones de tela que permite a los adultos cargar a cuestas, en distintas posturas, a los niños.

Mónica Peña, miembro de este colectivo, dijo que esta ocasión fue notoria la reserva de sus redes de solidaridad para ayudar a los migrantes centroamericanos.

“Fue notorio el impacto de la campaña de miedo y xenofobia ante la caminata migrante, cambió mucho la respuesta de la gente que siempre donaba por la información de los medios de comunicación; gente cercana me cuestionaba para qué ayudarlos, partiendo de que hay gente infiltrada en la caravana”.

“Nosotras creemos que si no te mueve ver a los niños descalzos, con frío, enfermos por la travesía, a las mujeres con los pies destrozados, lacerados, entonces qué otra cosa podría hacerlo. Son personas buscando una mejor forma de vida, son humanos”.

Solidarias con otras caravanas de migrantes, las mujeres que conforman este colectivo fueron testigos de las diferencias de este éxodo con los grupos que a lo largo del año han transitado por los albergues poblanos.

En abril pasado, durante la estancia de casi cuatro días de un grupo de migrantes que tomó asesoría legal para la solicitud de asilo, Juntas nos hacemos más fuertes participó en las actividades organizadas con la presentación del grupo de teatro infantil “Escena Teatro”.

En aquella ocasión, tuvieron oportunidad de convivir, platicar y compartir con un amplio grupo de mujeres y niños. Hubo más tiempo y fueron otras las condiciones de desplazamiento de este grupo, señaló.

En diciembre del año pasado, el colectivo de mujeres logró la donación de recursos que les permitió conformar 130 mochilas solidarias con artículos de limpieza personal, una muda de ropa, chamarra y comida, que fueron entregadas en la parroquia de la Asunción con el sacerdote Gustavo Rodríguez.

“En esta ocasión llegaron muchos migrantes, hay una necesidad desbordada y menor ayuda, fueron tantos que no hubo oportunidad, como en ocasiones pasadas, de tener un mayor acercamiento a los migrantes. Vimos la angustia de miembros de familias que durante el trayecto se separaron y al llegar aquí pedían información para saber si sus familiares estaban en otros albergues, ayudamos como nos fue posible”.

El pasado 13 de octubre, salieron de San Pedro Sula, Honduras, más de mil 500 personas, en su mayoría familias completas, con el propósito de llegar a la frontera entre México y Estados Unidos y solicitar asilo a aquel país ante la ola de violencia que azota al país centroamericano.

 

 

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