Movilidad laboral

Cuatro de cada 100 habitantes viven en un país diferente al que nacieron, son varias las razones que los inducen a ello (conflictos bélicos, étnicos y religiosos; inestabilidades económicas y políticas, violencia social y precariedades varias); una constante del éxodo es mejorar las condiciones materiales y espirituales de reproducción de sus vidas y las de sus familias. Algunos países son preferidos como lugares de destino (Estados Unidos, Alemania y Arabia Saudita); otros destacan por ser los principales países de origen (India, México, Rusia). Siempre hay salidas y entradas de migrantes, en algunos casos, los que llegan son más de los que salen, su saldo es positivo (Estados Unidos, Alemania, Arabia Saudita y Reino Unido); en otros, sucede lo contrario (India, México, China y Venezuela).


Los países que atraen migrantes registran procesos de generación de bienes y servicios muy intensos y dinámicas demográficas muy lentas: por ejemplo, Estados Unidos (EEUU) duplicó su Producto Interno Bruto (PIB) entre 1970 y 1993 y lo volvió a duplicar entre 1993-2021 (datosmacro.com), en cambio, duplicar su población le llevó 65 años (1955-2020). En 1960, las tasas de natalidad y fecundidad en los países de Europa occidental y EEUU eran casi el doble respecto a los países latinoamericanos, caribeños y asiáticos; dos decenios después, los países capitalistas de occidente tenían índices de fecundidad (hijos/mujeres) menores a 2.1 (tasa de equilibrio poblacional); a los países latinoamericanos, caribeños y asiáticos les requirió cuatro decenios llegaran a un índice de fecundidad similar.

El equilibrio poblacional se logra cuando por cada 10 mujeres nacen 21, se entiende que los hijos suplirán el deceso de los padres y la sociedad permanecerá en el mismo nivel. En 2020, el índice de fecundidad fue de 1.8 o menos en EEUU, Canadá. Alemania, Reino Unido y Francia y fue precisamente en esos países donde el saldo migratorio neto aumentó más en 2020 respecto al existente en 2010: 6.1 millones en Estados Unidos, 5.8 millones en Alemania, 1.9 millones en Reino Unido, 1.1 millones en Canadá y 0.7 millones en Francia (Anuario de Migración y Remesas. México 2022 y datosmacro.com). En Arabia Saudita la variación del saldo migratorio neto intercensal 2020/2010 aumentó en 4.9 millones, aunque la razón no fue el bajo índice de fecundidad, sino la demanda de trabajo que su dinámica poblacional no puede cubrir.

Con la pandemia las economías avanzadas (EEUU, comunidad europea y Japón) decrecieron (4.3 por ciento); en 2021 su recuperación fue de 5.3 por ciento y de 2.5 por ciento en 2022 (Banco Mundial). El empleo decayó con la doble crisis de 2020 y repuntó en 2021 y 2022, lo que a su vez acicateó los flujos migratorios ante la insolvencia de la economías avanzadas de cubrir con población nativa las necesidades de sus mercados de trabajo. En EEUU, la población nacida fuera de ese país disminuyó un millón 21 mil en 2020 y aumentó un millón 758 mil en 2021, en ese país requieren de inmigrantes para atender tanto a los incrementos derivados del proceso de acumulación como la suplencia de muertos por Covid-19 y retiros por jubilación, la estimación de déficit de trabajadores se estima entre 2 millones (Jorge Durand, La Jornada, 15/01/23, p 12) y 4 millones (Ana María Aragonés, La Jornada 11/01/23, p 15).

El gobierno de EEUU no suele otorgar el número de visas de trabajo requeridas por su mercado laboral: en 2019 otorgó 619 mil 305 visas H para todos los países; en 2020 fueron 418 mil 123 y en 2021, año de recuperación económica, las visas de trabajo H (todas las categorías) fueron 471 mil 932, 24 por ciento menos que las expedidas en 2019. La política migratoria de ese país induce el ingreso no documentado de fuerza de trabajo para retribuirles salarios y condiciones de empleabilidad menores a las consignadas en las normas laborales, mantenerlos deportables todo el tiempo y para mermarles el usufructo de sus derechos laborales, migratorios y humanos a los que tienen derecho.

Cuba, Nicaragua, Ecuador y Venezuela tienen o tuvieron regímenes democráticos censurados por el gobierno de EEUU, en contra de esos países se financiaron gobiernos alternos, movimientos golpistas, bloqueos económicos y congelamiento de fondos financieros y, en el caso de Cuba, con Donald Trump se cerraron los servicios consulares en septiembre de 2017 y se aplicaron más de 400 medidas en contra del pueblo cubano (entre otras, el cese al envío de remesa y turismo desde EEUU y la persecución a quienes inviertan en Cuba). Ya con Joe Biden se restablecieron los servicios consulares y se amplió el número de visas para emigrados de ese país (La Jornada, 5/01/23 p 17). Los gobiernos legítimos de Venezuela emanados de propuestas del Movimiento V República (1999-2007) y del Partido Socialista Unificado de Venezuela (2007-2023); los gobiernos surgidos de Patria Altiva y Soberana en Ecuador (2007-2021), y el eterno gobierno sandinista de Nicaragua (2007-2027) han sufrido sistemáticos embates del gobierno norteamericano que coadyuvaron a la crisis política y económica que priva en esos países, agravada por el cierre de la frontera sur de EEUU por pandemia y la no admisión de inmigrantes por la aplicación del Título 42.

Ya recuperados económicamente, EEUU demandó un incremento de fuerza laboral y desde Latinoamérica y el Caribe, varios millones respondieron al llamado del edén. Cómo no hacerlo si ese es el país de las maravillas secularmente ofrecido como paladín de la democracia, la antítesis a los regímenes que gobiernan los países que son origen del flujo migratorio: en ese paraíso, la remuneración salarial y el gasto público por persona en educación y salud es n veces más alto; los índices de violencia son más bajos; la esperanza de vida al nacer y las expectativas de movilidad laboral son mejores a las de sus países de origen. La pequeña diferencia es que el gobierno anfitrión no desea una inmigración segura, ordenada y humana ni está dispuesto a otorgar las visas de trabajo requeridas por la sociedad; ofrece en cambio un moderado incremento a las solicitudes de ingreso procedente de Cuba, Venezuela, Haití y Nicaragua: hasta 30 mil visas mensuales más la canalización hacia México de otros 30 mil solicitantes que no cubran el perfil exigido. Para ingresar a EEUU hay que llenar en línea una solicitud desde el país de origen, tener comprado un pasaje aéreo, habérseles negado el asilo en los países transitados y acreditar un patrocinio en EEUU. Adicionalmente, el gobierno de EEUU ofrece hasta 20 mil visas mensuales para refugiados procedentes de América Latina y el Caribe.

La propuesta migratoria de Joe Biden, al regular el ingreso a EEUU de cuatro países con flujos migratorios intensos, permitirá menguar las detenciones de los transmigrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, tanto en México como en EEUU. La opción de tercer país más seguro que se le confirió a México quizá no sea la opción deseada por los inmigrantes a quienes el gobierno de EEUU rechace; por ejemplo, en Cuba el PIB por persona es similar al nuestro, la tasa de homicidios es cinco veces más pequeña en la isla, el gasto público por persona en salud y educación duplica al que existe en nuestro país y el 81 por ciento de los exiliados cubanos radica en EEUU, no somos una oferta atractiva para ellos. Lo que EEUU ha ofrecido al mundo es el sueño americano y los emigrados hacia ese país, en su mayoría, lo anhelan, no quieren repechajes o sustitutos cuasi perfectos, en todo caso, se quedarían en nuestro país a la espera de vientos sureños que los lleven al edén pregonado.

En el año fiscal 2021-2022 se registraron 2.3 millones de detenciones en la frontera sur de EEUU, 37 por ciento más que las realizadas el año anterior por la policía migratoria de ese país. Las mayores detenciones —después de mexicanos— correspondió a emigrados de Cuba, Nicaragua, Venezuela, Colombia, Haití y Ecuador. Se pretende que la ampliación de visas permita una disminución de esas detenciones y que el tránsito hacia el país de destino sea más seguro para los transmigrantes, esperemos que pueda ser así.

 

 

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