Centros Comunitarios Kali: la universidad en comunidad

Mujeres de la colonia Barranca Honda al finalizar un taller de cocina en el Kali.

Mujeres de la colonia Barranca Honda al finalizar un taller de cocina en el Kali.

El Centro Universitario de Participación Social (CUPS) tiene como tarea fundamental promover la creación de espacios desde donde los estudiantes universitarios contribuyan al desarrollo integral de las personas que habitan en las zonas de influencia de la Universidad.

Desde su creación, el trabajo del CUPS se ha basado en la convicción del papel central que tiene la educación y se ha vinculado a comunidades, organizaciones e instituciones locales de zonas marginadas del estado de Puebla, creando espacios de desarrollo comunitario donde las y los universitarios contribuyen al desarrollo  integral de la población que  habita en la zona.

Las experiencias comunitarias que el CUPS ha desarrollado en mayor medida han sido en zonas rurales del estado de Puebla, donde las prácticas comunitarias prevalecen a través de asambleas, faenas y celebraciones colectivas. Sin embargo, desde el año 2005 iniciamos procesos de trabajo en colonias urbanas de la ciudad de Puebla, lo que nos ha mostrado la complejidad social que prevalece en las dinámicas propias de los habitantes.

A lo largo de este tiempo, hemos podido observar y registrar un contexto sociocultural y económico de alta marginación, en donde habita población que tiene diversos factores de vulnerabilidad social. El trabajo en estas colonias de la periferia urbana nos ha permitido dar cuenta de la complejidad que representa la conformación de nuevos espacios habitacionales, construidos de manera irregular en zonas de riesgo, basureros o antiguos ejidos rurales, y que se han ido conformando de una gran diversidad de habitantes provenientes de diversas partes del estado de Puebla, así como de otros estados. Esto ha generado que, en muchos casos, las poblaciones no cuenten con servicios ni espacios públicos adecuados; además, hemos podido detectar fenómenos de violencia presentes en diversos ámbitos de la vida de las personas, un alto índice de consumo de drogas y alcohol, rezago educativo, desempleo y sub empleo y otras problemáticas que afectan la composición familiar y el tejido social de dichas colonias.

Vecinos participantes del Kali de la colonia Cerro del Marqués luego de una jornada de reforestación. Archivo fotográfico del CUPS

Vecinos participantes del Kali de la colonia Cerro del Marqués luego de una jornada de reforestación. Archivo fotográfico del CUPS

Este panorama nos llevó a plantear, en el año 2017, el programa de Centros Comunitarios “Kali: la universidad en comunidad”, que busca entender las dinámicas propias de las colonias y al mismo tiempo construir con las personas estrategias de convivencia y organización comunitaria, en donde se fortalezcan sus habilidades y capacidades a través de actividades educativas como los talleres de cocina, panadería, de huertos familiares, el apoyo educativo para niños, acompañamiento emocional y legal, computación, actividades de mediación lectora, celebraciones y convivios.

Nuestro enfoque de trabajo en los Kalis considera un posicionamiento ético y político que parte de la creación y fortalecimiento de capacidades con los actores locales y el énfasis en sus procesos educativos de desarrollo y aprendizaje comunitarios, utilizando técnicas y herramientas participativas de las metodologías que integran un Proceso de Educación Popular.

Desde la experiencia de trabajo de los Centros Comunitarios Kali, pensamos en el trabajo comunitario como el medio por el cual se permita llegar a vincular e involucrar a todas la personas, instituciones, grupos y organizaciones que forman parte de las colonias, en un proceso de concientización y organización para el bienestar colectivo, en este sentido, entendemos que “El trabajo comunitario no es sólo un trabajo para la comunidad, ni en la comunidad, ni siquiera con la comunidad, es un proceso de transformación desde la comunidad, soñado, planificado, conducido, ejecutado y evaluado por la propia comunidad.”1 Y por ello, uno de los retos actuales más grandes en los Kalis es la participación activa de los habitantes, que responde a las características de los entornos, pero que ha sido un proceso muy complejo, debido a factores como las condiciones económicas y de tiempo de las familias, a las relaciones asistencialistas y paternalistas que los gobiernos han alimentado, limitando la participación de los pobladores sobre su territorio, su entorno inmediato. La convivencia y organización social se ve mermada porque la gente ya no conoce a sus vecinos, ya no convive con ellos, no encuentra formas diferentes de abordar las problemáticas. El camino entonces se orienta hacia la consolidación de grupos de personas capaces de organizarse para decidir sobre su entorno, que con solidaridad y empatía puedan llevar a cabo acciones que beneficien y garanticen el bienestar de su comunidad.

Este camino no ha sido ni será fácil; sin embargo, gracias al esfuerzo de los universitarios, nos ha permitido establecer redes de trabajo, en las que la comunidad se involucra, participando activamente en los procesos formativos, los cuales se van replicando cuando la comunidad comparte lo que ha aprendido con los demás, y a su vez esto permite que entre los habitantes de las colonias se logren redes de apoyo.

Los retos que tenemos ahora son grandes, ya que la situación actual nos exige escuchar aún más para poder apoyar con lo que se necesita en las colonias, la pandemia ha dejado mucho dolor por la pérdida de familiares, vecinos, conocidos, pero también ha sido un momento para el encuentro y el diálogo, permitiéndonos reflexionar y actuar con prontitud.

Además, los Kalis no son solo espacios dentro de las colonias, sino espacios de formación para la comunidad estudiantil, permitiendo que ésta se vincule con las diferentes realidades que se viven en las colonias, que el aprendizaje sea situado y al mismo tiempo, beneficiar a la población con el conocimiento profesional, y en este sentido, tenemos mucho trabajo para realizar dentro de nuestra casa de estudios, para ampliar cada vez más la participación y un mayor aprendizaje por parte de los universitarios, generando paulatinamente más espacios integrales y participativos de la universidad y la comunidad.

 

 

1  González, N.: “Memorias del Primer Encuentro de Experiencias Comunitarias.” Selección de Lecturas sobre Trabajo Comunitario, pp. 5, 1998.

 

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