En México, la suficiencia y seguridad alimentaria están estrechamente vinculadas con el maíz. Nuestra historia, cultura, tradiciones y alimentación están ligadas a este grano que es una de las principales contribuciones de nuestro país al mundo (Conabio 2022). El maíz representa alrededor del 40 por ciento de la superficie sembrada en el país y somos el octavo lugar en productividad aunque se importa entre el 30 por ciento de lo que se consume nacionalmente (SIAP 2022). Se tiene el temor de que esta dependencia a nuestra principal fuente de alimento pueda incrementarse en las próximas décadas debido al cambio climático. En este texto, pretendo hacer un pequeño recorrido a través de la literatura científica para explicar lo que se ha encontrado sobre el cambio climático y el maíz en México.
Gracias a los estudios en esta área se sabe que aunque existe una fuerte influencia social y cultural sobre la siembra de maíz, también existe una dependencia muy estrecha con la precipitación y la temperatura (Ureta et al. 2013), tanto en la siembra de temporal como de riego (Murray-Tortarolo et al. 2018, Ureta et al. 2020). Si las variables de temperatura y precipitación cambian, se esperan modificaciones en las aptitudes climáticas, los rendimientos y la producción de maíz (Conde et al. 1998, Monterroso et al. 2011, Ureta et al. 2012, Haro et al. 2021). Al igual que a nivel internacional (IPCC 2022), en México se proyectan impactos heterogéneos a nivel geográfico y a nivel de variedad o raza. Hay razas para las que los escenarios de cambio climático representan una amenaza importante, como para el palomero toluqueño, y hay razas para las que resulta que se amplía su aptitud climática como con el tabloncillo perla (Ureta et al. 2012). Los estudios también nos muestran que los pequeños productores, a pesar de ser más dependientes a las condiciones climáticas por falta de riego, tienen estrategias sólidas que les han permitido lidiar con la variabilidad climática (Eakin 2000): cambian la fecha de siembra, siembran una variedad de ciclo corto aunque rinda menos, siembran arbustos o árboles para cambiar el microclima… Por lo que las políticas públicas y el abandono de los apoyos en campo han sido en ocasiones más riesgosas para el pequeño campesino en México que el cambio climático (Eakin 2000, Eakin et al. 2018). La enorme diversidad con la que los pequeños productores cuentan en el campo les permite mantenerse resilientes; y esta diversidad es en parte gracias al sistema de intercambio de semillas. Un estudio demuestra que el intercambio de semillas puede ayudar a más de 90 por ciento de los pequeños productores a conseguir semillas que ya tienen adaptaciones a las condiciones climáticas proyectadas en las próximas décadas (Bellon et al. 2011). El acervo genético mexicano y sus adaptaciones a la diversidad de condiciones climáticas es una estrategia muy eficaz para abatir posibles impactos negativos de un mundo cambiante. Por lo que es fundamental cuidar esta agrobiodiversidad y a las personas que la mantienen in situ que son los pequeños agricultores que representan cerca de 85 por ciento de los productores en México y que son también quienes aportan 60 por ciento de lo que se produce de maíz en el país (https://www.gob.mx/agricultura/articulos/maiz-el-cultivo-de-mexico). Se deben evitar otros factores de amenaza a nuestra agrobiodiversidad de maíz como son las variedades transgénicas. El IPCC en su último informe 2022, ya reconoce que los organismos genéticamente modificados no son una alternativa adecuada para lidiar con la seguridad alimentaria de los pequeños productores del mundo en condiciones de cambio climático. Hay que recordar que estas variedades están diseñadas para condiciones climáticas promedio de escenarios de cambio climático, pero no para poder lidiar con variabilidad climática, que es a lo que nos vamos a tener que enfrentar. Al igual que con las variedades híbridas, las variedades transgénicas necesitan condiciones óptimas de riego, pesticidas y fertilizantes para poder sobrevivir y rendir (Mercer et al. 2012). Así que aunque esta tecnología no fuera riesgosa, que existe evidencia de que lo es, el acceso a tantos insumos agrícolas indispensables para el óptimo rendimiento de estas variedades es inaccesible para los pequeños productores. Por tanto, el sistema de intercambio de semillas es y seguirá siendo la manera de seguir produciendo maíz si se requiere resiliencia ante la variabilidad climática. Si una patente interfiere con este sistema de intercambio, se pondrían en riesgo a los productores, la agrobiodiversidad y a la producción.
A pesar de todos los estudios, simulaciones y proyecciones; los datos oficiales de los últimos 20 años nos indican que los rendimientos de maíz han ido en aumento al igual que la producción, mientras que el área sembrada ha disminuido (SIAP 2022). Esta situación nos pinta un panorama favorable, aunque nubla el hecho de que la frontera agrícola ha crecido y seguirá creciendo destruyendo ecosistemas (Mendoza-Ponce et al. 2018) de los que también mucha gente del medio rural depende para su propia seguridad alimentaria (https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/biodiversity/). Es decir, la competencia por la tierra será un problema en las próximas décadas, por lo que nuestra preocupación no solo debería enfocarse en que no disminuya la producción, sino a encontrar el equilibrio entre seguir aumentando la producción sin destruir áreas destinadas a la conservación. Por eso, como alternativa propongo un cambio de táctica. En las últimas tres décadas se ha apostado por que unos cuantos obtengan rendimientos de competencia internacional, invirtiendo en ellos todo el dinero y los recursos como el agua. Ahora se podría probar la democratización de los recursos y en vez de que unos cuantos rindan mucho, que la mayoría rinda un poco más, aumentando así sus rendimientos, la producción nacional, conservando la diversidad de maíz y limitando el avance de la frontera agrícola.
Bellon, M. R., Hodson, D., & Hellin, J. (2011). Assessing the vulnerability of traditional maize seed systems in Mexico to climate change. Proceedings of the National Academy of Sciences, 108(33), 13432-13437.
Conde, C., Liverman, D., Flores, M., Ferrer, R., Araújo, R., Betancourt, E., … & Gay, C. (1998). Vulnerability of rainfed maize crops in Mexico to climate change. Climate Research, 9(1-2), 17-23.
Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO). (2022).
https://www.biodiversidad.gob.mx/diversidad/evolucion-bajo-domesticacion.
Eakin, H. (2000). Smallholder maize production and climatic risk: a case study from Mexico. Climatic change, 45(1), 19-36.
Eakin, H., Sweeney, S., Lerner, A. M., Appendini, K., Perales, H., Steigerwald, D. G., … & Bausch, J. C. (2018). Agricultural change and resilience: Agricultural policy, climate trends and market integration in the Mexican maize system. Anthropocene, 23, 43-52.
Haro, A., Mendoza Ponce, A., Calderón-Bustamante, Ó., Velasco, J. A., & Estrada, F. (2021). Evaluating Risk and Possible Adaptations to Climate Change Under a Socio-Ecological System Approach. Frontiers in Climate, 3.
Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC). (2022). Climate Change 2022: Impacts, Adaptation and Vulnerability (No. 6th). IPCC. https://www.ipcc.ch/report/ar6/wg2/downloads/report/IPCC_AR6_WGII_FinalDraft_FullReport.pdf
Mendoza-Ponce, A., Corona-Nunez, R., Kraxner, F., Leduc, S., & Patrizio, P. (2018). Identifying effects of land use cover changes and climate change on terrestrial ecosystems and carbon stocks in Mexico. Global environmental change, 53, 12-23.
Mercer, K. L., Perales, H. R., & Wainwright, J. D. (2012). Climate change and the transgenic adaptation strategy: Smallholder livelihoods, climate justice, and maize landraces in Mexico. Global Environmental Change, 22(2), 495-504.
Monterroso Rivas, A. I., Conde Álvarez, C., Rosales Dorantes, G., Gómez Díaz, J. D., & Gay García, C. (2011). Assessing current and potential rainfed maize suitability under climate change scenarios in México. Atmósfera, 24(1), 53-67.
Murray-Tortarolo, G. N., Jaramillo, V. J., & Larsen, J. (2018). Food security and climate change: the case of rainfed maize production in Mexico. Agricultural and Forest Meteorology, 253, 124-131.
Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP). (2022). https://www.gob.mx/siap.
Ureta, C., Martínez-Meyer, E., Perales, H. R., & Álvarez-Buylla, E. R. (2012). Projecting the effects of climate change on the distribution of maize races and their wild relatives in Mexico. Global Change Biology, 18(3), 1073-1082.
Ureta, C., González-Salazar, C., González, E. J., Álvarez-Buylla, E. R., & Martínez-Meyer, E. (2013). Environmental and social factors account for Mexican maize richness and distribution: A data mining approach. Agriculture, ecosystems & environment, 179, 25-34.
Ureta, C., González, E. J., Espinosa, A., Trueba, A., Piñeyro-Nelson, A., & Álvarez-Buylla, E. R. (2020). Maize yield in Mexico under climate change. Agricultural Systems, 177, 102697.