La empresa canadiense Almaden Minerals, asociada a Minera Gavilán, fue agraciada con 14 concesiones en la entidad poblana para explotar oro, plata, plomo, cobre y zinc en una superficie de 70 mil 220 hectáreas; sólo esa empresa concentra 40 por ciento de la superficie minera concesionada entre 1935 y mayo de 2012 (174 mil 482 hectáreas). Las minas de la empresa canadiense se ubican en los municipios de Ahuazotepec, Guadalupe Victoria, Libres, Tepeyahualco, Tetela de Ocampo, Xochiapulco y Zautla. Del total de tierras concedidas a la empresa, 11 mil 201 hectáreas se las otorgó el gobierno de Vicente Fox, y 59 mil 18 hectáreas, el de Felipe Calderón. Los gobiernos panistas remataron el territorio poblano: del total concesionado, Felipe Calderón otorgó contratos por 62 por ciento de la superficie concesionada; Vicente Fox lo hizo con 31 por ciento, y los gobiernos priistas repartieron siete por ciento entre 1935 y 2000, según la Secretaría de Economía, fuente utilizada en estas líneas.
Entre Almaden Minerales y Erik Tomasina Viillaurrutia tienen la mitad de la superficie concesionada; si le sumamos las mineras Plata Real, San Francisco del Oro y Autlán, acaparan 70 por ciento de la superficie. Si a este grupo de consentidos le sumamos otros 10 de menores privilegios, todos ellos detentan 84 por ciento de la superficie concesionada. No obstante que son 56 municipios los municipios que registran concesiones para explotar minerales, en seis de ellos se localiza la mayor superficie concesionada: Ahuazotepec, Libres, Teotlalco, Tetela de Ocampo, Teziutlán y Xochiapulco. Las superficies concesionadas se ubican en regiones ricas en biodiversidad, de fauna y de flora y hábitat de milenarias culturas que proporcionan invaluables servicios ambientales a la sociedad; es la zona donde más llueve en Puebla y hay importantes escurrimientos a las cuencas y recarga de mantos freáticos. Esa megadiversidad está en peligro por la destrucción de ecosistemas, la degradación de suelos y la contaminación de aguas provocadas por la minería a cielo abierto. La destrucción de vegetación y la contaminación del suelo orgánico mermarán los ya de por sí deteriorados ingresos de la población serrana: la emigración por despojo de indígenas totonacos, nahuas y huastecos se acentuará por la minería a cielo abierto.
Actualmente la minería a cielo abierto es la actividad de moda, como también lo es el remate del año de Hidalgo de los panistas. Entre 2004 y 2009 se duplicó el precio del oro, y entre 2009 y 2011 se volvió a duplicar. Hoy es muy rentable extraer oro y plata del suelo mexicano; hace un año se extrajeron 84 mil toneladas de oro en el país y 4 millones 150 mil 347 toneladas de plata; el incremento respectivo fue de 16 y 19 por ciento con relación al año anterior. Ahora le corresponde a Puebla ver concesionado 5 por ciento de la superficie censal de la entidad para satisfacer el apetito áureo de voraces depredadores de nuestros recursos y culturas con la complicidad de los neosantanistas que les otorgaron las concesiones.