El Escuadrón Mosquito

Hace unos días me invitaron a Chiapas para promover la Noche de las Estrellas, así como la actividad astronómica en la región. Fui con Alejandro Arnal, distribuidor de Celestron en México, colaborador de Noche de las Estrellas y patrocinador de muchos eventos que tenemos de divulgación científica.

Nos encontramos en Tuxtla con los miembros de la Sociedad Astronómica de Chiapas, dirigidos por Alejandro Ponce y el Ingeniero Toalá, quienes han desarrollado el Comité Municipal de Astronomía, quizá el único que existe en el país. El plan, luego de algunas entrevistas en Tuxtla, era seguirse hasta Tapachula, donde les habían solicitado capacitación, a través del Consejo de Ciencia y Tecnología de Chiapas, para un grupo de la sociedad civil que había recibido telescopios en donación. En este contexto fue que escuché por primera vez el nombre de Pancho Arana.

Para aprovechar el viaje, Alejandro y yo daríamos conferencias sobre el cometa ISON y sobre algunos tips para la observación astronómica, dirigidas a aficionados. Intentamos salir de Tuxtla a eso de las 10:30; sin embargo, una marcha de profesores nos retrasó un poco, así que luego de recorrer el verde, verdísimo, y largo, larguísmo camino hacia Tapachula, llegamos justo para comer algo rápido y trasladarnos al Tecnológico de Tapachula.

En la entrada del Instituto Tecnológico de Tapachula, un personaje de barba larga, larguísima, ya nos esperaba. Lo que primero llamó mi atención fue el lema en la espalda de su playera, “Escuadrón Mosquito”. Tuve la sensación de que encontraría algo muy particularen el Soconusco.

Nos trasladamos a la sala audiovisual del Tecnológico y luego de un protocolo largo, larguísimo, tan largo que esperaba que todos se fueran antes de las conferencias, pasamos a lo importante, a hablar de astronomía. La respuesta del público fue excelente; aguantaron hasta los consejos de observación que les dio Arnal en su conferencia.

Al finalizar en el Tecnológico, Pancho Aranda, el personaje de la barba larga, nos invitó a conocer sus dominios. Intrigados, porque nos dijo que todo lo ha conseguido a través de donaciones, nos fuimos a la COCES, la Coalición Obrero Campesina Estudiantil del Soconusco.

Al llegar, la curiosidad fue aumentando, en la entrada de la sede, una lona cubriendo una pared con el nombre y logo de la coalición, seguida de la lista de “servicios” que ofrecen:

Auditorio, Cineclub, Filosofía, Exposiciones, Matemáticas interactivas, Valores y virtudes, Teatro al aire libre, Cineteca, Lectura, Papiroflexia, Ciencia, Performance, Cinematografía, Box y lucha libre, Biblioteca, Telescopio, Música, Microscopio, Robótica, Literatura, Fotografía, Ajedrez, Matemáticas recreativas, inglés, Investigación social, Visitas a instituciones.

Hasta abajo, en la lona se puede leer: “Todas las actividades son de forma continua y gratuita como un servicio a la comunidad y como parte de la función de educar que tiene a su cargo esta organización social”. Bonito, ¿no?

Pero el trabajo de Pancho Arana va más allá de una lona. Entramos a la casa y lo primero que vimos fueron los guantes de box, pero a un lado una gran marimba, a la cual Alejandro se acercó para tomar su primera lección, le dejamos para que el otro Alejandro (Ponce) pudiese revisar los telescopios, con los que trabajarían al siguiente día. Nos confirmó que varios de ellos eran donados, pero algunos adquiridos a bajo costo, aquellos abandonados en el closet, sin usar.

Nos mostraron también, desde luego, la cineteca, que incluye sólo cine de arte, “para que los jóvenes aprendan a ser críticos”, nos dijo Pancho Arana. Pasamos a la biblioteca y regresamos a los robots. Y aquí me detengo para platicarles algo importante. Dos de los muchachos del Escuadrón Mosquito: Eros Edoardo Aguilar Loarca y Roberto Carlos Ramos López, jóvenes estudiantes de la Preparatoria Tapachula, hijos de agremiados de la COCES, ganaron el Concurso Nacional de Robótica en 2011, lo cual les dio el pase para representar a México en la fase Mundial efectuada en los Estados Unidos.

Estos jóvenes miembros de la COCES han encontrado muchos obstáculos, no sólo en su trayectoria estudiantil, sino de su vida, pero a pesar de las carencias y adversidades, lograron la manipulación total de un robot denominado, ¿saben cómo?¡“Mosquito”!, desde luego, con esto no podían sino sólo resultar ganadores de la competencia.

Es remarcable que sin la asesoría de alguna institución experta en el tema, logren estos triunfos, ¿se imaginan lo que harían estos jóvenes con un poco de apoyo, ya no de fondos, sino con equipo, acceso a laboratorios y asesoría de expertos?

Pancho Arana nos comentó muchas cosas más, que a través de las actividades de la COCES han ayudado a desmantelar dos bandas, que ayudan a otras zonas con problemas sociales, que la casa, donde nos invitaron, es rentada y que la renta se paga con las contribuciones de 1, 5, 10 pesos, de los miembros de la organización, que tenían problemas para pagar la luz… de varios meses, pero que eso no les disminuiría el esfuerzo que están haciendo por acercar la cultura, ciencia y arte a los menos favorecidos.

En Puebla existen también esfuerzos destacados como éste. Hace unas semanas conocí a Miguel Díaz, del Barrio de San Antonio, donde está promoviendo la cultura “para contrarrestar la violencia en todas sus manifestaciones”, me dijo. Otro ejemplo es el trabajo del Consejo Puebla de Lectura que desde hace más de 10 años promueve la lectura en Puebla y en todo el país. Desarrollan cientos de actividades que debían ser cubiertas por otras instancias. Un ejemplo: hace unas semanas lograron concentrar en Puebla a más de 2 mil promotores de lectura (profesores, estudiantes, escritores, etcétera), en el XII Congreso Latinoamericano para el Desarrollo de la Lectura y la Escritura y el IV Foro Iberoamericano de Literacidad y Aprendizaje. Lograron concentrar esfuerzos de varias instituciones en este tema donde estamos en niveles muy bajos. En lugar de que las instituciones obligadas a cubrir esta materia se vuelvan hacia ellos para, al menos, asesorarse, probablemente lo único que obtengan sea la satisfacción de estar haciendo lo correcto por nuestra sociedad.

Quisiera cerrar diciendo que, para mí, sigue siendo un enigma cómo es que esfuerzos de este calibre deben batallar con cuestiones tan básicas, como con el pago de la Comisión Federal de Electricidad, siendo que son fundamentales para el desarrollo de este país. Creo que la sociedad civil nos dará muchas más sorpresas pronto.

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