La química de la alimentación

p-15aAdemás de las macromoléculas como los carbohidratos, lípidos y proteínas que nos proporcionan energía y monómeros para construir nuestras propias estructuras, nuestro organismo requiere de micronutrientes que, si bien no aportan energía, tienen papeles importantes en el metabolismo como catalizadores de diversas reacciones químicas de regulación y función celular. A estos se les conoce como micronutrientes porque sólo se requieren en cantidades mínimas, pero extremadamente importantes para nuestra salud. Aunque esto es más importante durante la niñez, su consumo adecuado a lo largo de la vida es necesario para mantener un estado óptimo de salud. Para lograrlo, en la mayoría de los casos sólo basta con llevar una dieta balanceada, pero muchas personas recurren a los suplementos cuando tienen deficiencias graves o no pueden consumir ciertos alimentos. Esto siempre debe de hacerse bajo la supervisión de un profesional, ya que el consumo en exceso también es perjudicial.

Muchos de ellos se encuentran en la tabla periódica; por ejemplo, el yodo [I], hierro [Fe], calcio [Ca], potasio [K], sodio [Na] y magnesio [Mg], que se requieren en cantidades mayores y se encuentran como iones (tienen carga, positiva o negativa) en el cuerpo. Otros como el cobre [Cu], zinc [Zn], cobalto [Co], cromo [Cr] y fluoruro [F] se requieren en cantidades menores y funcionan como cofactores enzimáticos, localizándose en su sitio activo y catalizando las reacciones que componen nuestro metabolismo.

El yodo es un elemento que se encuentra en el pan, lácteos, huevos, pescados y mariscos, algas y la sal adicionada. Es necesario para la producción de hormona tiroidea, y su deficiencia puede causar agrandamiento de la tiroides (bocio), hipotiroidismo y retraso mental en niños que no lo consumen o cuyas madres tuvieron una deficiencia durante el embarazo. Debido a que alrededor del mundo muchas poblaciones carecían de yodo en la dieta, en 1993 la Organización Mundial de la Salud (OMS) propuso adicionar yodo a la sal, ya que esta se utiliza y consume con regularidad en todo el mundo. Esta estrategia tuvo éxito en 43 países, incluido México, por lo cual este problema ya no es tan común en nuestro país.

Uno de los elementos que causa más problemas de salud en nuestro país es el sodio. Este elemento es un electrolito indispensable para la regulación del volumen de la sangre y el equilibrio hídrico del cuerpo, afectando la presión arterial. El cloruro de sodio o sal de mesa [NaCl] contiene alrededor de 400 miligramos de sodio por gramo, mientras que el requerimiento de un adulto promedio es de mil 600 miligramos diarios. El problema es que muchos alimentos tales como las papas fritas y comida chatarra poseen grandes cantidades de sodio en pequeñas porciones, por lo que no es saludable consumirlos con regularidad. El exceso de este electrolito en la sangre aumenta la tensión arterial, provocando un aumento en el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y problemas renales debido a que la hipertensión daña a los glomérulos, que son las partes del riñón encargadas de filtrar el plasma sanguíneo.

p-15bEl potasio también es indispensable para mantener el equilibrio hídrico del cuerpo, así como en la contracción muscular y funcionamiento de los nervios. Se encuentra en las hortalizas como las papas, brócoli y coliflor y las frutas como plátanos, aguacate y uvas. La deficiencia de potasio es un problema común en México por la dieta, el uso de algunos medicamentos y problemas gastrointestinales frecuentes. Las consecuencias son la debilidad, calambres y espasmos musculares, la fatiga y el estreñimiento.

Por otro lado, el zinc es un elemento que participa en el funcionamiento de más de 100 enzimas relacionadas al crecimiento, desarrollo neurológico y del sistema inmune. Algunas de ellas están relacionadas al metabolismo de proteínas y carbohidratos, la síntesis de insulina y ADN. Nuestro organismo contiene alrededor de tres gramos de zinc, del cual el 85 por ciento se encuentra depositado en los músculos, huesos, cabello, uñas y ojos, pero se requiere el consumo de dos a 10 mg diarios. Algunos síntomas de deficiencia son debilidad y manchas blancas en las uñas, pérdida de cabello, cansancio, fatiga y un sistema inmune debilitado. Debido a que el requerimiento es bajo, la mayoría de las personas cumplen con sus necesidades de zinc con la dieta porque se encuentra en mariscos, lácteos, carnes y frutos secos.

Además de los minerales, nuestro cuerpo también necesita de las vitaminas, que son precursoras de coenzimas. Estas se dividen en dos clases: las liposolubles (se disuelven en las grasas) y las hidrosolubles (se disuelven en agua). Estas últimas se pueden eliminar por la orina, y por esto, deben consumirse diariamente. Las vitaminas liposolubles como la A, D, E y K no deben consumirse diariamente debido a que se pueden almacenar en el hígado y los tejidos adiposos y liberarse cuando sean requeridas.

La vitamina D [C27H44O] es liposoluble y esencial para la mineralización de los huesos y la regulación del calcio. Se puede sintetizar en la piel por el contacto con los rayos ultravioleta provenientes de la luz solar, pero también se encuentra en los lácteos y pescados grasos. La deficiencia de esta vitamina en niños causa raquitismo, haciendo que los huesos de las piernas se arqueen. Esta enfermedad ha ido en aumento debido a que los niños pasan mucho tiempo jugando dentro de casa o viendo la televisión, reduciendo su exposición a la luz del sol, ya que el 90 por ciento de la vitamina D en el cuerpo es sintetizada por esta vía. En los adultos se puede presentar una forma similar de este problema denominada osteomalacia.

La vitamina C o ácido ascórbico [C6H8O6] es un antioxidante que ayuda a la salud del sistema inmunológico y a retrasar el envejecimiento, pues participa en la síntesis de carnitina y colágeno que ayudan a la cicatrización y reparación de diversas estructuras. La deficiencia causa una enfermedad conocida como escorbuto, que era muy frecuente entre los marineros y la razón por la cual, en las películas, los piratas tienen las encías inflamadas, manchadas y sin dientes. El ácido ascórbico se encuentra en la mayoría de las frutas, pero es más abundante en las guayabas, los pimientos y el perejil.

La química hace posible saber que el dicho “eres lo que comes” es totalmente cierto, y por ello, tener una alimentación adecuada que se adapte a todos nuestros requerimientos es sumamente importante para el funcionamiento de nuestro organismo. Aunque las bases bioquímicas del metabolismo son las mismas para todos los humanos, la genética, el ambiente, nivel de actividad física y nuestra dieta pueden afectarlo, y por esto, hay que recordar que no hay una sola manera de mantenerse saludable y que lo que funciona para algunos puede no ser adecuado para otros. Todo se trata de disciplina, balance y dejar que la química haga lo suyo para mantener nuestra salud.

 

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