Paleontología: El pasado en movimiento, de los invertebrados a la tafonomía

El principal símbolo de la paleontología son los dinosaurios, ¿y cómo no?, si la sola idea de su existencia evoca fascinación y curiosidad. Es en la infancia cuando aparece este gusto por conocer el pasado; sin embargo, son pocos los que pueden mantener esa curiosidad hasta la madurez, como en el caso de los paleontólogos, la mayoría de ellos o al menos los más famosos son expertos en dinosaurios, ya que es con ese grupo con el que la mayoría inicia su camino en las ciencias paleontológicas.

Ammonites fósiles de Huayacocotla. Autor: Diana Arenas 2007

Ammonites fósiles de Huayacocotla. Autor: Diana Arenas 2007

“Las ciencias paleontológicas” tienen una amplia gama de estudio abarcando más que dinosaurios; implican el análisis de los rastros que han dejado las formas de vida del pasado. A pesar de la diversidad que hemos encontrado, existe un error en el registro paleontológico que debe ser considerado seriamente y que consiste en que no tenemos el registro completo, posiblemente ni siquiera un poco, a esto hay que sumarle que hay poca investigación y yacimientos no explorados, además de que se han perdido fósiles en los procesos de subducción (reciclaje de la corteza terrestre), por lo tanto el estudio paleontológico es limitado, así que tradicionalmente los investigadores solo se dedicaron durante años a dar simplemente identidad a los restos que encontraban. Actualmente, con el desarrollo de nuevas técnicas de estudio y generación de más conocimientos, la sola identificación de la paleodiversidad ya no es suficiente, por lo que aparecieron ramas de las ciencias paleontológicas que permiten obtener datos para hacer reconstrucciones paleoambientales.

 

Los invertebrados y la Paleontología

Entre los grupos de fósiles que se han encontrado, los invertebrados se destacan por su fidelidad ambiental, es decir, tienen una serie de características que ha permitido describir con mucha certeza ambientes antiguos o paleoambientes. Los invertebrados tienen variadas aplicaciones en el conocimiento paleontológico, como ser indicadores de edades geológicas; indicadores de condiciones ambientales, indicadores de profundidad, características del suelo, temperatura, etcétera. Otros datos como alimentación, hábitos e interacciones ecológicas pueden asociarse con los grupos modernos mediante el principio del actualismo, es decir, asumir que rasgos de los grupos modernos podían estar presentes en grupos antiguos. Es importante aclarar que los vertebrados, entre ellos los dinosaurios, también tienen valor paleoambiental, pero la cantidad o integridad de restos preservados no siempre es la ideal y en ocasiones ni siquiera se completa a un solo individuo.

 

Factor dinámico del ambiente

Para estudiar paleoambientes ya sea con vertebrados o con invertebrados, se usan herramientas como la tafonomía, que es la ciencia del enterramiento y sirve para descifrar la dinámica ambiental ya que recurre a todo el conocimiento acumulado sobre cómo el medio ambiente afecta a los restos biológicos [1]. Aunque sus principios han sido usados desde el siglo XII [2], adquirió su nombre e integración de elementos en 1940, con un paleontólogo ruso llamado Iván Efremov [1].

Caracterizar un paleoambiente mediante tafonomía es la base de la Paleoecología, lo anterior quiere decir que nos sirve para saber cómo eran los ambientes del pasado [1]. La tafonomía estudia todos los procesos desde que un ser vivo muere y hasta que es encontrado, estos procesos son la muerte, descomposición, depredación, efecto de las variables ambientales como calor, frío, viento, lluvia; posteriormente el enterramiento, el reemplazamiento de materia orgánica por minerales, procesos geológicos y tectónicos [2].

Los factores ambientales biológicos (depredadores, degradadores), físicos (clima, erosión, sedimentación) y químicos (corrosión, oxidación, descomposición) dejan su marca en los restos biológicos, la tafonomía busca entender todas esas marcas mediante la experimentación para determinar su origen cuando se encuentran en los fósiles [3].

Lo anterior le da un carácter dinámico al ambiente, ya que al obtener evidencia de determinados fenómenos puede armarse un escenario que no solo incluya la presencia de los seres vivos identificados, sino que también implica su movimiento, hábitos, interacciones, clima, condiciones de muerte, dinámica post mortem, fenómenos geológicos y tectónicos, etcétera.

 

Caso Huayacocotla

Un caso de estudio que demuestra lo aquí expuesto es el de la Formación Huayacocotla, México, ubicada entre los estados de Hidalgo, Puebla y Veracruz, de edad Jurásico Inferior. Contiene abundantes fósiles de invertebrados, entre ellos principalmente ammonites, bivalvos, gasterópodos, crinoides entre otros [4]. Esta formación ha sido estudiada desde 1889 y hasta la actualidad primero buscando petróleo y después para fines de investigación paleontológica. Antes del análisis tafonómico se sabía como una cuenca transarco anóxica en sus partes más profundas, de origen marino, con aporte de sedimento terrestre y fauna compuesta por invertebrados [5]. Posterior al análisis tafonómico se determinaron fenómenos aporte de sedimentos terrestres, acumulación deslizamiento de materiales hacia la parte más profunda de la cuenca, arrastre de restos de organismos a su paso desde zona de oleaje a lo más profundo, este fenómeno provocaba un cambio de concentración en el oxígeno disuelto lo que causó muerte por asfixia en bivalvos dejándolos en forma de mariposa. Las aguas eran probablemente tibias por su posición geográfica y por la abundante materia orgánica en descomposición, dando además un carácter ácido a los sedimentos más profundos de la cuenca. Estos datos le dan un factor dinámico al ambiente cambiando la perspectiva de la simple presencia de grupos a condiciones ambientales e interacción entre ellos [6].

 

Conclusión

Hoy la paleontología ha cambiado, si bien entrar en terrenos de la Paleoecología es complejo, tenemos las herramientas que la tafonomía y sus ciencias auxiliares pueden darnos; de ahí la importancia de que éstas sean aplicadas a cada investigación en paleontología para cambiar la idea que tenemos de una imagen congelada en el tiempo a pensar en un ambiente dinámico y cambiante como seguramente debió ser, de manera que las rocas sean auténticas ventanas al pasado.

 

 

Referencias

 

[1] Behrensmeyer, A. K., Kidwell, S. M. 1985. Taphonomy´s contributions to paleobiology. Paleobiology. 1(1), 105-119.

 

[2] García P. B. y Contreras A. 2006. Paleontología. Pedro García, Francisco Sour y Marisol Montellano Eds. Las Prensas de ciencias, UNAM. México DF.

 

[3] Kowalewski, M. J., Flessa, K. W., Hallman, D. P. 1995. Ternary taphograms. Triangular diagramas applied to taphonomic analysis. Palaios. 10, 478-483

 

[4] Carrillo-Bravo, J. 1965. Estudio Geológico de una parte del Anticlinorio Huayacocotla. Boletín de la Sociedad Mexicana de Geólogos Petroleros. 17(5-6), 73-96.

 

[5] Arenas-Islas, D., Esquivel-Macías, C., Flores-Castro, K. 2009. Amonoides y bivalvos del Sinemuriano Superior en un nuevo afloramiento de la Formación Huayacocotla, Hidalgo, México, algunas consideraciones paleoambientales. Boletín de la Sociedad Geológica Mexicana. 61 (2), 185-197.

 

[6] Esquivel-Macías C., Arenas-Islas D., Flores-Castro K. 2014. Caracterización de tafofacies en la Formación Huayacocotla Jurásico Inferior (Sinemuriano Superior) Centro Oriente de México. Revista Brasileña de Paleontología. 17(2):249-272.

 

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