En los brazos del rey: a 500 años de la muerte de Leonardo

“Entonces el divino espíritu de Leonardo, reconociendo que no podía gozar de mayor honor, expiró en los brazos del rey, a la edad de setenta y cinco años.”
Giorgio Vasari, Las vidas de los más excelentes arquitectos, pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos.

 

 

p-05Imaginemos la escena en el Castillo de Clos-Lucé, Amboise, en Francia. Es el 2 de mayo de 1519, un Leonardo de 75 años ya moribundo es visitado por el rey de Francia, Francisco I, y expira en sus brazos. Aunque según Vasari, más bien decide expirar en ese momento. Parece de película. Desde luego que los estudiosos afirman, sobre esta escena, que es otro de los muchos mitos alrededor de Leonardo, que este se propagó luego del citado libro de Vasari. Y bueno, ya metidos a generar mitos, como que algo le falta a la escena. Quizá un ave que llega volando, en cámara lenta desde luego, y que se posa en la ventana. Sería el contrapunto de una de las inquietudes que Leonardo no terminó de resolver: el vuelo del hombre.

Hace unos años me preguntaban sobre lo que pudo haber detonado mi pasión por la lectura y la ciencia. Recordé que hace muchos más años encontré un libro abandonado, maltratado, con las esquinas de las hojas gastadas y el papel de un color amarillo enfermizo. Se trataba de la biografía de Leonardo da Vinci, escrita por Carmiña Verdejo y editada por Sopena. Lo leí de un tirón; quizá fue el primer libro que leí completo en un solo día. Y quizá también fue el detonante de mi vocación científica y lectora, así como de mi fijación con la obra científica y artística de Leonardo.

Aunque el culpable de esto no fue solo el libro. Un par de años después me encontré en la TV con una serie italiana sobre la vida de Leonardo, hasta hace poco no estaba seguro si la serie era en blanco y negro o si la TV era en blanco y negro, pero aun así me capturó y la seguí cada día hasta que terminó. En esta serie se dramatizaba de manera muy novedosa la pasión de Da Vinci por el conocimiento. Leonardo estudió casi todos los fenómenos con los que se encontraba, pero en particular al vuelo le dedicó bastante tiempo: era una de sus obsesiones. Seguramente muchos sabios se habían interesado en el tema, aunque pocos intentaron responder o estudiar el fenómeno a fondo.

Existen estudios extensos, y obsesivos, de Leonardo sobre los pájaros. Páginas y páginas con observaciones y dibujos, con grandes detalles de todos los aspectos del vuelo de un ave. Hizo dibujos anatómicos detallados del cuerpo y las alas de un pájaro. Observó los movimientos sutiles de las alas en vuelo, la reacción de las alas bajo diferentes condiciones de viento, y la manera en que un pájaro puede caer del cielo y hasta casi tocar el suelo o permanecer inmóvil en el aire mediante el uso de movimientos finos de las alas y la cola. Fue el primero en darse cuenta de que un pájaro lograba moverse ejerciendo más presión contra el aire que la que ejerce el aire contra su cuerpo.

Leonardo realizó muchos experimentos. Usando todo el conocimiento adquirido de sus obsesivas observaciones, se dedicó a diseñar una máquina voladora. Se puede notar de sus dibujos, obsesivos también, que trató de recrear específicamente la forma en que un pájaro vuela. Sin embargo, por otro lado, se dice que Leonardo nunca construyó alguno de sus diseños sobre el vuelo. Lo cierto es que tenía claro que la energía era esencial para el éxito; sin embargo, las máquinas que diseñó eran demasiado pesadas para que el hombre generase suficiente empuje. Quizá por esta razón es que Leonardo no habría construido sus diseños. Y quizá también, dándose cuenta de estas limitaciones, es que considera algunas alternativas al vuelo tipo ave y desarrolla otros aparatos como el helicóptero, su máquina voladora más famosa, muy similar a un tornillo gigante, o el paracaídas, una cortina de lino rígida en forma de pirámide con una base cuadrada de 11 metros de lado y de igual profundidad, con la que cualquier persona podría saltar desde cualquier altura sin ningún riesgo.

Es claro el legado de Leonardo para la aeronáutica; lo paradójico es que en su época él no pudo despegar. Faltaría en la película, quizá para hacer justicia, una escena en la que Leonardo, al ver al ave posarse en el marco de la ventana, sonríe, dando a entender que finalmente ha resuelto el problema, pero se lo llevaría con él. Y se lo llevó un rato. Al menos debieron pasar cerca de 400 años para el primer vuelo a propulsión, cuando los hermanos Wright construyeron y volaron un avión con motor, haciendo posible el vuelo del hombre.

Existen muchos otros mitos alrededor de Leonardo, como el de la famosa Mona Lisa que, aunque lo más aceptado es que se trata de Lisa Gherardini, muchos insisten en que se trata de un “autorretrato femenino” y otros argumentan que lo más probable es que se trate de un estudio anatómico en el cual incluyó la mejor nariz, los mejores ojos, etcétera.

Detrás de cada pintura de Leonardo hay una gran historia. Por ejemplo, en La Última Cena intentó nuevas técnicas para pintar un mural que al final no fueron exitosas, pero es una gran lección de perspectiva tanto lineal como aérea, y de rigor geométrico y simetría inigualables, sin mencionar el efecto tridimensional usando luz y sombra.

La escultura era otro de sus intereses, aunque la consideraba “una forma de arte más simple que la pintura”, ya que demandaba menos concentración. Además, se burlaba de ellos por estar cubiertos de polvo (blanco) de mármol, como los panaderos.

Otro mito más trata de la “maldición” que dicen existía sobre Leonardo y que no le permitía terminar sus proyectos. Es muy probable que esto simplemente sea el reflejo de la gran dispersión que tenía en su mente, seguramente trabajando en varios proyectos a la vez y siempre iniciando otros en temas nuevos. Sus abundantes cuadernos lo muestran. Afortunadamente existen miles de páginas llenas con sus ideas, invenciones y diseños. Estudios anatómicos, máquinas de guerra, obras civiles y mucho, mucho más. Siempre abordando el arte y la ciencia.

Cuando me hicieron recordar mis inicios con Leonardo, fui a buscar el documental en el todopoderoso Youtube, y desde luego que lo encontré. Es presentado por la Televisión Española, pero como una coproducción con la RAI italiana y otras instituciones. Entendí un poco por qué me resultó novedoso en aquella época: el comentarista, Giulio Bosetti, aparece en medio de las escenas que recrean la vida de Leonardo: estas escenas fueron filmadas en locaciones de la Toscana y Milán, y van acompañadas con música de la época. Inolvidable.

En mi caso, acercarme a la ciencia, la lectura y el arte se debió a un libro olvidado en un rincón, junto con un documental seguramente programado de relleno, pero sin duda, el personaje de Leonardo fue fundamental y aunque parece difícil igualar a alguien descrito de la siguiente manera: “Los cielos suelen derramar sus más ricos dones sobre los seres humanos —muchas veces naturalmente, y acaso sobrenaturalmente—, pero, con pródiga abundancia, suelen otorgar a un solo individuo belleza, gracia e ingenio, de suerte que, haga lo que haga, toda acción suya es tan divina, que deja atrás a las de los demás hombres, lo cual demuestra claramente que obra por un don de Dios y no por adquisición de arte humano”,** divulgar su curiosidad insaciable por la ciencia y el arte puede ayudarnos a acercar a los jóvenes a estas disciplinas.

 

**Las vidas de los más excelentes arquitectos,

pintores y escultores italianos desde Cimabue a nuestros tiempos.

Giorgio Vasari, Editorial Grolier, Colección Clásicos, 1978

 

 

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Notas

 

El libro abandonado es: Leonardo da Vinci. Carmiña Verdejo. Colección Biblioteca Sopena, Barcelona, 1975.

 

Y el video mencionado: La vida de Leonardo Da Vinci (Documental, Español, 1971). TVE. https://www.youtube.com/watch?v=t8UarsAOlxU&t=3s